"Nos llegan más historias de oscuridad sobre reinas que sobre reyes"
laura pérez | dibujante
RETRATOS PARA DIEZ REINAS. Laura Pérez (Valencia, 1983) ha trabajado en el ámbito de la ilustración para publicaciones nacionales y extranjeras. Con textos de Olivia Godat y Rémi Giordano, ilustra en Reinas de leyenda las biografías de unas mujeres que “estuvieron lejos de llevar la vida de ensueño que solemos imaginar”. También con Errata Naturae ha firmado Los secretos de las brujas y Sirenas de leyenda. En 2022 fue nominada a los Emmy por los créditos de Solo asesinatos en el edificio (Disney+). Entre sus reconocimientos, está el Premio Ojo Crítico de Cómic con Ocultos (Astiberri). El año que acaba de terminar ha visto también la publicación de otra novela gráfica, Nocturnos, comprada ya en Francia, Italia y USA.
–Recrea en ‘Reinas de leyenda’ los nombres de algunas de las más famosas mujeres de la historia. ¿Cómo ha sido el proceso?
–Yo diría que la principal diferencia es trabajar desde el imaginario, o desde su ausencia. Hay algunas con las que es inevitable tener una imagen previa porque, claro, existen retratos, como el caso de Sissi, o de Isabel II de Inglaterra, de la que tenemos muchísimo material gráfico. Luego hay otros casos en los que apenas hay nada, como una reina nórdica llamada Gunhild, que lo único que podemos rastrear son imágenes quizá un poco idealizadas y, como mucho, centrarte en la ropa o joyas de la época que han encontrado.
–Cleopatra es la portada pero, ¿cuál de ellas le resulta más evocadora?
–Cleopatra me resulta especialmente fascinante, porque no para de salir nueva información sobre ella. También el caso de Josefina Bonaparte... Pero todas ellas, estudiándolas, son muy interesantes. Incluso aquellas de las que ya sabemos mucho, como de María Antonieta, nos siguen fascinando. Con respecto a la elaboración, he disfrutado mucho con los detalles de Catalina de Médicis: quería jugar con su personalidad, combinando lo luminoso y lo oscuro, según lo que se va conociendo de su historia:el de Catalina de Médicis es un ejemplo que te invita a indagar en su biografía, con ese punto más oscuro. Con Gunhild he querido seguir jugando al misterio de su historia, que parece a medio camino entre lo real y la leyenda; igual que con Wu Zetian, que fue emperatriz de China. En estos casos, es un reto generar esas imágenes:en el caso de Cleopatra, por ejemplo, hay muchas teorías acerca de su físico, y le dimos muchas vueltas al asunto de la piel. Al final, nos centramos a medio camino, porque los investigadores van de un lado a otro.
–¿En qué se basa para trabajar?
—Aparte del texto, miro muchas imágenes, que suelen tener un estilo hierático, además de películas y adaptaciones. Por ejemplo, a Catalina de Médicis la muestran como a una mujer bastante rígida: tenía que hacer algo así para la ilustración. Los retratos que nos han llegado de Catalina muestran una mirada muy característica, muy dura, pero no sabemos cómo fue realmente, qué se quería transmitir en esas pinturas. Pero son esas imágenes, junto con los escritos, lo único con lo que contamos.
De los personajes históricos, no nos llegan sus momentos de inseguridad, depresión o miedo"
–Algunas de estas mujeres, al menos desde la historiografía, eran claramente malvadas. ¿Hasta qué punto cree que ha podido influir una leyenda negra interesada?
–Teniendo en cuenta que las pintaban normalmente señores, pues ya podemos esperar un sesgo. Siempre se ha ensalzado más la figura del hombre que de la mujer que ostenta un cargo de poder o es superior a muchos otros, y esas personas deciden qué atmósfera o qué personalidad darle:eso ha condicionado mucho las etiquetas. Comparativamente, nos llegan más historias de oscuridad sobre reinas que sobre reyes.
–De los diez nombres que aparecen aquí, ¿cuál diría que ha sido el menos entendido?
—Pues Gunhild, la líder noruega, quizá porque queda muy poco de ella. Le pilló el cambio de milenio en plena Edad Media y vemos que su historia incorpora rasgos de la leyenda de Bruniquilda. La historia suele ser poco fiable en cuanto a documentos escritos porque se escriben en ese momento, con unos intereses determinados. Pero, poco a poco, desde la historia y la antropología estamos viendo nuevos matices que nos hacen ampliar el foco. Como ilustradora, a veces, queda tan poco a lo que aferrarte realmente que no hay más remedio que inventártelo según fisionomía o escritos de la época, y estar pendiente de lo que va saliendo referente a vestimentas, orfebrería y demás.
–¿A quiénes metería en la lista de las que se han quedado fuera?
—No sabría decir. Quizá a nuestra Victoria Eugenia, pero hay muchas historias que parecen arrastrar más de lo evidente. De todas formas, cuando trabajas con otros autores, ellos deciden la selección:sé que en este caso se ha querido abarcar, por ejemplo, una amplia diversidad de lugares.
–¿Qué cree que podía infundirles a mujeres como estas ese hálito de “yo también puedo hacerlo”? Porque muchas sacaron los pies fuera de tiesto con gran maestría.
–No les quedaba otra, eran reinas por matrimonio o herederas de sangre. Imagínate su situación en semejante contexto, con hijos que tenían que proteger o que se morían, con todos los ojos puestos en ellas, sometidas a una gran presión. De los personajes de la historia, sabemos lo que podemos leer de ellos, pero no nos llegan sus momentos de depresión, de inseguridad o de terror, porque eso no aparece en los libros. Podían temblar o no, ser fuertes o débiles, pero de forma pública tenían que estar de una manera determinada, pues sabían cuál era su deber.
También te puede interesar