Gibraltar, un espacio pequeño pero todavía permisivo con los fumadores

El pasado 2 de enero entró en vigor en España la ley anti-tabaco, que prohíbe fumar en todos los establecimientos públicos, una circunstancia que algunos fumadores llevan bien y otros se resisten a aceptar. En el caso de Inglaterra, la prohibición llegó hace años, en concreto en 2007 al igual que en Irlanda del Norte y Gales, aunque la pionera en Europa fue la República de Irlanda, donde no se consume tabaco en lugares públicos desde marzo de 2004, seguida de Escocia, que hizo lo mismo en marzo de 2006.

En el caso de Gibraltar, ni la cercanía de España ni los más que estrechos vínculos con el Reino Unido y su legislación parecen influir. Y es que el Peñón carece de ley anti-tabaco y al menos por el momento no hay planes por parte del Gobierno de aplicarla, aunque el tema sí ha sido motivo de estudio.

No obstante, Gibraltar no es un espacio lleno de humo. De hecho, el Gobierno prohibió fumar en las oficinas gubernamentales en 2009 y hay lugares como el centro de ocio King's Bastion, que a diario registra una gran afluencia de público, donde no es posible hacerlo.

Además, existe un activo grupo a favor de prohibir el consumo en lugares públicos que cuenta con el apoyo de numerosas asociaciones, entre ellas la de profesores, el Grupo por la Seguridad Ambiental (ESG), los colectivos de lucha contra el cáncer y la asociación médica y dental. A esta campaña constante hay que unir iniciativas particulares como la de la urbanización Montagu Gardens, en cuya zona infantil de juegos no se puede fumar desde 2009 a pesar de ser exterior.

El gran objetivo de estas asociaciones es que las autoridades gibraltareñas se decidan a dar el paso a prohibir el consumo de cigarrillos en los lugares públicos. En estos momentos no hay ninguna ley que lo prohíba, por lo que la opción de que se pueda fumar en el interior de un establecimiento o no queda en manos del propietario.

Ocean Village en una de las principales zonas de ocio de Gibraltar. En ella proliferan las tiendas, los bares, las cafeterías y los restaurantes. Alexis Hrissidis es el propietario de un local pequeño, razón por la que solo permite fumar en la terraza exterior. A preguntas de este diario sobre si ha notado un incremento de clientes españoles en la zona debido a que son muchos los negocios que permiten fumar en el interior, Hrissidis es rotundo y dice que no. "No creo que la gente venga más por el simple hecho de tener más libertad a la hora de fumar. Creo que en un momento determinado puede atraerles más el hecho de que este puerto deportivo tiene precios más asequibles que otros en España", expone.

David Vilches es empleado del Casino de Ocean Village. Se puede fumar en todo el edificio excepto en la sala de póker. David es recepcionista y asegura que desde la apertura del casino hace dos años, la clientela española es habitual, aunque tampoco ha observado una mayor afluencia tras la entrada en vigor de la ley en España. Reconoce no obstante que el poder fumar en el interior puede resultar un aliciente añadido para potenciales clientes.

Eddie Hollands es cocinero en un restaurante de Ocean Village. En este establecimiento, de grandes dimensiones, se puede fumar tanto fuera como dentro, aunque en verano son más restrictivos. Ante la mayor afluencia de clientes en época estival, se permite fumar únicamente en la barra y por supuesto en el exterior. "De esta forma, si el local está muy lleno, evitamos el exceso de humo, que puede molestar a los clientes que no fuman", puntualiza Eddie, que agrega que tampoco ha notado una mayor afluencia de españoles. "Nuestros clientes son la mayoría británicos", expone.

En otro restaurante de Ocean Village, en este caso de comida asiática, solo se permite fumar en la barra durante todo el año a pesar de contar también con unas instalaciones bastante amplias.