"Si te diagnostican cáncer, ¡muévete!"
Nuria Tamayo | Periodista y superviviente del cáncer de mama
NURIA TAMAYO, AVE FÉNIX. A sus 50 años, la veterana periodista ha logrado reinventarse tras superar una de las etapas más duras. Nuria Tamayo se define como una superviviente del cáncer de mama. Este duro golpe a su salud y a su estilo de vida lo ha superado sobre una esterilla morada, su tabla de salvación, como ella misma dice. Tras formarse en Barcelona, Nuria Tamayo está ahora centrada en sus clases como profesora de Yoga Hatha y experta en Yoga Oncológico y Yoga Sensible al Trauma. Durante el proceso del cáncer se ha titulado además como técnico superior de Mindfullness y Psicología Positiva.
–¿Qué es el yoga oncológico?
–El yoga oncológico propone una adaptación de la práctica tradicional del yoga al momento que atraviesan las personas con cáncer. Trabaja técnicas para favorecer la rehabilitación física y emocional. Se puede practicar en cualquier momento de la enfermedad y ante cualquier tipo de cáncer.
–¿Cómo comenzó todo?
–Cuando oyes por primera vez a tu médico la palabra cáncer, el tiempo se detiene. Tenía 48 años y una carrera como periodista acreditada. Me diagnosticaron cáncer de mama en mayo de 2019. Un carcinoma ductal infiltrante de 12mm en el seno izquierdo. No me sentía enferma pero, en una revisión ordinaria, me detectaron un bulto. Hay que analizarlo, dijeron. Se hiela la sangre.
–¿Punto y aparte?
–Las mujeres que hemos pasado por ello tenemos ese sexto sentido al ver la cara del radiólogo mirando la eco. Algo raro ha visto. Te mira, sonríe, pero ya no estaba… me había elevado al techo de la consulta, como en una nube. Las voces llegaban amortiguadas. Cuando me levanté de la camilla el suelo era un pavimento ondulante que mareaba. Todo se movía a cámara lenta.
–¿Cómo cambia todo?
–De pronto me catapultaron al mundo de la preocupación, del desasosiego, la inquietud, la desazón. Y de ahí, a los resultados de la biopsia, una semana sin dormir. ¿Será? ¿no será? ¿en qué grado? ¿habrá metástasis? ¿estaré comida por dentro? La angustia te ahoga la garganta, la glotis se cierra y la boca del estómago te aprieta espasmódicamente.
–¿Cómo logró calma?
–Todo se paraliza. Ya no era una profesional activa sino una enferma de cáncer con un largo camino por delante. Y en ese camino estaba el yoga que ya practicaba. Me convertí en maestra de Hatha y especialista en yoga oncológico para ayudar a otras personas en la misma situación. –Algunas terapias frente al cáncer son agresivas.
–¿Cómo ayuda el yoga?
–El yoga alivia la fatiga relacionada con el cáncer, mejora la concentración, calma el malestar estomacal y aumentar la autoestima. Tras la radioterapia reduce el riesgo de rango limitado de movimiento de zonas afectadas por quemaduras y alivia molestias.
–¿Y la esfera emocional?
–El yoga ayuda a volver a la normalidad y a reducir el riesgo de depresión.
–¿Cuál es su consejo ante el diagnóstico?
–Mi primer consejo es: ¡Muévete! Excepto cuando estás en la “zona crítica”, el reposo puede anquilosarte y retrasar la mejoría.
–¿Cómo plantea sus clases de yoga oncológico?
–La práctica de yoga que propongo con YogaYCáncer se adapta a las necesidades de cada persona.
–¿Qué echa de menos en los hospitales?
–Le debo mucho a los médicos. Les respeto por encima de todo porque me han salvado la vida. Pero hay que ir más allá. En EEUU y ya también en Europa e incluso en Madrid y Barcelona se están introduciendo dentro de los mismos centros salas de práctica de yoga y de entrenamiento funcional. La ciencia ha demostrado los beneficios de los ejercicios de fuerza para no perder la masa muscular y la mejoría en los niveles de ansiedad. Aquí estamos a años luz.
–A la enfermedad, ¿se suman otros golpes?
–A los miedos que rodean a los pacientes durante la enfermedad, se suma el miedo a perder el trabajo por la baja, por las ausencias por citas médicas o porque nuestra capacidad para desarrollar el trabajo se merma debido a las secuelas de la enfermedad y sus tratamientos.
–¿Maneja datos?
–En 2018 se iniciaron en España 12.245 procesos de baja por cáncer de mama pero tan sólo el 53% retorna al trabajo de forma efectiva. La legislación laboral no les protege porque la enfermedad nunca aparece como motivo del despido. Según el estudio de la Asociación Española del Lucha contra el Cáncer Toxicidad financiera del cáncer mama, el 34% de las enfermas ha perdido su trabajo debido a la enfermedad y el 70% ha perdido casi todos sus ingresos.
–¿Se atiende correctamente el sufrimiento?
–Al lado de la consulta del oncólogo deberías entrar en la del psicólogo. Y éso, por regla general, se deja en manos de las asociaciones como la AECC, Proyecto Mariposas, Amama o Pulseras Rosas (en el caso del cáncer de mama). No debería ser así. Soy monoparental (de una niña maliense adoptada) y me quedé durante la enfermedad sin pareja y sin trabajo. Todo se truncó, pasó un tsunami. Mi esterilla y mi obstinación me ha levantado.
–¿Con qué se queda?
–Con mis alumnos. Cada día me dan una lección de superación. Tengo enfermos de todos los tumores, desde pulmón a riñón, estómago, páncreas, próstata o útero. Entre ellos muchas mujeres afectadas de cáncer de mama. De todas las edades y en muy distintas condiciones. Cada sesión me dan una lección de coraje, sencillez y humildad. Me fascina su valor y el arrojo de acudir siempre a la cita aunque dos días antes hayan pasado por la quimio, estén aún con puntos o tengan una prueba al día siguiente. Mi sankalka (propósito) está enfocado en contribuir a tu progresiva restauración física y emocional con una práctica “entre algodones”.
–¿Le podemos seguir por redes?
–Sí claro. Buscando Nuria Tamayo YogayCáncer en Instagram, Facebook y el Canal de Youtube. Donde no sólo doy tips sobre el yoga para las personas con cáncer u ofrezco clases, sino que además entrevisto a oncólogos, psicólogos, expertos, voy colgando novedades, noticias, nuevos tratamientos... Al ser periodista no puedo evitar contar y aportar información sobre este mal que cada año afecta en España a 280 mil personas. Así que, si me buscan les informaré dónde pueden acudir presencialmente o si lo prefiere, hacer la práctica on-line desde cualquier sitio.
–¿Proyectos?
–Ampliar las clases a más espacios porque me lo demandan mucho. Abrirlo a hospitales y centros públicos o privados. Ahora estoy en la AECC, con Proyecto Mariposas y en Sevilla en dos espacios privados Bienestart, en Dos Hermanas, y Shuka en Bormujos, pero hay muchos lugares e incluso ayuntamientos, como el de Tomares, interesados. También preparo un RETO para octubre (que aún no voy a desvelar) y el Primer Festival Internacional de Yoga de Sevilla después de la semilla que puse, junto a Vive Yoga Mairena, del Festival Sevilla Sensorial el pasado octubre, uno de los pocos eventos dedicados a Yoga en la ciudad de Sevilla.
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