España es el tercer país europeo con mayor tasa de economía sumergida, el 24% del PIB
España se sitúa por encima de la media del 17% estimada para los países avanzados y solo es superada por Grecia (36%) e Italia (31%)
La economía española cerró 2024 con un crecimiento del 3,2%, impulsada por el consumo nacional y la inversión

Madrid/España escala posiciones en el ranking de economía sumergida, donde figura ya como el tercer país europeo con la tasa más alta, del 24% del Producto Interior Bruto (PIB) según un informe del Centro para la Investigación Económica y sobre Políticas (CEPR por sus siglas en inglés).
La economía sumergida en España se sitúa a medio camino entre la media del 17% de los países avanzados y el 33% de las economías en desarrollo y los mercados emergentes, según sugieren las estimaciones existentes, aunque escasas dada la dificultad de la medición de la también denominada economía oculta.
España comparte la tercera posición con Portugal, que también arrastra una tasa del 24%, sólo superada en Europa por Grecia (36%) e Italia (31%), según el estudio elaborado por Franceso Pappadà y Kenneth Rogoff. Lituania, Letonia y Bulgaría también se sitúan por encima de la media estimada de los países avanzados, todos ellos con un nivel del 20% del PIB, seguidos por Francia (14%), Alemania (13%), Croacia (12%), Eslovaquia (12%), Hungría (11%) Finlandia (10%) y la República Checa (10%). En el extremo contrario, con niveles inferiores al 10%, se ecuentran Bélgica (0,5%), Suecia (0,6%), Eslovenia (0,7%), Estonia (0,8%) y Austria y Dinamarca (ambas con 0,9%).
El estudio también refleja la evolución de la economía sumergida entre 1999 y 2020, apartado en el que también destaca España, que acumula una subida del 7%, la misma que Letonia, por delante de la variación del 6% registrada en Bulgaria y República Checa. Por contra, el crecimiento en esos diez años en Bélgica, Dinamarca, Austria, Alemania e Italia apenas apenas alcanza el 1%.
Para los autores, resulta "llamativo" la poca atención prestada por los economistas a la economía sumergida cuando claramente parace ser una parte tran grande y variable de la actividad económica global.
"La economía sumergida ha seguido siendo un gran punto ciego para la política macroeconómica y financiera, y no debería seguir relegada a los márgenes de la investigación económica", remarcan en el estudio.
Los métodos anteriores de los economistas para medir la economía sumergida se basaban en aproximaciones indirectas, como la circulación de efectivo o el consumo de electricidad, o en inferencias basadas en modelos macroeconómicos muy estructurados. Sin embargo, el análisis del CEPR presenta un nuevo enfoque algorítmico y fácilmente actualizable para estimar la actividad informal en Europa, cruzando datos del IVA y encuestas de consumo.
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