Interior desoye cuatro escritos del jefe del puesto fronterizo en Gibraltar sobre el incumplimiento del Código de Fronteras Schengen
“No se me ha facilitado normativa alguna ni dado instrucciones al respecto ni ha sido posible localizar amparo normativo”, asevera el inspector jefe al mando
Desde la activación del Brexit el 1 de febrero de 2020, España aplica controles laxos, contrarios a la normativa europea, a los ciudadanos extranjeros que entran por la Verja, a cambio de que la colonia facilite cada mañana el paso hacia el Peñón de varios miles de trabajadores transfronterizos
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Algeciras/El paso de personas a través de la Verja entre La Línea de la Concepción y Gibraltar se rige por una norma no escrita que prima la fluidez y facilitar la interconexión entre dos comunidades unidas por lazos de todo tipo. Era así antes de la activación del Brexit, el 1 de febrero de 2020, y lo sigue siendo ahora, aunque para ello haya que saltarse el Código de Fronteras Schengen que sí rige en el resto de estados miembros de la UE.
Este statu quo singular deriva de la buena voluntad existente a ambos lados de esa Verja, que una veces une y otras separa, y del compás de espera surgido a raíz del, por ahora, infructuoso proceso de negociaciones que la Comisión Europea y Reino Unido mantienen abierto desde octubre de 2021 para integrar a Gibraltar en el espacio Schengen.
Gracias a ambos factores, cada mañana, los varios miles de trabajadores españoles y de otras nacionalidades que peregrinan a pie, en bicicleta, patinete o moto hacia Gibraltar acceden de forma ágil sin apenas detenerse en el puesto de control y lo mismo ocurre con los llanitos que entran en España para hacer sus compras, tomarse unas cañas o pasar unos días en alguna de las viviendas que buena parte de ellos han adquirido en Tarifa, Sotogrande o la Costa del Sol malagueña.
Esta situación -extendida sine die, dado que ni la CE ni Londres establecen una fecha tope para su negociación- genera, sin embargo, un evidente incumplimiento de la normativa comunitaria y un grave problema de seguridad dado que se compromete la situación en la Verja, una frontera exterior de la UE con todas las de la ley bajo responsabilidad de España.
Hasta ahora, a nadie le había interesado hincar el diente a la cuestión para no granjearse enemistades ni cargar con “la culpa” de colapsar el paso requiriendo pasaportes acá y allá para registrar las entradas y salidas, pero el panorama ha cambiado recientemente a raíz de las sucesivas consultas elevadas por escrito al respecto, desde el pasado 13 de septiembre, por el jefe del puesto fronterizo de La Línea de la Concepción, con rango de inspector jefe de la Policía Nacional.
Se vienen realizando prácticas contrarias a la normativa, como es no solicitar los requisitos de entrada a aquellos ciudadanos británicos originarios de Gibraltar", subraya el inspector jefe
Europa Sur ha tenido acceso a las cuatro peticiones que este mando policial ha dirigido desde ese día al jefe de la Brigada Local de Extranjería y Fronteras, reclamando a sus superiores que se le facilite, según consta en el primero de sus escritos, la “legislación que justifique el proceder con los gibraltareños y, caso de no encontrarse, se den instrucciones firmadas y por escrito en las que se exponga el celo y la ponderación con los que ha de aplicarse el Código de Fronteras Schengen a los referidos ciudadanos de terceros estados”.
Responsabilidades penales
El fondo del debate se sitúa en las responsabilidades, incluso de carácter penal, que los policías nacionales responsables del control de los pasaportes en la Verja pueden afrontar por no llevar a cabo sus funciones de acuerdo a lo estipulado en los artículos 6 del Código de Fronteras Schengen, sobre las condiciones de entrada para los nacionales de terceros países, y 11, relativo al sellado de los documentos de viaje.
Por el momento, las instrucciones recibidas por los agentes destinados en la Verja para que hagan una excepción en la aplicación del citado código y faciliten un paso fluido han sido solo verbales, ninguna por escrito, según se deduce de la insistencia al respecto que pone en sus misivas el jefe del puesto fronterizo linense.
“En lo referente a estos artículos (el 6 y el 11 del Código de Fronteras) en este Puesto Fronterizo de La Línea de la Concepción se vienen realizando prácticas contrarias a la normativa, como es no solicitar los requisitos de entrada a aquellos ciudadanos británicos originarios de Gibraltar, ciudadanos a todos los efectos de terceros estados y que habrían de cumplir todos los requisitos expuestos en el artículo 6 para autorizárseles la entrada”, expone el responsable policial en su primer escrito.
En esa misma línea, añade en el párrafo siguiente: “Además de no solicitárseles los requisitos de entrada [tener un pasaporte, justificar el propósito y las condiciones de la estancia, disponer de medios económicos y no haber estado en el espacio Schengen durante más de 90 días en cualquier período de 180 días, lo que complicaría a muchos llanitos disfrutar de sus segundas residencias en España], no se realiza el sellado sistemático de los mismos pese a tratarse de nacionales de terceros países que no necesitan visado”.
El escrito del inspector jefe prosigue asegurando que el no sellado de los pasaportes es justificado, según “manifestaciones verbales de la superioridad e informaciones de los medios de comunicación, en la existencia de acuerdos entre el Reino de España y el Reino Unido, protocolos de actuación o normativas, que supuestamente lo ampararían”, aunque a continuación insiste en la inexistencia de respaldo legal alguno.
“Pese a haber puesto de manifiesto que no se encontraba amparo legal al proceder de este Puesto Fronterizo y que era contrario a la opinión del que suscribe continuar con dicha práctica si no se le daba amparo legal, habiéndose reiterado en múltiples ocasiones que se indique la normativa legal que ampare el persistente incumplimiento de los los artículos 6 y 8 del Código de Fronteras Schengen con los originarios de Gibraltar, no se me ha facilitado normativa alguna ni dado instrucciones al respecto ni ha sido posible localizar amparo normativo en ninguna publicación legal”, asevera.
Las otras tres cartas dirigidas al mismo destinatario y con casi idéntico contenido fueron remitidas por el inspector jefe los días 20 de septiembre, 27 de septiembre y 4 de octubre, sin que conste que obtuviera respuesta, al menos, por escrito.
El resultado de todo ello se observó la madrugada del pasado viernes, día 11, cuando los agentes policiales destinados en la Verja comenzaron por sorpresa a exigir a los ciudadanos británicos los requisitos de entrada en la zona Schengen antes enumerados, en tanto que a los gibraltareños se les exigió únicamente el pasaporte para su sellado. A las pocas horas, en reciprocidad y coincidiendo con la entrada en Gibraltar de los trabajadores transfronterizos, las autoridades de la colonia comenzaron a solicitar a estos últimos sus pasaportes para poder acceder a ella, algo que en su inmensa mayoría no pudieron hacer. El caos reinó en la Verja durante varias horas, hasta que, de nuevo verbalmente, los mandos policiales dieron orden de aliviar el paso y de hacer de alguna forma la vista gorda; en paralelo, desde la Roca se hizo otro tanto y se dejó de exigir el pasaporte como requisito de entrada. Resultado: el paso fluido se recuperó en pocos minutos.
Los antecedentes
Fue el celo profesional del jefe del puesto fronterizo el que, por motivos de seguridad, impidió el pasado 9 de octubre a un grupo de pasajeros salir de Gibraltar para coger un vuelo en Málaga, como adelantó esta redacción, y también el que el 18 de marzo de este año, como también adelantó Europa Sur, hizo que fueran expulsados a Gibraltar cuatro militares de la Royal Navy alojados en La Línea que habían entrado en España declarándose como turistas.
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