Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
La fusión entre Unicaja y Cajasur ya es historia tras dos semanas que han sido de infarto, de frustración y de posturas enrocadas en sus opciones. Unicaja se ha agarrado desde el principio a las premisas de un plan que la consultora Boston Consulting Group realizó con la idea de que se convirtiera en la hoja de ruta de la fusión frustrada. Según este documento, el recorte en gasto salarial en la nueva entidad debía de ser de 56,7 millones, 43,3 de los cuales corresponderían a Cajasur, algo que a la postre ha sido determinante en la ruptura.
Un carta del banco
El que avisa no es traidor. El Banco de España envió a primeros de mayo una carta en la que instaba a Cajasur a encarrilar su fusión antes del 21 de mayo. La orden era tajante y la tensión que se ha vivido en las dos últimas semanas demuestra hasta qué punto los plazos quedaban determinados por la citada misiva, cuya llegada fue adelantada por El Día el pasado 7 de mayo. La fecha se fijó el viernes para que diera tiempo a que Cajasur y Unicaja pudieran convocar a sus respectivas asambleas antes del 30 de junio, fecha en la que tendría que estar definitivamente aprobada la fusión por el máximo órgano decisorio. El mismo 7 de mayo hubo una convocatoria de la mesa laboral en la que no se avanzó nada a pesar de que el Banco de España había avisado de veras. Se habló por primera vez de buscar salidas a una rebaja salarial de los trabajadores de Cajasur, cifrada en un principio en 10,8 millones de euros para evitar la salida de una masa mayor de empleados. Entonces, Aspromonte habló de "limpieza étnica" en Cajasur. Mientras tanto, la Junta mantenía, como ha hecho durante todo el proceso, que las "tensiones son lógicas" y que "había margen para el acuerdo".
Comités de gestión
Mientras la mesa laboral fracasaba, las direcciones de las dos entidades afrontaban un comité de gestión de la fusión, un instrumento que no ha servido para provocar grandes avances hasta el tramo final del proceso, justo después de la llegada de la carta del Banco de España. El lunes 10 de mayo se vieron las caras los dos presidentes, Braulio Medel y Santiago Gómez Sierra, con los ejecutivos de confianza, y junto a Manuel Azuaga, coordinador de la fusión. En este encuentro se produjo uno de los avances más significativos de la recta final del proceso, ya que se crearon dos grupos de trabajo que deberían gestionar de forma intensa los acuerdos en materia laboral e institucional. Se intentaba por todos los medios que todo estuviera resuelto antes del consejo de ayer, que rechazó la propuesta. Las reuniones de los grupos de trabajo comenzaron de inmediato y se montaron las reuniones bilaterales entre los representantes sindicales con los de las cajas para intentar buscar una salida a una situación que se complicaba cada día más. Este mismo día se acordó por parte de la cúpula de ambas entidades la presentación de un acuerdo laboral a los trabajadores con retoques con respecto al anterior. Con este último acuerdo se entraba en la recta final del proceso, en una última semana plagada de tensiones.
Gómez Sierra habla
La presión, la falta de avance y los cambios que Unicaja quiso introducir en el protocolo de fusión para recortar los privilegios de la Iglesia en el seno de la nueva caja -la mayor insistencia procedía de CCOO, sindicato mayoritario en la entidad malagueña- para evitar despidos llevaron a Gómez Sierra a salir a la palestra y romper su silencio después de meses. El presidente de Cajasur aseguró en una carta enviada a los trabajadores de la entidad cordobesa que no temía asumir su responsabilidad sobre la gestión en Cajasur, pero emplazaba a otros a hacer lo mismo. De este modo, escribió, "todos, unos y otros, habremos de responder de nuestros actos". Gómez Sierra desvinculó expresamente la fundación prevista para Cabildo de los recortes de plantilla y aseguró que los fondos que ésta iba a recibir no tienen nada que ver con el acuerdo laboral. CCOO respondió y le acusó de decir "medias verdades, que son peores que las mentiras". El mensaje se había lanzado.
La propuesta y su matiz 'confidencial'
El viernes 14 de mayo, Unicaja mantuvo distintos encuentros con los sindicatos con una nueva base para la negociación en la que el cambio más significativo residió en que se redistribuía el recorte salarial en Cajasur, de 10,8 millones a siete. Las nuevas medidas tampoco convencieron a los sindicatos, que el lunes 17 no pudieron celebrar la mesa laboral por falta de quorum. CCOO no fue, Csica se mostró en contra y se levantó de la mesa y el resto no eran suficientes. La última propuesta era confidencial y se filtró, por lo que los medios de comunicación y todos los trabajadores tuvieron acceso a ella, curiosamente, el mismo día de la manifestación de Aspromonte en Córdoba.
La manifestación
El lunes 17, Aspromonte velaba armas para salir a la calle, pero Unicaja distribuyó una carta de la dirección junto a la última propuesta laboral. La misiva no afectó a la marcha de Aspromonte, pero al día siguiente compartió titulares con la marcha. Más de 6.000 personas acudieron a la cita mientras Unicaja decía que sólo iría a una fusión viable y que no perjudicara a su eficiencia. Las mesas laborales continuaron con su trabajo de forma exhaustiva, con salidas y entradas de sindicatos, hasta ayer mismo, cuando se alcanzó un acuerdo verbal. Consenso que, sin embargo, no pesó en el ánimo de los 11 miembros del consejo de Cajasur que rechazaron la opción de unirse a Unicaja.
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