El sábado se vive a tope en el ferial

Gente de todas las edades con ganas de diversión llenan las casetas y los alrededores del recinto. Los jóvenes hacen suya la noche de la que disfrutan hasta la madrugada

Y. G. T. / Los Barrios

15 de mayo 2011 - 13:40

Sábado de feria. Uno de los días más esperados por los barreños para acudir a la feria y disfrutar de ella todo el día. Después del almuerzo, una multitud se encaminó para la feria, las tres, las cuatro o las cinco de la tarde y a pesar del calor era buena hora para comenzar a disfrutar de un larga tarde de sábado, junto a los amigos.

Aparcado el trabajo y las ocupaciones de la semana, el día de ayer era el propicio para el disfrute de todos: niños, solteros, casados, divorciados, viudos. Para todas las edades hay diversión en la Feria de Los Barrios, que atraviesa su recta final con la bienvenida también de ciudadanos de las poblaciones cercanas, como Algeciras, San Roque o La Línea. Baile, mucho baile, por sevillanas en algunas casetas o música disco en otras para los más jóvenes. Todos ellos, con las típicas jarras de rebujito, la mejor opción para esta fiesta.

En la zona de atracciones, los niños siempre dispuestos a repetir, hacían colas en el látigo, la nube o el zig-zag, atracciones todas con gran éxito, que junto con las camas elásticas, el tiovivo y los coches de choque, hacen las delicias de los más pequeños.

A medida que pasaba la tarde, la animación crecía en las casetas, los bailes dejaban un rato para el descanso y la charla con los conocidos para algunos, mientras que otros decidían tomar un poco el aire fuera de las casetas. Las buenas temperaturas de la tarde, animaron a muchos a continuar con la fiesta fuera en los alrededores de la feria, esperando mientras tanto que se despejaran un poco las casetas para poder entrar. Este año, además había más espacio para los botellones. Un gran número de jóvenes se acercan cada tarde al recinto con sus bolsas de supermercado en el que llevan acopio de todo tipo de bebidas alcohólicas, vasos y hielo. Este año además, han contado con más metros cuadrados para esta prácticas. La feria ha ganado 3.000 metros cuadrados de superficie con el derribo de la antigua lavandería.

Pero no sólo de la bebida y el baile vive un hombre en feria, la comida es fundamental. Para ello, un gran número de puestos de patatas fritas, patatas asadas, almendras fritas e incluso pulpo asado, se repartían por las calles de la feria. Las heladerías, especialmente la que que cuenta este año con granizada de rebujito hacía su agosto.

En la Caseta La Espuela, también a rebosar, los camareros del Rincón del Cubano, no daban abasto para preparar Caipirihnas, mamamojitos, cocolocos y daiquiris, un gran número de cócteles, con los que cuenta este año esta caseta. La animación continuó hasta altas horas de la madrugada en todas las casetas, donde los jóvenes se divirtieron a tope, como preludio al último gran día de fiesta, con la celebración del día del patrón San Isidro.

A pesar del gran número de personas que llenaron el ferial, hasta el momento no han existido incendias a reseñar. Los agentes de seguridad controlan los accesos a la feria realizando controles de seguridad y evitando los colapsos en los aparcamientos, especialmente en la autovía, donde los coches llegaban hasta el acceso este, uno de las principales vías de entrada y salida del municipio.

En las casetas no han existido tampoco problemas, alguna pequeña, sin consecuencias. Lo más destacado y comentado, el rociado de spray de pimienta la madrugada del viernes en las casetas de las peñas Toro Embolao y Partido Socialista. En ambos casos, fue necesario el desalojo temporal de las casetas. La normalidad, volvió a los pocos minutos a las casetas, que volvieron a llenarse de público.

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