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Los regantes urgen a acelerar los embalses previstos en Andalucía tras la tragedia de Valencia

Feragua pide agilizar la tramitación del recrecimiento del Agrio, San Calixto y Cerrada de la Puerta, proyectos que llevan 15 años en el plan hidrológico del Guadalquivir sin apenas haber comenzado

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Pantano de la Breña en Córdoba / Salas / Efe

14 de noviembre 2024 - 17:13

 Feragua ha pedido este jueves en Comisión permanente de Sequía de la Cuenca del Guadalquivir que la confederación hidrográfica agilice la tramitación de los tres embalses previstos en la planificación: el recrecimiento del Agrio, San Calixto y Cerrada de la Puerta. “Además de almacenar agua para los distintos usos, todos cumplirán una función esencial en la laminación de avenidas, y uno de ellos, el de San Calixto, está contemplado como una infraestructura estratégica dentro del Plan de Gestión de Inundaciones de la Cuenca, con un papel clave para evitar las inundaciones en Écija y Palma del Río”, señalan en la asociación, que solicita que se tenga en cuenta la tragedia de Valencia para acelerar estos proyectos.

El presidente de Feragua, José Manuel Cepeda, ha criticado la parálisis administrativa en obras de regulación en los últimos quince años y la “falta de voluntad e iniciativa política” para ejecutar las presas que estaban aprobadas en la planificación hidrológica, que “ha sido papel mojado”.

Estos tres embalses llevan en la planificación desde 2009, según informa Feragua, y “ya hubieran podido estar en funcionamiento si se hubieran cumplido unos plazos lógicos”. Ninguno tiene proyecto cerrado aún, por lo que “es imposible pensar en ellos como solución antes de diez años”.

El Recrecimiento del Agrio, el menor de los proyectos previstos, está en redacción de proyecto y podría empezar a ejecutarse dentro del actual ciclo hidrológico. De los otros dos aún no se ha licitado la redacción del proyecto.

Tanto Calixto como Cerrada de la Puerta acaban de pasar la etapa de autorización de los pliegos de condiciones para la redacción de proyecto, que es el paso previo a la licitación de esa redacción de proyecto y estudio de alternativas. Estos tres embalses sumarían un volumen de agua almacenada de unos 350 hectómetros cúbicos, aportando una capacidad de regulación a la Cuenca de unos 120-150 hectómetros cúbicos anuales, que serían fundamentales, según Feragua, para paliar el déficit hídrico en el Guadalquivir.

La previsión de la administración es que este déficit crecerá un 64% hasta 2039 a causa del cambio climático, que también incrementará los fenómenos meteorológicos adversos. El presidente de Feragua ha exigido a la administración central que diseñe y desarrolle un plan de balsas de riego o microembalses ante la lentitud con la que va la planificación. “Estas infraestructuras no sólo ayudarían a aumentar la capacidad de regulación sino que proporcionarían una mayor defensa frente a las lluvias torrenciales y contribuirían a una mejor gestión de los recursos disponibles, facilitando un mayor aprovechamiento de las escorrentías y una atención más directa y cercana a las necesidades de riego, disminuyendo el tiempo de respuesta entre la petición del regante y el suministros de agua”, dice Feragua.

Feragua afirma que con una inversión de 2.000 millones de euros, podría ponerse en marcha un plan de construir 200 nuevas balsas con las que se acabaría logrando el ansiado equilibrio hídrico. “El regadío demanda a la administración que estudie esta posibilidad y que declare la ejecución de estas infraestructuras como obras de interés general, para acelerar los plazos de ejecución”, afirma.

Feragua ha pedido al Gobierno central un abandono radical de las políticas que hasta ahora han priorizado el medio ambiente sobre las personas y cuyas consecuencias “han quedado evidenciadas en la tragedia de Valencia”. “Hay que quitarle a las obras de regulación el estigma negativo que tienen y comprender que son infraestructuras “verdes” que generan riqueza, empleo, proporcionan garantía alimentaria y además salvan vidas cuando se producen lluvias torrenciales”, ha señalado José Manuel Cepeda. “Invertir en obras de regulación no es caro, lo caro es dejar de hacerlo”, ha concluido el presidente de los regantes andaluces.

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