Las aguas tensan el diálogo del Foro
La escalada de incidentes entre fuerzas de seguridad de ambos lados de la Verja demuestra la necesidad de llegar a un acuerdo de cooperación policial. Las aspiraciones de Caruana, uno de los grandes escollos
La comarca y Gibraltar han vivido en apenas dos semanas dos nuevos incidentes marítimos con la participación de fuerzas de seguridad de ambos lados de la Verja, lo que ha vuelto a poner de manifiesto la imperante necesidad de que el Foro de Diálogo que forman España, el Reino Unido y el Peñón llegue a un acuerdo de cooperación policial.
El proceso a tres bandas, que tiene muy avanzados acuerdos en otras materias dentro de su segunda fase de negociación, es consciente de la complejidad de llegar a un consenso en cooperación policial debido al histórico litigio de las aguas que rodean Gibraltar, que están bajo un control británico que España no reconoce.
Sin embargo, no es tarea imposible y hay precedentes que lo corroboran. En septiembre de 2006, el Foro de Diálogo hizo públicos los acuerdos de Córdoba, que incluían la expansión del uso del aeropuerto. Aunque en la actualidad dicho acuerdo no se está aplicando al no haber vuelos entre Gibraltar y ciudades españolas, su marco político sigue vigente y es la prueba de que es posible llegar a puntos de encuentro respetando las posiciones originales de todas las partes.
Las conversaciones sobre el aeródromo fueron de todo menos sencillas, teniendo en cuenta que éste se asienta sobre un terreno que nunca fue cedido al Reino Unido y que, por tanto, España considera usurpado.
Cuando tras los acuerdos de Córdoba se inició la segunda fase de negociación, el Foro ya sabía que la cooperación policial para luchar contra la delincuencia y los accidentes marítimos sería el gran escollo pero quizás no tanto.
El año pasado, el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, suspendió reuniones del proceso de diálogo que iban a tratar precisamente los asuntos de mayor controversia. El representante político del Peñón se escudó en las incursiones de la Guardia Civil en las aguas que considera bajo su jurisdicción. El Gobierno español también entendía que aquel no era el mejor momento para un encuentro porque el clima era demasiado tenso.
En el mes de octubre, las tres partes decidieron reanudar las conversaciones con varias reuniones a nivel técnico y político. El encuentro político celebrado en Madrid para acercar posturas en el tema de las aguas resultó un fracaso. Terminó sin acuerdo.
Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación que encabeza Trinidad Jiménez se asegura que el Gobierno español tiene varias propuestas de cooperación policial, así como que el acuerdo a tres bandas sigue sin fructificar por las aspiraciones de Peter Caruana y su deseo de hablar en el Foro de la soberanía de las aguas, un tema que para España es estrictamente bilateral.
El senador socialista por Cádiz José Carracao señaló en unas declaraciones recientes a este diario que lo que persigue el ministro principal del Peñón es que, dentro de ese acuerdo de cooperación policial, España le reconozca jurisdicción sobre las aguas en litigio, algo que es inviable al cien por cien desde la perspectiva española.
José Carracao agregó que Caruana busca un acuerdo en esos términos para "reforzarse" políticamente de cara a las elecciones generales que vivirá el Peñón en el último trimestre de 2011. Pero el Gobierno español solo concibe un acuerdo que "encapsule" el litigio, tal y como ocurrió en el tema del aeropuerto, y respete las posiciones originales de todas las partes, que a pesar de las dificultades parecen seguir comprometidas con el Foro y con el objetivo de cerrar un protocolo que ponga fin a los incidentes entre la Guardia Civil y la Policía de Gibraltar y la Armada británica y establezca una forma de colaboración en la lucha contra problemas comunes.
El pasado 24 de abril ocurrió un nuevo incidente. Una patrullera de la Guardia Civil interceptó en las aguas que rodean al Peñón una embarcación de narcotraficantes con cien kilogramos de hachís a bordo. Hasta el lugar se acercaron naves de la Policía gibraltareña cuyos agentes "insultaron y amenazaron" a efectivos del Instituto Armado según la versión española. Nueve días después, el Gobierno de Caruana acusó a la Armada española de invadir las aguas que entiende están bajo su control y ordenar a un mercante que levara anclas.
Este panorama ha vuelto a elevar la necesidad de un acuerdo entre las partes. El jueves pasado, el secretario general de la Presidencia, Bernardino León, mano derecha de José Luis Rodríguez Zapatero en política exterior, mantuvo en la comarca una discreta reunión con Peter Caruana. Aunque Moncloa asegura que el encuentro no fue oficial, lo cierto es que León, que guarda una buena relación personal con Caruana desde que fuera número dos de Exteriores, y su diplomacia pueden ayudar a destensar un clima que requiere soluciones y no más altercados.
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