Castellar: vivienda y empleo, retos de un municipio por explotar

La sentencia que obliga a pagar 6 millones de euros al ducado de Medinaceli es la principal losa para el municipio

Dos turistas, en la Plaza Andalucía de Castellar, esta semana
Dos turistas, en la Plaza Andalucía de Castellar, esta semana / Erasmo Fenoy

Castellar/Castellar de la Frontera afronta las elecciones municipales con muchos frentes abiertos que la nueva corporación municipal tendrá la oportunidad de hacer realidad. Los más importantes son los relativos a la vivienda y al empleo, siempre con la vista puesta en las oportunidades que ofrece la finca pública La Almoraima.

En materia de vivienda, todos los partidos coinciden en que el pueblo se ha quedado pequeño para acoger a los chisparreros que empiezan a independizarse, de ahí que se antoje muy necesaria la construcción de casas. Para ello, ya se han puesto las bases en la zona de Castellar Norte, donde está prevista la construcción de unas 400 viviendas, el 80% de protección oficial. Aún quedan algunos trámites y los primeros ladrillos deberían ponerse en el próximo mandato.

El Ayuntamiento tenía prevista una promoción de VPO junto al hotel Castellar en los terrenos afectados por la sentencia por el que el ducado de Medinaceli tiene que ser indemnizado con más de 6 millones de euros. Esta cantidad es el doble del presupuesto anual municipal, por lo que su pago supondría la “deuda absoluta” del municipio, según el alcalde, Juan Casanova. En la actualidad, el Ayuntamiento negocia para no tener que realizar este gran desembolso.

La creación de empleo es la otra gran preocupación de los partidos que se presentan a las elecciones en un municipio grande en extensión pero pequeño en población. En este mandato el Ayuntamiento, con Juan Casanova (IU) al frente, ha puesto a disposición de empresarios varios recursos municipales que han creado puestos de trabajo. Además, durante el próximo mandato se facilitarán más empleos con la puesta en marcha de nuevos proyectos. La cesión de dos fincas por parte del Ministerio de Agricultura al municipio ha atraído a empresas. Una de ellas, Acuaponía XXI, tiene los trámites muy avanzados para instalar un complejo medioambiental con actividades turísticas, productivas y de formación que podría contratar a unas 100 personas.

En los terrenos de Bocaleones, finca de secano, también puede salir adelante otro proyecto, en este caso para lograr aceite de cáñamo para su uso en la industria farmacológica. Hay dos empresas interesadas en optar al concurso que también debe poner en marcha la próxima corporación.

Castellar siempre tiene puesta la mirada en la finca pública La Almoraima. El reto de los aspirantes a la Alcaldía es conseguir de sus gestores que se abran a ceder terreno para que los empresarios puedan asentarse en sus suelos. El regidor chisparrero, que ha elogiado que el latifundio se haya abierto al pueblo con la eliminación del vallado y la próxima apertura del sendero entre los castillos de Castellar y Jimena, echa en falta que ofrezca suelos a empresarios del sector primario para diversificar su actividad, destinada en exclusiva a la ganadería, la caza y el turismo a pequeña escala.

Con este panorama la batalla electoral se presenta de nuevo muy igualada. En 2011 el PSOE obtuvo 47 votos más que Izquierda Unida y en 2015 la diferencia se redujo a ocho. A pesar del ajustado triunfo de los socialistas, el apoyo de la edil popular Pilar Lobato ha decantado la balanza a favor del partido que lidera Juan Casanova en estos dos últimos mandatos.

En 2019 Juan Casanova presenta como aval la ordenación de la deuda, la puesta en marcha de varios proyectos y el encauzamiento de otros. El PSOE, con la cara nueva de Adrián Vaca, aspira a recuperar los tiempos de la mayoría absoluta de Francisco Vaca, mientras que Pilar Lobato pretende reivindicar el papel del PP tras cuatro años como teniente de alcalde.

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