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Mucho más que una empresa

Desde su sede en el Hospital de los Venerables, la Fundación ha jugado un papel decisivo en la promoción de la cultura artística y científica andaluza.

Pinturas y esculturas barrocas expuestas en el Centro Velázquez de la Fundación Focus-Abengoa.
Pinturas y esculturas barrocas expuestas en el Centro Velázquez de la Fundación Focus-Abengoa.
Charo Ramos, Sevilla

27 de noviembre 2015 - 05:03

Abengoa es para Sevilla mucho más que una empresa. Desde 1982, cuando se creó la Fundación Focus-Abengoa, su papel en la promoción de la cultura artística y científica ha sido decisivo en la capital andaluza. Orientada en un principio a la organización de exposiciones singulares sobre pintura barroca y a la creación de un fondo bibliográfico, tras la apertura en 1991 de su sede en el Hospital de los Venerables la labor de la Fundación creció exponencialmente. Muy reconocidos son, por ejemplo, los proyectos expositivos del Centro Velázquez -el emblema de la Fundación, creado en torno a la adquisición del lienzo Santa Rufina de Velázquez-, sus conciertos de música barroca (a menudo articulados en torno al órgano de Los Venerables) o los premios Focus de Pintura y Alfonso E. Pérez Sánchez de Investigación. Desde 2011, además, el legado del recordado Pérez Sánchez se incorporó a la Biblioteca del Barroco de la Fundación, que supera ya los 37.000 volúmenes.

Sobre el futuro de estas actividades, fuentes de la Fundación Focus-Abengoa consultadas ayer por este medio aseguraron que "la compañía acaba de empezar los procesos de negociación con los acreedores financieros para alcanzar un acuerdo de refinanciación. Nuestro objetivo es poder garantizar la viabilidad y el futuro de Abengoa y, por supuesto, de su Fundación".

Antes de final de año, debería inaugurarse en las salas del Hospital de los Venerables la exposición de obras ganadoras y finalistas del Premio Internacional de Pintura -cuyo jurado se reunió precisamente ayer-, que el año pasado conquistó la obra Little Nemo in Secoland del artista madrileño Óscar Seco. Focus-Abengoa aseguró ayer a Diario de Sevilla que "está previsto que todo continúe según está programado y próximamente se anunciará el ganador del premio de pintura".

Otra de sus convocatorias anuales mejor valorada es la Escuela de Barroco, organizada años atrás con la colaboración de la UIMP y, recientemente, con la Universidad Loyola Andalucía bajo la dirección científica del Premio Nacional de Historia Antonio-Miguel Bernal. Su última edición, celebrada hace dos semanas, fue inaugurada por el conservador de pintura europea del Metropolitan de Nueva York, Keith Christiansen.

La Fundación está muy presente también en la misión investigadora de la primera Universidad privada de Andalucía, la Universidad Loyola, un proyecto que probablemente no se hubiera puesto en marcha tal y como hoy lo conocemos sin el apoyo de la familia Benjumea, vinculada a lo largo de generaciones a la labor docente de la Compañía de Jesús. Según un portavoz de la Universidad Loyola Andalucía consultado ayer por este medio, "la actividad de los programas que desarrollamos conjuntamente con Abengoa está garantizada; no hay ningún problema al respecto".

Abengoa no forma parte del accionariado de la Universidad Loyola. Su relación, añadió esta fuente, "radica en la cesión del edificio que ocupa el campus actualmente, Palmas Altas, y en los programas de Investigación y Formación que desarrollamos conjuntamente a través del Instituto de Investigación Loyola-Abengoa", compuesto por diversos equipos multidisciplinares de ingenieros, tecnólogos, profesores e investigadores procedentes de la Universidad Loyola, de Abengoa Research, y de otras organizaciones nacionales e internacionales.

Según recoge el informe anual de la compañía correspondiente a 2014, la inversión en acción social y cultural de la Fundación fue de 9,5 millones de euros, un 4,4% más que el año anterior. Un 12% de esa cantidad se dedicó a cultura y educación (1.275.600 euros), donde se incluyó, por ejemplo, la partida para llevar al Museo de Arte de Dallas, en Estados Unidos, la exposición Nur: La luz en el arte y la ciencia del mundo islámico, organizada por la Fundación Focus-Abengoa y una de las citas más importantes que Sevilla ha acogido en la última década. La mayor inversión de la Fundación, rozando el 50%, fue sin embargo la otorgada a actividades de bienestar social. Por áreas geográficas, España (a la que se destinó en 2014 el 50%) y Latinoamérica (40,68%) son las zonas privilegiadas.

Para los sevillanos, quizá la Fundación Focus-Abengoa sea sobre todo conocida por su empeño en recuperar el patrimonio barroco de la ciudad. En este afán, en 2014 adquirió el cuadro San Pedro Penitente de los Venerables, de Bartolomé Esteban Murillo, que tras más de 200 años desaparecido (fue robado del Hospital de los Venerables en 1810, durante el expolio napoleónico) volvió así definitivamente a su lugar de origen. Con anterioridad (2012-13) la obra se había presentado en Los Venerables dentro de la exposición Murillo y Justino de Neve: el arte de la amistad que comisarió Gabriele Finaldi, actual director de la National Gallery de Londres, y que Focus-Abengoa organizó junto al Museo del Prado y la Dulwich Picture Gallery londinense. También el año pasado la Fundación prestó dos obras de Velázquez, Santa Rufina e Inmaculada Concepción, para las exposiciones sobre el pintor sevillano que se celebraron en el Kunsthistorisches Museum de Viena y en el Grand Palais de París. A la vez, el Arzobispado de Sevilla cedió a la colección permanente del Centro Velázquez dos pinturas: una tabla de Pedro de Campaña procedente de la iglesia de Santa Catalina de Sevilla, Cristo atado a la columna con San Pedro, y una Inmaculada de Francisco Pacheco.

Otros galardones que otorga la Fundación, además del ya citado Premio Internacional Alfonso E. Pérez Sánchez a investigaciones sobre arte barroco español y su influencia en Europa y América, son el Premio a la Mejor Tesis Doctoral sobre un tema relacionado con Sevilla, que desde hace más de treinta años se concede junto a la Universidad de Sevilla y el año pasado ganó Juan Fernández Lacomba. Desde 2003, la Fundación otorga además el Premio a la Investigación Javier Benjumea Puigcerver.

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