Gibraltar envía a la cárcel por entrar sin papeles a dos migrantes, uno de ellos menor, rescatados en el mar con hipotermia
La Ley de Inmigración gibraltareña, de 1962, considera un delito entrar en el Peñón sin un permiso o certificado válido
La Roca no tiene centro de internamiento de extranjeros, así que están en la prisión de Windmill Hill
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Gibraltar/La severa Ley de Inmigración (Immigration, Asylum and Refugee Act) de Gibraltar ha llevado a la prisión a un migrante marroquí y a un menor tunecino que fueron rescatados el pasado martes en el mar cuando intentaban alcanzar el continente europeo. Ambos iban aferrados a la rueda de un camión, presentaban hipotermia y fueron avistados de madrugada por un superyate de lujo que también navegada por el Estrecho.
La Ley de Inmigración de Gibraltar, muy distinta a la de España y los países de la Unión Europea, data de 1962. Aunque desde hace 62 años ha sido objeto de algunas enmiendas, todavía obliga a la Royal Gibraltar Police a llevar ante los tribunales a cualquier persona que se encuentre en Gibraltar o en las aguas que reclama como propias sin un permiso o certificado válido, ya que esta situación constituye un delito.
Según publica Gibraltar Chronicle, el miércoles comparecieron ante los tribunales estas dos personas acusadas de estar en Gibraltar de forma irregular. Ambos fueron recogidos del superyate por el HMS Dagger, un buque del Escuadrón de Gibraltar de la Royal Navy y llevados a la costa. Uno de los migrantes llevaba traje de neopreno y el otro, un pantalón corto, según se informó al tribunal. Una vez en tierra, fueron tratados por hipotermia en el Hospital St Bernard antes de ser detenidos por la policía y acusados.
El migrante de mayor edad, de 22 años, sin lugar de residencia fijo pero procedente de la ciudad de Tarudant, al sur de Marruecos, compareció ante el Tribunal de Magistrados, donde se declaró culpable de estar en Gibraltar sin un permiso de residencia válido o certificado. El magistrado estipendiario Charles Bonfante le concedió una libertad condicional por 12 meses, pero ordenó que permaneciera detenido en espera de su deportación, que revisará en 28 días. Como Gibraltar no tiene centro de internamiento de extranjeros, durante ese tiempo deberá permanecer recluido en la prisión de Windmill Hill.
Según la informaciónd e Gibraltar Chronicle, Arcelia Hernández-Cordero, abogada del migrante, planteó algunas preguntas sobre las condiciones de detención, ya que, según denunció, “no existen instalaciones adecuadas". "Resulta desproporcionado en este momento mantener al acusado en prisión preventiva, ya que es la jurisdicción la que no cuenta con instalaciones de detención adecuadas [para migrantes]”.
El fiscal Mark Zammit rechazó esa postura y dijo que Gibraltar contaba con instalaciones de detención adecuadas para estas situaciones, concretamente la prisión de Windmill Hill, y que la policía todavía estaba realizando comprobaciones para confirmar la identidad de este hombre y la del menor, ninguno de los cuales tenía documentos de viaje cuando fueron detenidos. La detención en Windmill Hill fue “adecuada, proporcionada y justa” en las circunstancias, dijo al tribunal.
“Tomo nota de lo que se ha dicho sobre las instalaciones de detención adecuadas, pero la realidad es que la prisión es el único centro de detención donde una persona puede ser detenida en espera de su deportación, y en esta etapa parece ser totalmente proporcionado hacerlo”, dijo Bonfante, que instó al migrante a cooperar con los investigadores policiales para avanzar el proceso lo más rápidamente posible.
El otro migrante rescatado, que tiene 17 años, fue llevado ante el Tribunal de Menores por el mismo cargo. Hubo un contratiempo cuando se supo que el menor, originario de Sousse, en Túnez, tenía dificultades para comunicarse con el intérprete del tribunal, que hablaba un dialecto árabe diferente al que se usa en su país natal, continúa Gibraltar Chronicle. Finalmente se localizó un intérprete que hablaba árabe clásico y fue llevado al tribunal para interpretar el proceso para el joven. La abogada del niño, Arcelia Hernández-Cordero, expresó su preocupación de que su cliente fuera detenido en prisión. “No hay un centro de detención adecuado en esta jurisdicción. Es un menor", recalcó.
El niño se declaró culpable del delito de inmigración, pero el tribunal no dictó sentencia, sino que lo envió a prisión preventiva durante la noche para permitir que los abogados encontraran un modo de ponerlo a cargo de la Agencia de Cuidados, como ha sucedido en muchas ocasiones anteriores en casos de este tipo. Este jueves se tomará una decisión.
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