Guerra abierta entre la familia real británica y la BBC
El documental 'Los príncipes y la prensa' remueve los cimientos de Buckigham y provoca un comunicado oficial en el que Isabel II y los príncipes Carlos y Guillermo aúnan fuerzas contra "declaraciones infundadas y exageradas".
El documental Los príncipes y la prensa, emitido por la BBC el lunes por la noche, ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Isabel II. Nunca antes Buckigham había reaccionado de forma oficial a una emisión de la cadena. Hasta ahora.
Buckingham Palace, Clarence House y Kensington Palace se han unido para emitir un comunicado sin precedentes. Un escrito que la propia BBC hizo público tras ofrecer el primer capítulo del documental y en el que tanto la reina Isabel, como el príncipe Carlos y los duques de Cambridge expresan su malestar por este tipo de programas.
"Una prensa libre, responsable y abierta es de vital importancia para una democracia sana. Sin embargo, demasiado a menudo hay declaraciones infundadas y exageradas de fuentes desconocidas que se presentan como hechos y es irritante que cualquiera, incluida la BBC, les de credibilidad", reza el comunicado. Con estas palabras, los representantes de la casa real británica alertan de la falta de veracidad de las informaciones vertidas en el referido documental.
Motivos no les faltan para ponerse en alerta. En la primera entrega de Los príncipes y la prensa, donde se analiza la relación de los príncipes Enrique y Guillermo con los medios de comunicación, se asegura que varios miembros de la familia real informan desde hace años a los periodistas de sus vidas. Además, diferentes testimonios confirman que desde la casa real se han filtrado de manera intencionada varias historias negativas sobre Meghan Markle. En el comunicado, se califica de "decepcionante" el hecho de que la BBC haya aireado estas acusaciones y las relacionadas con la salida del príncipe Enrique y Meghan Markle de Reino Unido.
En el primer episodio, La nueva generación, se analiza también la relación de la casa real con los medios, cuestionando algunas actividades ilegales, como engaños y hackeos, que se utilizaron a finales de los años 90. Lo que pocos podían imaginarse era que Meghan Markle volvería a estar presente, esta vez en boca de una abogada que, con el permiso de la duquesa de Sussex, respondía a las acusaciones sobre el maltrato que Meghan daba al personal de Buckingham: "Estas historias son falsas. Lo de que nadie puede trabajar con la duquesa de Sussex, que es muy complicada y exigente como jefa y que muchos abandonaron, no es cierto".
Según la prensa británica, la emisión de este documental tenía preocupada a Isabel II y al resto de la familia real, y la reina intentó tener acceso a él antes de su emisión. Pero su petición fue denegada por parte del canal, provocando el enfado de la monarca. El periódico Daily Mail añade que los Windsor han amenazado con boicotear proyectos futuros de la emisora. Una decisión que desde la BBC tildan de "absurda" y justifican la emisión de todos estos testimonios para el objetivo de este documental.
El antecedente que sembró la discordia
No es la primera vez que Isabel II censura un trabajo de la BBC. La soberana, junto a su familia, abrieron las puertas de Buckigham a la cadena pública inglesa en 1968. La reina, el príncipe Felipe y sus hijos permitieron que las cámaras de la BBC siguieran su vida diaria durante 18 meses entre 1968 y 1969. El resultado fue un documental, titulado Royal Family, que se emitió en BBC One en junio de 1969.
Royal Family dio una mirada íntima de la realeza, incluyendo escenas de una barbacoa privada suya en Balmoral y la reina Isabel conversando con el presidente Nixon. La intención era hacer que la audiencia moderna se identificara más con la familia real.
Según The Independent, el documental atrajo a 30 millones de espectadores cuando se emitió por primera vez en la BBC; después obtuvo otros 15 millones cuando se emitió en ITV una semana después. Sin embargo, se enfrentó a las críticas de quienes argumentaron que el hecho de mostrar momentos íntimos desafiaba el propósito de la monarquía.
En 1970, el Palacio de Buckingham relegó el documental a los archivos reales; esto significa que no podía emitirse a menos de que recibiera un permiso de la reina Isabel II. La BBC lo emitió por última vez en febrero de 1972. Isabel II lo prohibió ante las críticas de que aumentaría el interés de los tabloides.
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