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Londres/En un momento clave en el que el Reino Unido quiere ganarse el favor de la Unión Europea (UE) para que introduzca cambios en el acuerdo del Brexit, Gibraltar saltó de nuevo a la palestra para enfrentar a ambas partes.
El Gobierno británico expresó este viernes su malestar por el hecho de que los países de la UE calificaran, en un documento sobre medidas migratorias tras el Brexit, al territorio de Gibraltar como "colonia británica", término que tachó de "completamente inaceptable".
El Peñón ya fue motivo de trifulca entre Londres y Bruselas cuando la negativa de España a ratificar el Acuerdo de Salida por los términos en los que dejaba a Gibraltar estuvo a punto de frustrar el pacto. Finalmente, España levantó el veto al hacer el Reino Unido una interpretación por escrito sobre ese extremo que convenció al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de las garantías que reclamaba respecto al territorio.
Ahora, el calificativo de "colonia" ha encendido al Ejecutivo de la conservadora Theresa May, que reivindicó a través de su portavoz oficial hoy que "Gibraltar es una parte integral de la familia del Reino Unido". "Eso no va a cambiar a raíz de nuestra salida de la Unión Europea", agregó, a raíz del documento comunitario que propone que los ciudadanos británicos puedan viajar sin necesidad de visado en el espacio Schengen durante noventa días, en cualquier periodo concreto de 180 jornadas.
La controversia se produce en uno de los momentos más delicados en el proceso del Brexit, en el que el Reino Unido persigue volver a negociar la polémica salvaguarda irlandesa contemplada en el acuerdo de salida, mientras que la UE se niega a modificar el documento.
May prometió el pasado martes a la Cámara de los Comunes volver a la capital belga y tratar de buscar una solución alternativa a la salvaguarda, un mecanismo pensado para evitar el restablecimiento de una frontera dura entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
La premier tomó esa decisión después de que 317 diputados de la Cámara de los Comunes votaran a favor de una enmienda que le urgía a renegociar ese asunto. Una pretensión sobre la que la UE no para de echar tierra encima, hoy con las declaraciones del vicepresidente de la Comisión Europea, el socialista Frans Timmermans, quien afirmó que los Veintisiete están comprometidos a mantener la salvaguarda y afeó a May su reclamación de una alternativa sin "decir cuál".
Enfrascado en ese arduo proceso, el Ejecutivo británico reiteró su determinación de que el Reino Unido abandone el club de los Veintisiete el próximo 29 de marzo, fecha prevista en virtud de la aplicación del artículo 50 del Tratado de Lisboa.
Una voluntad que puso en duda este jueves el ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, quien afirmó que el Brexit podría tener que retrasarse si finalmente hay acuerdo. Su compañero en el gabinete de May, el ministro de Comercio Internacional, Liam Fox, trató hoy de matizar esa aparente contradicción al afirmar que existe una "enorme diferencia" entre retrasar el "brexit" porque no se haya conseguido aprobar el acuerdo o un "corto aplazamiento" para preparar la legislación necesaria si el Parlamento ratifica el pacto.
Sobre esa eventual prórroga se pronunció hoy el Gobierno irlandés, que apuntó que el Reino Unido debe delimitar "sus objetivos" si decide pedir una extensión porque no tendría sentido volver a la misma situación que ahora, pero "dentro de tres meses". Así lo manifestó la ministra irlandesa para Europa, Helen McEntee, quien, con respecto a la frontera irlandesa, descartó posibles "soluciones tecnológicas" -idea planteada por algunos diputados en Westminster- porque, según recordó, la frontera tiene casi 500 kilómetros y 208 puntos de paso que "cruzan por casas y negocios".
May ha avanzado que el 13 de febrero volverá a la cámara para exponer sus planes si para esa fecha todavía no ha logrado pactar con Bruselas modificaciones que faciliten la aprobación del acuerdo del Brexit. Los diputados volverán a tener entonces la oportunidad de proponer nuevas enmiendas que modifiquen la hoja de ruta del Gobierno.
España defendió hace una semana que regiría la doctrina de la ONU sobre Gibraltar tras un Brexit sin acuerdo.
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