El duque de Medina se avergüenza de la expulsión de los judíos y les pide perdón
Entrega a la comunidad un documento de desagravio en hebreo y español "No es común que se nos pida perdón", agradece Marc Benady
El Instituto Cervantes albergó ayer un solemne e histórico acto por el que el duque de Medina Sidonia pidió perdón públicamente a la Comunidad Sefardí de Gibraltar por la expulsión de los españoles de religión judía en el Siglo XV. "En mi nombre y en el de mi familia pido perdón públicamente y que sirva de desagravio de unos hechos de los que me avergüenzo", dijo Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo, que suscitó un sonoro aplauso en la sala.
El acto comenzó pasadas las 19:00 horas y a él asistió una nutrida representación de la comunidad judía local, entre los que se encontraba el ex ministro gibraltareño, ex embajador y vicepresidente de la Comunidad Judía de Jerusalem, Solomon Seruya, el ex alcalde del Peñón, Salomon Levy, y el historiador Sam Benady, conocedor de los hechos acontecidos en el Siglo XV. También estuvo en el acto el delegado especial del Ministerio de Exteriores para el Campo de Gibraltar, Julio Montesinos, y otras personas llegadas desde el otro lado de la Verja.
El director del Instituto Cervantes, Francisco Oda, fue el encargado de presentar la convocatoria que calificó como un "acto histórico y de importancia vital" motivado por un "acto sublime de humildad y generosidad" del duque de Medina Sidonia sobre actos ocurridos hace más de 500 años.
Llegado el turno del perdón, Alfonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo indicó que el de ayer se trataba de un acto personal y que hacía año y medio que "sintió la necesidad de hacerlo" cuando fue el primer duque de Medina Sidonia que volvía a Gibraltar. "Fui consciente entonces de la deuda con los conversos. La memoria es patrimonio de todos. La historia y el futuro conllevan una responsabilidad", dijo el aristócrata, que aseguró que los hechos ocurridos entre 1474 y 1476 le avergonzaban por su condición de cristiano independiente, porque su propia sangre por parte de madre es de descendientes de judíos y por vergüenza moral. "Por eso estoy aquí, no es retórico, lo siento verdaderamente", aseguró el duque, que esbozó el contexto histórico que rodeó aquel hecho.
Del otro lado, habló el vicepresidente de la Comunidad Sefardí de Gibraltar, Marc Benady, quien trasladó las excusas del presidente, James Levy, que viajaba ayer a Londres para recibir hoy una condecoración de la reina. Benady aseguró que es un honor asistir a este acto. "La historia judía está repleta de épocas turbulentas y no es tan común que se nos pida perdón", dijo el representante de los hebreos, que ensalzó el valor y la integridad del duque en el reconocimiento de la injusticia cometida con los conversos. Benady aprovechó para reivindicar al Reino de España la retirada del Tratado de Utrecht de la cláusula que pide que ni moros ni judíos tengan domicilio en Gibraltar.
A continuación, el duque de Medina Sidonia entregó a Benady un documento de perdón en un pergamino en español y hebreo diseñado por el artista linense Víctor Quintanilla -quien también intervino en el acto- con la participación del calígrafo sefardí Benjamín Hassan.
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