Rajoy apuesta por avanzar en la integración europea en la próxima cumbre de la UE

El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, dijo que en el próximo Consejo Europeo, que se celebrará en Bruselas el 18 de octubre, la Unión Europea (UE) deberá dar un "paso adelante" en el proceso de integración política, económica, bancaria y fiscal". Durante su intervención en el congreso de la Internacional Demócrata de Centro que se celebra en Roma (IDC), Rajoy aludió a la necesidad de "concretar" las ideas surgidas de la cumbre europea celebrada el 28 y 29 de junio pasado y que, en su opinión, fue un "éxito de todos".

También recordó la gran transformación sufrida en Europa tras la firma del tratado fundacional de la Unión Europea en Roma en 1957 y puso de relieve el avance que experimentó el continente respecto a los años precedentes a este acuerdo. En su discurso, Rajoy se decantó por una Europa "con más integración y más solidaridad".

Rajoy intervino en el congreso de la IDC, tras mantener una reunión con el primer ministro de Italia, Mario Monti, con el que trató asuntos relacionados con la crisis de la eurozona y las relaciones bilaterales, como la cumbre del próximo 19 de octubre que se celebrará en Madrid. Aseveró el presidente español que, ante la crisis, los gobernantes tienen dos opciones: culpar a los demás de los problemas o mantener el compromiso con el Estado de Derecho, con la democracia y con los ciudadanos "en cada decisión por difícil que sea", y que él se decanta por esta opción.

El líder popular se remontó a los orígenes de la Unión Europea, y a cuando "aún humeaban las cenizas de un continente arrasado por el fanatismo, y guiados por el faro del humanismo y la libertad, los europeos fuimos lo suficientemente valientes como para dejar a un lado las diferencias". "Nos hemos dotado -sostuvo- de un marco institucional sólido, donde todos y cada uno de los ciudadanos pueden ejercer la libertad de la que son depositarios desde su nacimiento".

El líder conservador español señaló la "dimensión reformista" que los países están adquiriendo en el contexto de la crisis económica y que, en su opinión, ayudará a que "a nivel nacional y europeo" los países aseguren su "futuro y la prosperidad" de la que venían disfrutando desde los orígenes de la Unión Europea. Rajoy, que hoy fue reelegido vicepresidente de la IDC, se refirió asimismo al ideario del foro del que forma parte, y señaló que sus representantes consideran que "la libertad, la democracia, el respeto a los derechos humanos y al Estado de Derecho no son un coto reservado a unos cuantos afortunados".

El político español fue aplaudido por los asistentes al foro al evocar la figura del fundador del Movimiento Cristiano de Liberación, el cubano Oswaldo Payá, fallecido recientemente, y de quien dijo "ha sido y seguirá siendo una inspiración, no solo para los cubanos, sino para todos aquellos que defienden la consecución de sociedades libres y democráticas". Durante su discurso, mencionó también a los países en los que estalló la llamada primavera árabe y afirmó que desde la institución de la que es vicepresidente deben impulsar las "importantes reformas" que, "a todos los niveles", se están produciendo en esas sociedades.

Tras su comparecencia de alrededor de 20 minutos, Rajoy se reunió con el primer ministro de Irlanda, Enda Kenny, que también intervino en este congreso celebrado en la sede de la Cámara Baja de Italia y cuya sesión fue inaugurada por su presidente de la asociación que aglutina a 75 partidos, el italiano Pier Ferdinandfo Casini. Casini expresó su solidaridad con la ex primera ministra ucraniana, Yulia Tiymoshenko, de quien dijo que está sufriendo un "linchamiento político", y que fue otra de las personalidades a las que se recordó en la reunión junto con Payá. El político italiano también se refirió a la "oleada de populismo y antipolítica" que están experimentando algunos países europeos y que, en su opinión, son "fenómenos destinados al fracaso". En el congreso del IDC asistieron también el primer ministro de Grecia, Andonis Samarás, el primer ministro de Hungría, Víktor Orbán, y el de Albania, Sali Berisha.