Análisis
Santiago Carbó
Tras un buen año en lo macroeconómico, en 2025 hará falta mucho más
La solicitud formal del rescate a la banca española hoy y la cumbre europea de jueves y viernes marcarán el principio y el final de una semana que puede modificar el paisaje de la crisis en Europa.
Madrid, Berlín y Bruselas concretarán en estos cinco días procesos que llevan meses gestándose, desde el esperado final del thriller en torno a las ayudas a España hasta la incorporación de la palabra "crecimiento" al discurso anticrisis alemán y europeo.
Como "una mera formalidad", definió el ministro de Economía, Luis de Guindos, la solicitud del rescate a la banca española. El pedido consiste en "una carta de dos párrafos en la que no aparece ningún tipo de cantidad". Pero no piensa lo mismo el resto de Europa. Desde la canciller alemana, Angela Merkel, hasta el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, venían pidiendo abiertamente a Madrid que solicitara "cuanto antes" las ayudas para serenar por fin a los mercados.
La reunión crucial para la arquitectura europea se producirá este jueves y viernes con la cumbre de líderes de la UE en Bruselas, donde complementarán su receta de disciplina presupuestaria con medidas de estímulo al crecimiento respaldadas por 130.000 millones, tal como se avanzó el pasado viernes en la minicumbre en Roma de Merkel, Monti, Rajoy Hollande. El encuentro entre los líderes de las cuatro mayores economías del euro refleja nuevos aires en Europa, reposiciona a Rajoy en la escena internacional y marca distancias con los tiempos en que Merkozy definía por su cuenta el destino europeo. Para reforzar la importancia del eje Berlín-París, sin embargo, Merkel y Hollande volverán a reunirse a solas el miércoles.
La llegada del socialista al Gobierno en París es uno de los factores que explican que Merkel sumara la idea del crecimiento a su discurso, así como razones internas del propio país: presiones de la oposición y los efectos de la crisis. Un informe del Ministerio de Finanzas cree que el fin del euro provocaría un desastre en su economía, que se contraería hasta un 10% y dejaría más de cinco millones de parados.
Las cesiones de Merkel, sin embargo, avanzan a cuentagotas. Por eso no parece que la cumbre en Bruselas vaya a traer cambios en un tema crucial para España: la posibilidad de que los fondos de rescate europeos fluyan directamente a los bancos sin pasar por el Estado.
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