El Comité de Control Europeo de Reino Unido pide una pausa en la negociación sobre Gibraltar
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La comisión de la Cámara de los Comunes, presidida por los conservadores, entiende que el tratado supondrá "una grave merma de la soberanía del Reino Unido" en el Peñón
El papel del Tribunal Europeo de Justicia y Frontex en Gibraltar alarma a los conservadores británicos
El Comité de Control Europeo de la Cámara de los Comunes de Reino Unido ha pedido una pausa en las negociaciones del Tratado sobre Gibraltar. En una carta dirigida por su presidente, Sir Bill Cash -del Partido Conservador-, al ministro de Ultramar, David Rutley, aconseja al Ministerio de Asuntos Exteriores que se tome una pausa y haga balance tras la sesión de pruebas de la semana pasada porque entiende que supone "una grave merma de la soberanía del Reino Unido, tal y como lo expusieron los ministros del Gobierno en una sesión informativa".
El Comité, según informa la GBC, describe el acuerdo como un posible "Protocolo de Irlanda del Norte 2.0" y una sus principales preocupaciones es cómo se tratará a los ciudadanos británicos y gibraltareños si los controles de Schengen se introducen en el aeropuerto de Gibraltar en lugar de en la frontera, una medida que, según este organismo, convertiría "la frontera de Gibraltar en británica en todo menos en el nombre". El Comité calificó de "desastrosas" las implicaciones prácticas que tendría el hecho de que se controlara a las personas para entrar en su propio territorio.
Este organismo del Parlamento británico afirma que debe respetarse el "estatus cultural y constitucional único de Gibraltar dentro de la comunidad británica". Pero también es consciente de la importancia de un acuerdo para Gibraltar, y afirma que hay que encontrar "un equilibrio y que no debe perseguirse un acuerdo sin tener en cuenta el coste".
Considera que permitir que los controles de Schengen sean administrados por los guardias fronterizos de Frontex en el aeropuerto "erosionaría la soberanía del Reino Unido hasta el punto de dejarla sin sentido" y que no se han explorado "las posibles implicaciones del nuevo régimen de entrada y salida de octubre".
Las personas que regresen a Gibraltar o los británicos que viajen allí por trabajo, dice, "podrían verse obligados a someterse a un registro biométrico".
Según la carta, "no está claro si el tiempo que pasen en Gibraltar los ciudadanos británicos contará para los 90 días de 180 permitidos a los ciudadanos de fuera de la UE en el espacio Schengen".
Dado que el aeropuerto y la península de Gibraltar son una base militar estratégica del Reino Unido, el Comité expresó su preocupación por los poderes que podrían tener los guardias fronterizos de la UE para impedir la entrada en el territorio de personal militar del Reino Unido y de la OTAN. La carta exigía que se descartara cualquier cambio en el estatus del aeropuerto "por pequeño o inocuo que sea".
Otras preocupaciones planteadas fueron las inquietudes militares y de seguridad sobre el modelo operativo fronterizo en el aeropuerto y la posible supervisión del Tribunal Europeo de Justicia en asuntos fronterizos y comerciales.
El Comité ha pedido al Gobierno británico que establezca claramente sus líneas rojas de negociación durante la pausa propuesta, de modo que puedan recabarse las opiniones de todas las partes interesadas. Considera importante que se deje espacio para el debate abierto y el escrutinio público, y añade que es "preocupante que las negociaciones hayan llegado a una fase tan avanzada sin que el Gobierno haya compartido su orientación".
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