Exteriores prepara el cese de Benosa como jefe de la oficina de Gibraltar tras criticar la amnistía
Pérdida de confianza
El diplomático ha participado de forma activa en la negociación del tratado llamado a regular las relaciones con la colonia británica tras el Brexit
Pedro, Fabián y el tratado sobre Gibraltar
El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación prepara el cese del jefe la oficina para Asuntos de Gibraltar, Javier Benosa, después de que este publicase el pasado día 3 un artículo en el que criticaba dura y abiertamente la aprobación de una amnistía para los independentistas catalanes. Por el momento, no hay sobre la mesa un nombre para desempeñar una responsabilidad tan clave, aunque la decisión del relevo está tomada por "pérdida de confianza", según han informado a Europa Sur diversas fuentes.
Benosa, diplomático de carrera y designado en marzo de este año por el ministro José Manuel Albares para la Oficina de Gibraltar como cargo de libre designación, forma parte del núcleo de negociadores que, a raíz del Brexit, trabaja para la firma de un tratado internacional entre la UE y Reino Unido sobre la colonia británica, una cuestión que vincula de forma muy especial a los residentes en La Línea de la Concepción y en el conjunto del Campo de Gibraltar.
En el citado artículo, titulado "Amnistía y silencio diplomático" y publicado en El Mundo, Benosa reprocha a la Asociación de Diplomáticos españoles -a la que pertenece, al igual que la mayoría de sus colegas- su silencio ante las consecuencias de las negociaciones de PSOE e independentistas para la aprobación de la amnistía, como paso previo a la formación de un Gobierno en España. Para ello, ponía como ejemplo las reacciones de la Asociación Profesional de la Magistratura o la Asociación de Fiscales, “que ha apelado a la Comisión Europea, recordándole su responsabilidad ante el riesgo de degradación de las instituciones democráticas y del respeto a la separación de poderes en un Estado miembro”.
“Lamento echar en falta una reacción semejante en mi profesión, silencio llamativo teniendo en cuenta que, sin reconocimiento internacional, las tesis independentistas no lograrán imponer su delirante realidad paralela. Constatemos que, si 2017 resultó en gran parte una operación fallida, algo tuvo que ver la acción exterior, y no solo la política exterior, de nuestro país. Resultaría por ello esencial que, en este complejo momento, ante las amenazas de una amnistía, un relator o un referéndum, los profesionales de la carrera diplomática tuviéramos aún más presente nuestro compromiso con la defensa del Estado de Derecho en el exterior”, asevera el diplomático.
En su reflexión, Benosa destaca cómo frente al relato vendido en el exterior por los independentistas de que el catalán es “un pueblo discriminado y oprimido, encerrado en una democracia cuando menos imperfecta”, el Gobierno español, “no sin dudas y quizás a destiempo, trató de contrarrestar esa versión falsa de nuestra realidad, utilizando un recurso siempre dispuesto para la defensa de España: el servicio exterior”.
Una vez celebrado el referéndum ilegal en Cataluña, la carrera diplomática “con rigor y con sentido de Estado”, añade Benosa, “asumió su deber de defensa de España como la nación democrática que es, completando en el exterior las acciones en política interna para restablecer la legalidad violentada”. “Defendimos frente a las críticas […] que en ningún caso se perseguía una ideología y que sin respeto al imperio de la ley no hay voluntad popular que pueda imponerse”, indica.
A juicio de Benosa, una ley de amnistía “sumirá a nuestros socios internacionales en la duda y la incomprensión”. “La labor de años en el plano exterior (evidentemente no solo de diplomáticos), explicando el porqué de la acción de nuestros tribunales y los límites y equilibrios que nos marca nuestra Carta Magna, se revelará como un esfuerzo vano y frustrado. Nuestra reputación como país ejemplar, que superó la dictadura gracias a una transición modélica, será empañada de manera definitiva por esta interesada cesión al populismo y el nacionalismo excluyente”, concluye.
Por más que el artículo fuese redactado y firmado por Benosa en su condición de “funcionario de la carrera diplomática”, como él mismo subrayaba, y no como director de la oficina de Gibraltar, sus reflexiones en torno a la amnistía son consideradas en el ministerio y, particularmente, por el ministro, como un ataque frontal al Gobierno que hace incompatible su continuidad en el puesto.
La celebración en España de las elecciones generales el pasado mes de julio y la prolongada interinidad del Gobierno español han paralizado las negociaciones en torno a Gibraltar, si bien la intención es que ese proceso pueda ser reanudado ete mismo año, una vez esté elegido el nuevo Ejecutivo, y antes de que en 2024 se celebren también en Reino Unido nuevos comicios.
La más que previsible ausencia de Benosa obliga a Exteriores a moverse de forma ágil para hallar un sustituto que, en la medida de lo posible, conozca igual de cerca los pormenores de los pasos dados y las metas que quedan por alcanzar. Sea quien sea, se adentrará en un terreno minado en el que España y, particularmente, el Campo de Gibraltar se juegan mucho.
Reacción de los diplomáticos
El impacto del artículo de Benosa hizo que la Asociación de Diplomáticos reivindicase el pasado día 7, en una comunicación a sus socios, la labor exterior realizada por España en los últimos años frente a la "campaña de desprestigio" de los independentistas catalanes, si bien evitó pronunciarse sobre la amnistía.
El asunto está siendo objeto de debate en el gremio en los últimos días, según confirmaron varios diplomáticos consultados por Europa Press. El posicionamiento crítico del responsable en Exteriores de Gibraltar con los planes del Gobierno no ha sido pasado por alto por sus compañeros de la carrera diplomática.
La junta directiva de la Asociación de Diplomáticos explica en su comunicado que se ha llegado a la conclusión de que como "asociación de carácter apolítico" no le corresponde posicionarse "en cuestiones relacionadas con el debate político" dado que sus asociados "tienen opiniones diversas".
Dado su "carácter sindical", esgrime la junta, su cometido pasa por intervenir y pronunciarse respecto a "los asuntos que afectan a los intereses profesionales de la carrera diplomática". En ese sentido, recuerda que ya ha trasladado a la cúpula del Ministerio de Asuntos Exteriores "su inquietud por la reciente iniciativa de la Generalitat de Cataluña de creación de un cuerpo de acción exterior y Unión Europea, que podría socavar la competencia exclusiva del Estado en materia de relaciones internacionales".
Con todo, tras rechazar "tajantemente" la "supuesta desidia" en la defensa del orden constitucional en el exterior que denuncia el artículo de Benosa, reitera "el firme compromiso de todos los diplomáticos con la Constitución y el imperio de la ley".
Igualmente, la asociación subraya “el meritorio trabajo" que los diplomáticos han llevado a cabo en los últimos años, "siguiendo instrucciones de los sucesivos gobiernos para explicar y defender los fundamentos de nuestro régimen democrático y Estado de derecho ante la campaña internacional de desprestigio alentada por los independentistas".
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