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Aceite de oliva: Cataluña producirá en toda esta campaña lo que Jaén en una semana

La comunidad catalana necesita del producto de la principal potencia del sector, Andalucía, ya que la fabricación autóctona da solo para un tercio del consumo

Carles Puigdemont y otros líderes independentistas critican que Salvador Illa promocione el aceite de Jaén y no el de Cataluña

Salvador Illa, en la Fiesta del Primer Aceite de Jaén en Sabadell
Tomás Monago

21 de noviembre 2024 - 06:51

 La radio catalana más escuchada, RAC1, decidió tras la asistencia del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, a la Fiesta del Primer Aceite de Jaén en Sabadell, realizar un pequeño experimento. Llamó a Jaén, a distintas administraciones públicas, para ver la posibilidad de organizar una fiesta del aceite de oliva catalán en la provincia olivarera por excelencia. Los receptores terminaban colgando el teléfono ante tal sinsentido, según relata Jordi Pascual, el responsable de Aceite de Oliva de Unió de Pagesos de Catalunya, la principal organización agraria de la comunidad. “Si nosotros vamos a la plaza principal de Jaén a presentar nuestros aceites, nos echan a patadas”, afirma.

La broma, como casi todas las bromas, tiene un claro trasfondo. Es aceptable promocionar en Cataluña el aceite de Jaén pero no al revés, porque en dimensión no pueden ser comparables. “Aquí en Cataluña ya se sabe que nos llevan años de ventaja, tenemos una producción muy baja en comparación con ellos”, afirma Pascual. En la campaña pasada solo Jaén produjo seis veces más que Cataluña al completo (207.000 toneladas frente a 33.000) y si la comparación es con Andalucía, son 17 veces más. La comunidad catalana no llega ni a cubrir el pico de las 580.000 toneladas que produjo el año pasado nuestra región.

La diferencia en la campaña que viene será aún más acusada, porque mientras en la comunidad andaluza la sequía ha remitido gracias a las lluvias, en Cataluña éstas han llegado tarde, por lo que la crisis continúa. Jaén sumará 445.000 toneladas y Andalucía un millón, mientras que Cataluña se quedará en 13.400, según el aforo del Ministerio de Agricultura. Si tenemos en cuenta que la producción se concentra en ocho meses (de octubre a mayo) Jaén fabricará en una semana lo que Cataluña en toda la campaña al completo. El sector catalán lleva tres años sumido en una grave crisis de la que no sale y esta campaña que entra se presume que será la peor porque a la mala producción se le sumarán precios más bajos debido a que la que marca las cotizaciones es Andalucía.

El consumo per capita en Cataluña, superior al andaluz

Otra cosa es el consumo. Según la empresa pública Mercasa, en 2023 los catalanes consumieron 9,8 litros de aceite de oliva por persona, cifra superior a la media española (9,2) e incluso andaluza (8,9). La producción catalana es claramente deficitaria y según Pascual no llega a cubrir un tercio de las necesidades de la región. Por eso no tiene sentido alguno la proclama de Carles Puigdemont, ex presidente de la Generalitat, cuando dice que “son nuestros productores y no los de fuera los que levantan el país”. O las de Jordi Turull, secretario general de Junts, que dijo que los olivareros catalanes “necesitan un presidente de la Generalitat que los apoye, no que promueva la competencia”. La competencia no es tal. “A nosotros nos gusta que después de los nuestros los aceites que se vendan sean en Cataluña sean del sur de España y no de Marruecos”, dice Pascual, que admite que en su región el aceite andaluz tiene mucha penetración por los muchos andaluces y personas con raíces andaluzas que viven en Cataluña. Juan Vilar, consultor estratégico del sector y que estuvo tres años y medio trabajando en Cataluña, afirma que, dado que Cataluña es deficitaria de aceite de olive, "que se promocione el aceite de otras provincias como Jaén es muy respetable, salvaguardando, eso sí, el que se produce en la tierra".

Otro debate, diferente, es el de si es oportuno o no que Illa acepte la invitación de la Diputación de Jaén para asistir a la fiesta de Sabadell. Justo ese mismo fin de semana se celebraron otras dos fiestas, la del Aceite Verde de Maials (Lérida) y la del Aceite Nuevo de la DOP de Siurana, en Reus. Puede que no fuera invitado a ellas, pero que Illa acudiera a la de Jaén en vez de a las catalanas choca bastante. “Si hubiera ido a alguna de las nuestras y a la de Jaén no hubiera pasado casi nada”, cree Pascual.

Pese a que el volumen de producción en Cataluña es pequeño, esta comunidad cuenta con cinco denominaciones de origen de las 30 que hay en España (Aceite de Terra Alta, Aceite del Baix Ebre-Montsià, Aceite del Empordà, Siurana y Les Garrigues), lo que da cuenta de que sus aceites de oliva son de calidad. Sus producciones son sobre todo de la variedad arbequina , cuyo origen es catalán, del pueblo de Arbeca (Lérida). También es de allí otra variedad relativamente conocida, la arbosana, del pueblo de Arbós, en el Penedés de Tarragona, y otras más locales como empeltre o meña. Esta última se produce únicamente en dos comarcas de Cataluña, el Penedés y Alt Camp. “Se están arrancando muchos olivos de esta variedad porque es muy difícil de manejar”, dice el responsable de Unió de Pagesos, quien precisa que los aceites catalanes suelen ser más suaves que los andaluces. La comunidad cuenta con una asociación de microproductores que convocan un premio anual y que proclama que hay 80 variedades autóctonas en el territorio.

Un sector envasador y comercializador fuerte en Cataluña

Ahora bien, si el sector productor es de pequeña dimensión el comercializador no tanto. Un estudio de la Generalitat de 2020 refleja que en los años anteriores Cataluña comercializó de media 210.000 toneladas, lo que quiere decir que solo el 15% del aceite vendido desde Cataluña se produjo en la región en el periodo estudiado. El informe menciona una facturación total de 873 millones al año, una cantidad muy apreciable, pero eso tiene que ver con la presencia de grandes empresas envasadoras en la comunidad catalana. Una de ellas es muy conocida, Borges. La otra es Faiges, cuyo emblema es su marca Abaco. Es evidente que para mover un negocio grande estas dos firmas necesitan aceite de fuera de Cataluña, y con casi toda seguridad del sur de España.

De hecho, Borges es el accionista mayoritario de Capricho Andaluz, una empresa pionera y de referencia en España en la venta de monodosis de aceite de oliva. Y las conexiones Andalucía-Cataluña no acaban ahí. En 2021 el gigante andaluz Migasa creó una ‘joint venture’ con la Cooperativa Agricola de Cambrils (Tarragona) para producir y comercializar la marca catalana Aceites Mestral.

Andalucía lidera en España (también en el mundo) el sector del aceite de oliva, con un valor de producción que oscila entre 2.000 y más de 3.000 millones dependiendo del año, unas exportaciones superiores a los 3.000 millones de euros en los últimos dos años y auténticos gigantes como la propia Migasa, Acesur o Dcoop, empresas que facturan más de mil millones de euros cada una (aunque no es el aceite de oliva su única fuente de negocio). Jaén, principal productora, ha logrado constituirse como ‘hub’ del aceite de oliva, en el que se aúnan producción, investigación, turismo y promoción. Destaca el movimiento cooperativo, con Jaencoop como emblema principal.

El aceite de oliva es, además, el gran fijador de población en el territorio andaluz. El olivar de la comunidad ocupa 1,5 millones de hectáreas (en Cataluña hay 108.000) y su producción será en esta campaña el 80% de la nacional y un tercio de la mundial.

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