Gibraltar conmemora el 70º aniversario del ascenso al trono de Isabel II: "Ella ha sido nuestra roca"
Jubileo de platino
La visita de la reina en 1954 fue causa de encontronazo diplomático entre los gobiernos de Reino Unido y de España que condujo al cierre del Consulado hispano en la colonia
La Union Jack ondea en el Castillo del Moro de Gibraltar este domingo para celebrar el 70 aniversario del ascenso al trono de la reina Isabel II de Reino Unido tras la repentina muerte de su padre, el rey Jorge VI. Dos años después de su coronación, la reina Isabel II se embarcó en una gira mundial por casi todos los territorios de la Commonwealth y claro, la cerró en Gibraltar. Como siempre que un miembro de la casa real británica desembarca o aterriza en la Roca, provocó el enfado del Gobierno español.
La presencia de la Reina y el Príncipe Felipe en el Peñón supuso para los gibraltareños una oportunidad especial para mostrarles la "profunda, duradera e inquebrantable lealtad y aprecio", recuerda el Ejecutivo llanito en una nota en la que afirma que "el compromiso sin precedentes de Su Majestad con la Corona, así como su papel en la democracia parlamentaria británica, han demostrado ser un brillante ejemplo de estabilidad y buen gobierno para el mundo".
En el mismo momento en el que se anunció, a finales de enero de 1954, que la reina Isabel II iba a visitar la Roca, se desató una enérgica queja del embajador español en Londres, Miguel Primo de Rivera, hermano de José Antonio y al que Franco había nombrado duque de Primo de Rivera.
La protesta fue presentada ante Anthony Eden, secretario del Foreign Office, mediante una nota en la que se leía: "Esta visita puede causar un daño importante a las relaciones entre los dos países, dándose el agravante de que en el viaje de la soberana se han excluido lugares como Chipre y Guayana, por existir en ellos estados de opinión contrarios a la presencia británica".
La reina llegó a bordo del yate real Britannia sobre las nueve de la mañana del lunes 10 de mayo y estuvo en Gibraltar 36 horas. Le acompañaban su esposo, el duque de Edimburgo, y sus hijos Carlos y Ana. Asistió a varias recepciones, siempre junto al gobernador de entonces, George MacMillan. Se rebautizó una de las carreteras más importantes de Gibraltar, Queensway, pasó revista a las tropas en el Frente Norte, tuvo un encuentro con alumnos de la escuela de Gibraltar en el Victoria Stadium, plantó un árbol en conmemoración de su visita en Alameda Gardens y visitó los sitios históricos en la reserva natural de Upper Rock, con presencia permanente de los monos.
"El Peñón es famoso en la historia por tres cosas: su fuerza inviolable, la lealtad de sus gentes y el papel estratégico jugado en numerosas ocasiones. Ésta en concreto podrá ser recordada como un hito en su historia e indica una determinación para seguir adelante en una senda de colaboración y cordialidad en aras del buen gobierno y la salvaguarda de la colonia y fortaleza de Gibraltar", manifestó.
El caso es que a raíz de aquello el consulado español en Gibraltar fue clausurado (Ángel de la Mora y Arena, el cónsul, había salido del Peñón el 30 de abril), y se establecieron nuevas restricciones para los españoles que acudían al Peñón. Comenzó una política de presión del franquismo sobre las autoridades gibraltareñas que culminó con el cierre total de la frontera en 1969.
Ahora, 68 años después, Fabián Picardo, ministro principal del Peñón, asegura que la Reina ha sido, "a lo largo de su vida, un ejemplo para todos" los gibraltareños. "Su presencia como Reina de Gibraltar es muy sentida por todos los que tienen la suerte de vivir aquí. Ella ha sido nuestra roca y nuestra ancla durante 70 años y permanece siempre en nuestros corazones. Como muestra de la amplitud de su reinado, Su Majestad ha estado en el trono durante el mandato de todos los ministros principales de Gibraltar hasta la fecha, desde el primer nombramiento de Sir Joshua Hassan", manifiesta.
David Steel, gobernador de Gibraltar, también se deshace en elogios a Isabel II. "A lo largo de un reinado tan largo, el más largo de cualquier monarca británico, [Su Majestad] ha servido al pueblo del Reino Unido y de la Commonwealth con un compromiso que es un ejemplo para todos nosotros. No puede haber mayor privilegio que desempeñar la labor para una monarca que, durante un período tan largo, ha dedicado su vida al servicio a los demás. Sé que se preocupa profundamente por Gibraltar y por su gente y que reflexiona a menudo sobre el momento tan feliz cuando ella y el Príncipe Felipe lo visitaron en 1954. Estoy seguro de que [el pueblo de] Gibraltar estará hoy en su mente, al igual que toda la población de la Commonwealth”, subraya.
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