Análisis
Santiago Carbó
Tras un buen año en lo macroeconómico, en 2025 hará falta mucho más
Es complicado determinar qué sucederá, en términos recaudatorios, con esta subida del IVA. El Gobierno espera ingresar, hasta 2014, 22.100 millones adicionales, 2.300 hasta final de año, 10.130 en 2013 y 9.670 en 2014. Los expertos consultados por este periódico consideran demasiado optimistas estas previsiones, sobre todo teniendo en cuenta que ahora el consumo está aún más contraído que en 2010. Entonces el Gobierno aplicó a partir del 1 de julio una subida del impuesto general del 16% al 18% y del reducido del 7% al 8%. Y el efecto fue significativo pero limitado en el tiempo: la recaudación registró alzas mensuales, respecto al año anterior, sólo durante once meses. A partir de julio de 2011, volvió a la senda descendente, acentuada aún más en 2012. Además, hace dos años el Estado se benefició del efecto de anticipación en las compras, ya que Zapatero anunció con mucho tiempo, en septiembre de 2009, el incremento impositivo. Y el ánimo consumista de los españoles no estaba tan alicaído. Así, aunque el IVA subió en julio la recaudación ya venía registrando alzas mensuales interanuales desde febrero de 2010. Tampoco era muy difícil, ya que los primeros meses de 2009 fueron los peores de la crisis.
Si se hace una fotografía de la evolución del IVA desde 1995 se observa que hasta 2007 no deja de subir. Se ha pasado de los 20.337 millones que se ingresaron en 1995 al récord de 2007, con 55.851 millones recaudados. Ya en 2008 el montante fue de 7.800 millones menos (48.021 millones) y en 2009 el desplome fue tal que la recaudación se situó en niveles del año 2000 (33.389 millones). La subida del IVA de Zapatero, aunque con efectos limitados en el tiempo, sí recuperó el nivel de 2008, e incluso lo superó (49.086 millones en 2010), con el aliento, eso sí, del espejismo de leve recuperación que por entonces estaba en el ambiente. En 2011 la senda positiva continuó (49.302 millones) pero ya en los seis primeros meses de este año se percibe un significativo descenso de unos 2.500 millones de euros. Si la extrapolación con el año pasado fuera exacta la recaudación rondaría al final del ejercicio los 46.600 millones. Con la nueva subida del IVA los ingresos se equipararían a los registrados en 2010 y 2011. Y el año que viene deberían ser superados por mucho, hasta alcanzar, incluso, los de 2007 e incluso rebasarlos.
Ese es el ideal. Pero un impuesto tan conectado al comportamiento del consumo como el IVA puede registrar evoluciones contrarias a los esperadas. El ejemplo está en el país vecino. Portugal ya subió en 2011 el tipo general hasta el 23% y hace unos meses incluyó a la hostelería en este grupo (estaba en el 13%) y también a la energía (que partía del 6%). Pues bien, hasta el 31 de julio la recaudación por este impuesto en el país luso había descendido un 1,1% respecto al mismo periodo de 2011, cuando el Gobierno esperaba un alza de la recaudación del 11,6%.
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