Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Aunque su vida está totalmente expuesta, pocas veces los miembros de las familias reales muestran sus sentimientos en público. Sin embargo, el príncipe Enrique ha roto con esta tradición no escrita. En plena lucha contra la prensa sensacionalista británica, el duque de Sussex no pudo ocultar la emoción al hablar de su hijo Archie, nacido el pasado 6 de mayosu hijo Archie, e incluso se le escapó alguna lágrima durante el discurso que pronunció en una gala el martes, la de entrega de los premios de la fundación WellChild, que ayuda a niños enfermos.
"El año pasado cuando mi mujer y yo asistimos a esta gala sabíamos que estábamos esperando nuestro primer hijo. Nadie lo sabía en ese momento, pero nosotros sí", contó. Fue entonces cuando el duque de Sussex no pudo evitar derrumbarse. Tras darse unos segundos para tranquilizarse, continuó: "Recuerdo apretar la mano de Meghan tan fuerte durante los premios, los dos pensando en cómo sería convertirse en padres algún día y más aún cómo sería hacer todo lo posible para proteger y ayudar a nuestro hijo, si hubiera nacido con algún desafío que requiriese atención inmediata o se hubiera puesto mal pasado el tiempo. Y ahora como padres, estar aquí para hablaros a todos vosotros toca la fibra de mi corazón de una manera que no podría haber comprendido antes de tener mi propio hijo".
Con estas palabras no cabe duda de que la paternidad ha cambiado, y mucho, la forma de ver el mundo del duque y también de su mujer, Meghan Markle, presente también en esta gala.
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