El estrecho de Gibraltar, ruta clave para el transporte y la logística de Rusia
Desde 2021 hasta agosto de este año, han atravesado este punto 83 embarcaciones bajo pabellón ruso
La Armada monitoriza el paso de los barcos de Moscú cerca de las costas españolas
La Marina de Rusia navega por el Estrecho junto a la Bahía de Algeciras en plena guerra de Ucrania
Algeciras/El estrecho de Gibraltar es un punto clave para el transporte y la logística militar de Rusia, que siempre ha tenido a Gibraltar, Rota o el Sahel en su mira geopolítica, y en los últimos años se ha afianzado a raíz de la invasión a Ucrania. Moscú usa este paso estratégico para realizar rotaciones de tropas o mover su logística y armamento entre sus enclaves del mar Báltico -Kaliningrado, territorio aislado del resto de Rusia situado entre Polonia y Lituania, y San Petersburgo-, y su base naval en Siria, régimen aliado de Putin que le da acceso al Mediterráneo. El tránsito hacia el mar Negro, escenario de batalla directa con Ucrania, está limitado porque Turquía vetó el paso por los Dardanelos y el Bósforo para los buques que no tengan su base en este enclave, en virtud de la Convención de Montreux.
Según los datos a los que ha tenido acceso Europa Sur de fuentes de observadores militares del Estrecho, desde 2021 hasta agosto de 2024 han pasado por el Estrecho 83 embarcaciones rusas, la mayor parte de ellas militares, tanto hacia el Mediterráneo como hacia el Atlántico. A continuación, se presenta un análisis comparativo de la cantidad de buques rusos que han pasado por el estrecho entre 2021 y 2024.
En 2021, se registraron 24 embarcaciones del ejército de Putin cruzando el Estrecho de Gibraltar. Destaca la cantidad de submarinos y buques de apoyo, así como varias fragatas y petroleros. Hubo un notable tránsito de buques hacia el este (Mediterráneo) durante la primera mitad del año, y una tendencia creciente hacia el oeste (Atlántico) en la segunda mitad del año.
Fragatas como la Kasatonov, submarinos como el Novorossiysk y varios buques de desembarco y remolcadores evidencian la diversidad de operaciones militares y logísticas rusas en el área. El flujo hacia el Mediterráneo fue predominante en la primera parte del año, aunque luego se equilibró con un mayor tránsito hacia el Atlántico.
En 2022, la cifra de buques aumentó a 26. A lo largo del año, se observó un mayor número de buques con rumbo al Mediterráneo, especialmente durante los primeros meses, lo cual coincidió con la invasión a Ucrania.
Cruceros como el Marshal Ustinov, destructores como el Vitse Admiral Kulakov y una mayor presencia de buques de desembarco, como el Petr Morgunov, acompañados por petroleros y submarinos, fueron los que atravesaron el Estrecho en este periodo. Hubo un flujo fuerte hacia el este a principios de año, que se revirtió hacia el Atlántico en el verano y otoño, cuando se incrementaron las operaciones logísticas y de apoyo.
El año 2023 presenció un descenso en el número de buques, con 22 travesías registradas. Este descenso podría reflejar un ajuste en las operaciones rusas en la región. Sin embargo, destacó la presencia de buques de inteligencia, como la clase Yury Ivanov, y submarinos, lo que sugiere un enfoque en la recolección de información y operaciones encubiertas.
Fragatas como la Admiral Kasatonov y buques escuela como el Perekop usaron el Estrecho durante 2023. El aumento de buques de inteligencia y submarinos refleja un mayor interés en las operaciones estratégicas. A diferencia de años anteriores, el tráfico hacia el Atlántico fue más consistente a lo largo del año, aunque el Mediterráneo sigue siendo un destino clave para el despliegue de fuerzas navales rusas.
Hasta agosto de este año, se han contabilizado 11 buques rusos cruzando el estrecho. En este periodo ya se observa un equilibrio entre los tránsitos hacia el Atlántico y el Mediterráneo. Entre los buques destacan fragatas y petroleros, lo que sugiere una mezcla de operaciones de combate y apoyo logístico. La navegación por el Estrecho de fragatas como la Orekhovo Zuyevo y petroleros como el Kama indica la continuidad de operaciones militares y de suministro. La presencia de buques petroleros en ambas direcciones sugiere que las operaciones rusas siguen siendo de naturaleza estratégica, con una atención constante en la logística naval.
Desde que se desató la invasión a Ucrania, buques de la Armada española han monitorizado el paso de buques rusos por el Estrecho. Por ejemplo, en abril de 2023, el patrullero Centinela (P-72), inmerso en una operación de seguridad marítima, interceptó y siguió un convoy de tres mercantes rusos escoltados por la fragata rusa Admiral Grigorovich. Las embarcaciones fueron identificadas como la fragata RFS Almirante Grigorovich y las corbetas RFS Soobrazitelny y RFS Stoikiy. A su estela se observó al buque cisterna Kola.
Después de que en marzo de 2014 Moscú se anexionara Crimea y se apoderara de la mayoría de los buques ucranianos en Sebastopol, obligando a la armada ucraniana a trasladar su cuartel general a Odessa, Putin ha reafirmado su dominio en el mar Negro mediante un importante despliegue naval. Rusia trabaja para multiplicar su poderío marítimo militar, que se encontraba muy mermado, creando una armada más ágil, moderna y polivalente.
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