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Lisboa/El Gobierno portugués anunció un "enorme" aumento de impuestos en 2013 para alcanzar los objetivos de su rescate financiero, y empeoró las previsiones macroeconómicas para el próximo año con una subida del desempleo al 16,4%. El ministro de Finanzas luso, Vítor Gaspar, presentó en rueda de prensa los detalles del nuevo incremento de la presión fiscal, que ya había adelantado el primer ministro Pedro Passos Coelho hace dos semanas y que se suma a las medidas de austeridad ya aplicadas en el último año por el Ejecutivo conservador luso.
Gaspar explicó que la presión media del impuesto sobre la renta en Portugal pasará del 9,8% al 13,2% el año próximo, y se reducirán los tramos fiscales de 8 a 5, entre otras medidas, como gravámenes al tabaco y las transacciones financieras, para reducir el déficit estatal. Este incremento, del orden de un tercio de la carga fiscal actual, se suma a las fuertes subidas de impuestos ya aprobadas en 2011 y 2012 en Portugal, que vive la peor crisis económica de su democracia y se encuentra bajo asistencia financiera de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) desde mayo de 2011. Gaspar advirtió de que esta "enorme" subida de impuestos no es permanente, pero que sólo se relajará la presión fiscal "en el momento en que se consiga disminuir la deuda pública", y declinó hablar de fechas.
Los ajustes, según el ministro, son imprescindibles para compensar la devolución de una de las dos pagas extra anuales retiradas a pensionistas y funcionarios en 2012 tras una sentencia del Tribunal Constitucional. El dictamen consideró ilegales esos recortes por centrarse en el sector público y no afectar de igual forma a los trabajadores privados, aunque aceptó que se aplicaran en 2012 dada la situación presupuestaria del país. Con los nuevos impuestos anunciados, Portugal debe además contrarrestar el agravamiento de sus estimaciones económicas para el próximo año, entre ellas la del desempleo, que con el 16,4 por ciento sube cuatro décimas respecto al anterior cálculo oficial. Gaspar también elevó en una décima, hasta el 1%, la previsión de caída del PIB en 2013, que seguirá a la prevista para este año, del 3%.
"El ajuste es más costoso de lo que habíamos pensado, sólo este esfuerzo permitirá respetar los nuevos límites acordados", argumentó el ministro en relación a las metas de déficit público asignadas a Portugal por el FMI y la UE. El déficit luso debe cerrar 2012 en el 5% del PIB y bajar en 2013 al 4,5%, después de que la troika -formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI- aceptase, el mes pasado, flexibilizar las anteriores metas, del 4,5% y el 3% respectivamente.
Las medidas serán negociadas con los agentes sociales y formarán parte del proyecto de Presupuestos Generales del Estado que se presentará al Parlamento a mediados de este mes. Pese a que la oposición de izquierdas ha rechazado en repetidas ocasiones cualquier tipo de ajuste que suponga más austeridad, el Gobierno luso cuenta con mayoría absoluta y, previsiblemente, no tendrá problemas para sacar los presupuestos adelante.
El nuevo aumento de impuestos también compensa la retirada del más reciente recorte salarial anunciado por Passos Coelho, que propuso subir las contribuciones a la Seguridad Social de los trabajadores y bajar las que pagan las empresas con el argumento de fomentar el empleo y reducir el déficit público. La medida, sin embargo, fue muy contestada por la oposición, los sindicatos, la patronal y grupos civiles, e incluso provocó las primeras fricciones públicas entre los dos partidos que forman el Gobierno, socialdemócratas y demócratas cristianos. Tras una reunión sobre esa cuestión del Consejo de Estado, órgano asesor del presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, Passos Coelho aceptó hace diez días dar marcha atrás en la medida, pero anunció que para compensar sería necesario aumentar de nuevo los impuestos.
El mayor sindicato portugués, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, comunista) convocó una huelga general, la tercera en 16 meses de Gobierno conservador, el próximo 14 de noviembre. El otro gran sindicato luso, la Unión General de Trabajadores (UGT, socialista) no se ha pronunciado oficialmente sobre la convocatoria pero su líder, Joao Proenca, se opuso a su realización en declaraciones a medios lusos, horas antes del anuncio. La convocatoria de la huelga contra las medidas de austeridad y los problemas sociales que vive Portugal sigue a las dos jornadas de manifestaciones multitudinarias celebradas el mes pasado para reclamar un cambio de política al primer ministro, Pedro Passos Coelho.
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