Pilar Cernuda
¿Llegará Sánchez al final de la legislatura?
las claves
La aprobación de los Presupuestos del Estado es prioritario para Rajoy, así como plantar cara al desafío independentista catalán que acaba de dar un nuevo paso con la designación de un candidato a presidente que previsiblemente dará paso a un nuevo Govern, aunque nada se puede dar por seguro cuando anda Puigdemont por medio. Sin embargo, para Rajoy es básico recuperar Madrid. Si no lo hace, las opciones de que gobierne una legislatura más son prácticamente nulas.
Rajoy se toma su tiempo. Siempre se ha dicho que tarda en tomar decisiones o que permite que se prolonguen los problemas para ver si se resuelven solos. Pero con frecuencia se enquistan. Ante la crisis de Madrid, provocada por el máster de Cifuentes, el presunto robo de unas cremas y su dimisión como presidenta y demás cargos, Rajoy encontró excusas para no intervenir hasta que ya no tuvo más remedio: que si la convención de Sevilla, que si había que esperar al resultado de la investigación de la universidad...
Como siempre, Rajoy decidió poco antes de que sonara el gong, cuando no tenía más remedio porque la presidenta de la Asamblea de Madrid iba a iniciar la ronda de conversaciones con los grupos para proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno regional. Pío García Escudero recibió la llamada en la que se le ofrecía la Presidencia regional del PP a mediodía. Juan Carlos Vera, el nuevo secretario regional, a las 13:45, poco antes de que Ángel Garrido conociera que sería el candidato oficial, no interino, para sustituir a Cifuentes.
Nadie conoció las intenciones de Rajoy hasta esa mañana, y eso incluye a Cospedal y a Maíllo. El Comité Electoral madrileño barajaba tres opciones: apostar por la continuidad puesto que Cifuentes no había sido obligada a dimitir por su gestión o elegir a alguien no relacionado con las familias del PP de Madrid, enfrentadas entre sí y responsables directas de la crisis del partido. Era complicada la elección, porque el candidato debía formar parte del grupo parlamentario, de 48 diputados, pero que iba ya por el número 74 de la lista por las sucesivas dimisiones, lo que significaba que la mayor parte de los parlamentarios estaban la parte última de la lista.
La tercera opción era proponer como candidato al portavoz del grupo parlamentario, Enrique Osorio. Finalmente Rajoy se inclinó por Garrido, pero... con un partido regional reforzado con dos personas de su máxima confianza, que conocen muy bien el PP madrileño y nacional, y que cuentan con su plena confianza porque han trabajado codo a codo durante décadas. Uno no tiene ni que consultar a Rajoy porque "sólo con mirarlo ya sé lo que piensa". Y para Rajoy es clave que eso ocurra en Madrid.
Siempre dijo Rajoy que Madrid, sobre todo la Alcaldía por su gran presencia institucional, es la joya de la corona de cualquier partido y siempre ha dado prioridad a elegir a los candidatos con más oportunidades de ganar porque considera que el alcalde, más que el presidente del Gobierno regional, puede influir más en la imagen del PP nacional que cualquier ministro. Es la razón de que hace tres años decidiera designar candidata a la Alcaldía a Esperanza Aguirre, a pesar de sus más y sus menos con ella, y además, con su carácter, había provocado grietas profundas en la convivencia del PP regional. Pero Aguirre tenía algo importante en su haber: todos los sondeos indicaban que era la candidata que obtendría mayor número de votos. Ganó las municipales, pero sin mayoría absoluta, y el PP sólo gobierna con mayorías absolutas.
García Escudero, presidente del Senado, dirigió el PP madrileño durante 11 años y también conoce el PP nacional como pocos. Ha sido director de la mayoría de las campañas madrileñas que dieron el triunfo al PP y también de varias de las nacionales. En cuanto a Juan Carlos Vera, en el partido desde los tiempos de Alianza Popular, siempre en cargos organizativos, ha sido director de las campañas de Esperanza Aguirre y de Cifuentes, lidiando con dos animales políticos que tenían identidad propia y que además mantenían unas relaciones muy tensas entre ellas. Y salió bien parado. Conoce, al igual que Escudero, perfectamente cómo respiran las familias madrileñas, quién es afín a quién, quién detesta a quién, quienes son leales y quiénes van a lo suyo o son capaces de cualquier cosa.
La relación de Escudero y Vera es muy estrecha porque han trabajado juntos en situaciones difíciles; al mismo tiempo, la relación de los dos con Rajoy es excepcional. No pertenecen a ningún sector concreto del PP, lo que probablemente Rajoy también ha tenido en cuenta porque en el PP hace tiempo que existen tensiones, en algunos casos animadversiones que ya ni se ocultan, y eso afecta a la buena marcha del partido. Tanto Escudero como Vera son completamente ajenos a esas fricciones y no responderán más que ante Rajoy sin por ello hacer de menos a Cospedal y Maíllo... que tampoco guardan una relación intensa entre ellos. Pero en aguas más procelosas han navegado Escudero y Vera.
Su objetivo es poner orden en el PP madrileño, recuperar la esperanza perdida, atar en corto a quienes pretenden barrer para casa, para su familia política e ir pensando en las listas municipal y autonómica. Es una de las tareas encargadas por Rajoy, aunque él tendrá la última palabra, sobre todo respecto a las cabezas de esas dos listas.
Todo apunta a que Pablo Casado será candidato a la Alcaldía, pero podría serlo al Gobierno regional... o no a nada, con Rajoy nunca se sabe. El presidente no quiere decidir hasta que los otros partidos designen candidatos, para ver cuál es la mejor opción.
Soraya Sáenz de Santamaría también suena y entre las personas que la promueven está Cospedal, lo que induce a pensar en apartarla del Gobierno. Pero aparte de la ministra de Defensa, hay un elemento más que juega en su posible candidatura: la militancia madrileña también la quiere porque es quien sumaría más votos.
De momento, está aparcado todo lo relacionado con los cabezas de lista, y antes de concretar los nombres se realizará un sondeo para ver quienes son los que tienen más posibilidades de ganar. El encargo recibido por Escudero y Vera ha sido poner orden en el PP de Madrid y hacer todo lo necesario para que quede fortalecido para ganar elecciones.
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