Los toros de Victorino Martín ponen el broche de oro a la feria de Algeciras

La feria de Algeciras 2023 termina con una divisa histórica: la de Victorino Martín, que saltará al ruedo de Las Palomas este sábado.

La ganadería, una de las más influyentes de la historia moderna de la tauromaquia, atraviesa un excelente momento después de lidiar dos grandes corridas tanto en Sevilla, donde uno de los ejemplares fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre, como en Madrid. El hierro, afincado en Cáceres, ha vuelto a combinar toros de bandera con las clásicas "alimañas", como las llamó Francisco Ruiz Miguel, que tanta fama le han reportado en el pasado.

Los toreros consideran a estos toros, del encaste Santa Coloma-Albaserrada, como muy exigentes y especialmente vivos durante su lidia. Victorino se llevó todos los premios en la pasada feria de Algeciras, cuando su mayoral, Félix Majada, fue sacado a hombros junto al resto de la terna.

Dos especialistas y una sorpresa

El otro triunfador indiscutible aquella bonita tarde fue Antonio Ferrera, que vuelve a anunciarse con los Victorinos en Las Palomas. Pocos diestros conocen todas las "teclas" de esta ganadería mejor que él. Curiosamente, el espada extremeño se ha quedado esta temporada fuera de la feria de San Isidro, uno de sus principales acicates.

A comienzos de este año, Ferrera y Cristina Sánchez anunciaban el final de la relación de apoderamiento que les unía desde hacía algún tiempo. Desde entonces, Ferrera, torero singular y de enorme personalidad, gestiona personalmente su carrera.

El segundo espada de la terna es Manuel Escribano, que cuajó una excelente tarde antes los Victorinos en la pasada Feria de Abril, cuando sorteó a un descendiente del famoso Cobradiezmos, indultado en 2017. Escribano, por cierto, está muy ligado a Tarifa por lazos familiares.

Cierra cartel Miguel Ángel Pacheco, torero nacido en La Línea de la Concepción y que debuta como matador de toros en Las Palomas. La falta de oportunidades entre los que empiezan le han obligado a conocer la cara más dura de la profesión. Ya ha hecho el paseíllo en las exigentes plazas francesas de Vic Fezensac y Céret, entre otras.