El llanito, el habla de Gibraltar, en peligro
Congreso Internacional de la Lengua Española
El inglés y español conviven en el Peñón desde hace tres siglos, con una singular y rica mezcla de vocablos y expresiones a la que también contribuyen el ladino, el árabe, el maltés y el italiano
No obstante, diversos factores provocan que su uso sea cada vez menor
El profesor Oda-Ángel ha analizado la situación en un ponencia presentada en el Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) celebrado esta semana en Cádiz
La ciudad de Gibraltar se distingue por concentrar la atención de la historia, el derecho o las relaciones internacionales, pero también es un lugar singular, casi como un laboratorio abierto, que nos permite diseccionar y descubrir los ricos procesos sociolingüísticos que se dan en ese pequeño territorio donde confluyen el inglés y el español desde el siglo XVIII. Es el único caso de espanglish, vivo y en evolución, que podemos encontrar en suelo europeo. En Gibraltar esa confluencia de las dos lenguas, de préstamos morfosintácticos y fonéticos y de alternancia de códigos lingüísticos recibe el nombre de llanito y está en peligro.
1.- El llanito: el espanglish de Gibraltar
Cuando nos adentramos en Gibraltar, desde un punto de vista sociolingüístico, podemos analizar dos cuestiones diferentes, aunque relacionadas: ¿qué se habla en Gibraltar? y ¿cuál es la situación del español en la ciudad? Se habla espanglish, conocido en su variante local como llanito y la situación del español en Gibraltar se podría calificar como ejemplo de un singular español de herencia.
Yanito o llanito es el apelativo cariñoso con el que se conoce a los habitantes del Peñón y también a la denominación del habla particular de este territorio. En todos los territorios donde se encuentran los dos idiomas, el inglés y el español, se produce un fenómeno muy similar con sus lógicas variantes. Es el conocido como espanglish que, en el caso de Gibraltar, se enriquece con algunos vocablos procedentes del ladino, del árabe y también del maltés e italiano. El llanito es un habla, no es dialecto, ni una lengua. Es la continua alternancia de códigos lingüísticos del inglés y del español en una o en varias frases a lo largo de una conversación. Y, como bien sabemos, el “acto de habla” es diferente en cada momento y en cada hablante.
En Gibraltar identificamos un caso claro de disglosia, si la entendemos como la situación social en la que una comunidad hablante utiliza dos lenguas diferentes en ámbitos y para funciones sociales diferentes.
2.- La evolución del llanito: de los préstamos fonéticos al espanglish
2.1.- Proceso de britanización, cambio de sistema educativo y su efecto sobre el español
En Gibraltar todo es historia. El español fue la lengua franca de la ciudad hasta mediados del siglo XX. Para entender su evolución tenemos que partir de un hecho clave en la historia reciente del Peñón como fue la repoblación del territorio que llevaron a cabo las autoridades militares británicas, tras el éxodo de los gibraltareños españoles, en el contexto de la Guerra de Sucesión española.
Ya confirmada la cesión del territorio por el Tratado de Utrecht, los británicos vieron pronto la necesidad de repoblar la ciudad con nuevos habitantes que procedían principalmente de diferentes regiones de España, pero también fueron concediendo permisos de trabajo y/o residencia a grupos de sefardíes, genoveses, malteses, indios y, finalmente, marroquíes procedentes de Tetuán y Tánger. El grupo lingüístico mayoritario fue el español como lo demuestran los primeros censos llevados a cabo.
Tras la II Guerra Mundial, Reino Unido comenzó un intenso proceso de britanización de la sociedad gibraltareña, que en aquel momento era en su inmensa mayoría una comunidad cultural y lingüísticamente hablante de español. La lengua vehicular había sido siempre el español, pero los ingleses introdujeron cambios importantes en el modelo educativo de la ciudad con una enseñanza monolingüe en inglés, basado en el sistema educativo británico.
La evacuación de la población civil de Gibraltar, durante la II Guerra Mundial, es uno de los episodios más dramáticos de la historia local de estos ciudadanos y posee un gran significado para ellos con una gran carga simbólica en la toma de conciencia de este grupo humano. El período conocido como el de la evacuación va a tener dos fases bien diferenciadas:
1ª fase: evacuación 1939-1942.
2ª fase: vuelta a casa 1943-1951.
Durante estos años, unos 13.000 gibraltareños se vieron obligados a abandonar sus hogares con diferentes destinos (Casablanca, Londres, Trinidad, Jamaica, Mauricio, Madeira y Ulster).
Cuando los británicos iniciaron la evacuación de la población civil del Peñón comenzaron a comprobar que sus súbditos gibraltareños casi no hablaban en inglés. Con el regreso de los evacuados se comenzó a aplicar el sistema educativo británico y la prohibición de hablar español en los colegios comenzó a ser una práctica habitual.
La educación en Gibraltar había estado en manos de instituciones religiosas, principalmente católicas, que impartían docencia en español: “Es imposible el uso de los libros de texto en inglés para la formación de los estudiantes en clase, la lengua utilizada es el español que es la entendida y hablada por los habitantes nativos”. La vuelta a la normalidad tras la evacuación obligó al Gobernador de Gibraltar a elaborar un documento titulado “A new educational system for Gibraltar” que contenía las líneas básicas propuestas por el secretario colonial, Miles Clifford, a quien se le encargó, en octubre de 1943, realizar un informe que contuviera los principales cambios a introducir en el sistema educativo del Peñón. El informe fue enmendado en varias ocasiones y finalmente fue presentado al Gobernador, en abril de 1944.
Las líneas principales del nuevo sistema hablaban de la necesidad, en su punto undécimo, de introducir la lengua inglesa y las conexiones con el imperio británico como base para toda la vida académica del alumno. Además, el informe expresaba la incapacidad de los gibraltareños para expresarse con fluidez en inglés y que, por ello, la lengua inglesa debería ser enseñada desde la primaria, evidenciando que el inglés debería de ser la única lengua para la enseñanza.
A partir del Informe Clifford el español comenzó a enseñarse de manera regular en todos los colegios de Gibraltar sólo a partir de los once años. (“Emphasis throughout the whole of school life should be on the English language and the Imperial connection”.(…) Too many Gibraltarians are unable to express themselves with any real fluency in English. (…) Oral English should be taught from the very beginning, and English should be the sole language of instruction throughout. The young Gibraltarian should also acquire a command of good Spanish and it should be regularly taught in all schools from 11-plus by properly qualified language master and mistresses”).
Como resultado de esta política, actualmente, los niños tienen su primer contacto con el español como lengua extranjera, dentro del sistema educativo de Gibraltar, a partir de los 4 años y, en mi opinión, la forma de abordar la enseñanza del español debería tener en cuenta las diferencias lingüísticas que presentan los alumnos al llegar a clase. Como norma general, en las aulas de Gibraltar nos encontramos con grupos de alumnos muy heterogéneos con habilidades muy variadas en español. Hay algunos alumnos hispanohablantes, otros que entienden español aunque apenas lo hablan y, por último, hay alumnos que parten de cero. Los profesores gibraltareños que imparten español tienen que adaptar su enseñanza a todos ellos en paralelo y en el mismo aula y hacen grandes esfuerzos por obtener los mejores resultados.
2.2.- El español en Gibraltar: causas para su conversión de lengua franca a lengua de herencia
Debido a los avatares históricos, el español ha dejado de ser la lengua materna de los gibraltareños para convertirse en una lengua de herencia que se transmite desde la infancia en el ámbito privado, es decir, en el hogar, de padres a hijos y ahora, en muchos casos, de abuelos a nietos. Desde el momento en el que el inglés se convirtió en la lengua dominante y en la lengua vehicular de enseñanza reglada, los gibraltareños han ido abandonando sus capacidades heredadas para el uso del español. Y el futuro es preocupante porque a la par que desaparezcan las generaciones mayores habrá menos necesidad de comunicarse en español en el ámbito familiar, al que actualmente ha quedado relegado.
Me gustaría destacar cuatro causas fundamentales para entender la desconexión con la lengua y la cultura españolas en Gibraltar y que son:
1.- El cambio del sistema educativo llevado a cabo por las autoridades británicas tras la evacuación de la población civil durante la Segunda Guerra Mundial, y que hemos analizado más arriba.
2.- El cierre de la Verja, de 1969.
3.- El cambio tecnológico.
4.- La indecisión política.
El cierre de la Verja fue un gesto de gran ayuda del Gobierno de España para los planes británicos en su empeño de britanizar a los gibraltareños. Con consecuencias dramáticas para los gibraltareños y campogibraltareños, el Gobierno de España lanzó, casi sin vuelta atrás, a los gibraltareños en los brazos de su metrópoli.
El cierre de la Verja (1969-1982) tuvo muchos efectos sobre las poblaciones a ambos lados y condenó al aislamiento a la población de Gibraltar, la hizo más dependiente de la metrópoli y de su lengua consolidando para la generación que sufrió el cierre lo que se puede considerar como algo similar a la deslealtad lingüística (language disloyalty) o como una situación muy cercana al conflicto lingüístico por las consecuencias tan desastrosas que tuvo esa decisión política sobre la propia identidad personal y colectiva de la mayoría de la población.
A partir de ese momento, la relación con Reino Unido se intensificó. Era mucho más fácil ir a Londres que a La Línea. Los estudiantes gibraltareños iban a estudiar a las universidades británicas, dejaron de plantearse cursar estudios en España, algo normal antes del cierre. Esa generación de jóvenes que vivieron en primera persona el cierre prefirieron marcar distancias con todo lo español y fueron identificando la lengua y cultural españolas con un hecho dramático de sus vidas. Solo el paso del tiempo podría suavizar el rechazo inicial a la carga simbólica que significaba para ellos el uso de la lengua española. Afortunadamente, medio siglo después de esos hechos, las percepciones han cambiado, pero el daño a la situación del español en el Peñón es casi irreversible.
En cuanto al cambio tecnológico, y su efecto para comprender la transformación del español como lengua de herencia, tenemos que analizar cuál fue el efecto en los hogares de la introducción de las emisiones vía satélite de los medios de comunicación. Con el sistema de comunicación analógico la cobertura de la radio y la televisión españolas estaban aseguradas en Gibraltar, de manera que toda la población estaba expuesta a diario al contacto con el idioma, a pesar de la educación monolingüe en inglés.
El cambio tecnológico iniciado en la década de los 90 con la emisión vía satélite hizo posible la extensión del sistema educativo en inglés con los medios de comunicación de la metrópoli que ya tenían la posibilidad de entrar en los hogares gibraltareños. Ese cambio tecnológico ha afectado fundamentalmente a los más jóvenes que ven en los medios de habla inglesa una continuidad con el sistema educativo en inglés. La presencia de las cadenas de televisión británicas en los hogares, en bares, cafeterías, etc. ha aumentado significativamente sustituyendo a los medios españoles. Rara vez podrán ver una cadena de televisión en español en algún lugar público de Gibraltar.
Además de la introducción de las emisiones vía satélites, es oportuno introducir aquí otra de mayores causas para entender la crisis del español en el Peñón y me refiero al uso de internet por los jóvenes gibraltareños. La exposición a las redes sociales se hace casi exclusivamente en inglés. Esta práctica se ha instalado de manera generalizada y el efecto para el futuro del español será mucho mayor que el producido por las emisiones vía satélite. En estas condiciones, el uso de internet va configurando el conocimiento y la comunicación digitales en inglés, lo cual contribuye a marcar mayor distancia con el español de estos jóvenes y su progresivo empobrecimiento.
Respecto a los medios de comunicación, y en la actualidad, se edita en Gibraltar un solo diario, The Gibraltar Chronicle, en inglés y varios periódicos semanales de importante tirada como Panorama, también en inglés. Desde el año 2004 se editó en español y con carácter semanal El Faro de Gibraltar, perteneciente a la empresa andaluza Grupo Información, ya desaparecido. Sin embargo, la dualidad cultural gibraltareña tuvo en el pasado un mayor registro a través de la prensa. El diario El Calpense (1868-1982) estaba escrito en su totalidad en español y así continuó hasta el cierre de la Verja. En ese momento cambió de propietario y siguió publicándose en inglés hasta su desaparición poco antes de la apertura de la Verja. A pesar de su nombre, el Gibraltar Guardian (1872) también se editaba en español, al igual que El Anunciador (1885-1940), que llegó a ser el periódico más leído en Gibraltar y en el Campo de Gibraltar. Además, existieron otras publicaciones en español como Luz (16 de marzo de 1946) que nació como órgano de expresión de la Asociación para el Avance de los Derechos Civiles de Gibraltar (AACR), el partido político liderado por Sir Joshua Hassan, ministro principal de Gibraltar durante casi cuarenta años. El principal objetivo de esta publicación fue defender los derechos gibraltareños evacuados. Otras publicaciones menores como el bisemanario El Cronista de Gibraltar (1813) estaba escrito en español y en su cabecera aparecía el escudo imperial británico.
En cuanto a los medios audiovisuales, la televisión gibraltareña, la GBC (Gibraltar Broadcasting Corporation), fundada en 1963, no emite ningún programa en español. Sin embargo, Radio Gibraltar (también de la GBC) emite dos horas de su programación en español, precedido por un informativo de unos diez minutos de duración. Esta es la única presencia del español en los medios periodísticos gibraltareños.
En una encuesta que pude realizar a 700 jóvenes gibraltareños comprobé que tan sólo un 3,5 % afirmaba ver sólo los canales españoles de televisión frente a un 42,4 % que decía ver sólo los canales de televisión británicos. Frente a los hábitos de consumo de televisión claramente a favor de las cadenas británicas, la radio presenta otra tendencia. Un 34,4 % afirmó oír todas las cadenas de radio a su alcance, aunque un 22,5 % afirmaba oír sólo las cadenas españolas de radio y un 19,9 % oye habitualmente Radio Gibraltar (la única con programación propiamente local).
Finalmente, la última causa que puedo argüir para explicar la conversión del español de lengua franca a lengua de herencia es la indecisión política del Gobierno de Gibraltar, quien tiene transferida la competencia en educación, para introducir la enseñanza bilingüe en el sistema educativo. Tradicionalmente existe una gran resistencia a adoptar una educación bilingüe, también por parte de la población en general. Esta posición se debe a que el español se percibe como una amenaza que puede contribuir a diluir con el tiempo el legado lingüístico, cultural y, hasta político, británico de Gibraltar.
En general, en el Ejecutivo, y cada vez menos en la opinión de la ciudad, existe la convicción de que hasta ahora no era necesario una enseñanza bilingüe dentro del sistema educativo gibraltareño porque el español se aprendía en casa y el inglés en el colegio. El problema radica en que con el paso del tiempo y la predominancia del inglés en todos los ámbitos, las nuevas generaciones han dejado de utilizar el español en el ámbito familiar. Es lógico pensar que en un futuro muy cercano serán incapaces de transmitir esta lengua a sus generaciones venideras en el ámbito familiar, donde hoy día ya se observa a padres jóvenes que aún son capaces de hablar en español con sus mayores, pero en muy escasas ocasiones lo hablan con sus hijos más allá de algunas palabras sueltas. Hoy día, los mayores hablan predominantemente español, los adultos y parte de los jóvenes hablan espanglish y los niños hablan inglés con alguna palabra en español.
3.- Los préstamos lingüísticos del inglés en la zona circundante al Peñón de Gibraltar: del llanito primitivo al espanglish
Como estamos viendo, la presencia británica en Gibraltar ha generado gran influencia en las formas de vida de Gibraltar, pero también de las poblaciones situadas junto al Peñón. Influencia que se deja sentir en todos los ámbitos de la vida cotidiana, con especial incidencia en La Línea. A comienzos del siglo XX, más de 8.000 trabajadores, casi todos de La Línea, se desplazaban cada día a Gibraltar. Estos trabajadores, con escaso nivel de instrucción, fueron los encargados de ir adaptando a la fonética castellana palabras procedentes del inglés. En la actualidad, las nuevas generaciones no utilizan estos términos, pero entienden a sus mayores cuando hacen uso de ellas. La mayor instrucción de los jóvenes campogibraltareños acabará con este tipo de adaptaciones derivadas del desconocimiento inicial de la lengua inglesa. Algunas de estas palabras ya en desuso: capotí (cup of tea) momento para merendar o tomar una taza de té; cuécaro (quaker oats marca comercial) copos de avena; liquirbá (liquorice bar) regaliz; infleita (to inflate) bomba para inflar las cámaras neumáticas; marchapié (calco semántico del inglés footpath) acera; mebli (marble) canica; doquia (dock-yard) astilleros; jopar (hop) irse de un sitio rápidamente; sospe, sopen, zospe, zospen (sauce pan) cazo; pudinpé (pudding pan) fuente para hornear; chinga (chewing gum) chicle; etc.
Estas adaptaciones fonéticas son las que algunos investigadores definen, bajo mi punto de vista erróneamente, como llanito. Es verdad que en un principio el gibraltareño las utilizaba debido a su escaso nivel de conocimiento de la lengua inglesa, tal como ocurría en La Línea por los mismos motivos, pero con el cambio del sistema educativo en el Peñón y el mayor conocimiento del inglés, el uso de este “llanito inicial o primitivo” ha quedado relegado a la población de edad más avanzada y menos instruida de ambos lados de la Verja que separa ambas ciudades.
Por otro lado, el llanito actual genera expresiones en español derivadas de una traducción literal desde el inglés tales como: te llamo pa´tras (to call back) te devolveré la llamada; dinero vuelto (back money) reintegro; estar de libertad (holiday) estar de vacaciones; hacer teléfono (to make a telephone call) llamar por teléfono; voy a aplicar (to apply), en sentido de presentar una solicitud, etc.
En definitiva, lo que algunos investigadores consideran como llanito, es lo que yo denomino “llanito primitivo”: son préstamos de palabras que el español toma del inglés, pero que lo adapta morfosintáctica y fonéticamente al español. Este llanito primitivo ya está prácticamente en desuso y quedará en la historia.
Más allá de esto, el llanito actual es la forma peculiar del espanglish de Gibraltar. Son dos fenómenos diferentes: uno evoluciona con tendencia a desaparecer (en el caso del llanito actual o espanglish gibraltareño) y el otro ya casi murió (en el caso del llanito primitivo) en paralelo a la mayor instrucción en idiomas de la comunidad hablante y al mayor peso del inglés.
4.- El Instituto Cervantes: primera y única Institución en Gibraltar para la difusión de la lengua y la cultura españolas
El día 4 de abril de 2011 se abrió al público el Instituto Cervantes de Gibraltar con gran aceptación entre la población del Peñón, tal y como lo demostraron las 4.500 matrículas formalizadas desde su apertura. El 51% de estas matrículas pertenecieron a alumnos menores de 16 años (prácticamente todos fueron nativos gibraltareños) y el 49% restante eran de adultos. Asimismo, el 58% de los alumnos totales del centro fueron nativos gibraltareños y el 42% eran nativos de las Islas Británicas y de otras nacionalidades.
A grandes rasgos, pudieron distinguirse tres grupos de edades que presentaban un perfil lingüístico bien definido. Por una parte, un grupo extenso de personas de más de 60 años, en general, monolingües en español. Otro grupo de entre 30 a 60 años con habilidades en inglés y español y, finalmente, niños o jóvenes, en su mayoría, monolingües en inglés y que presentaban alguna o escasa destreza para comunicarse en español. El elevado número de matriculados en este segmento de edad evidenciaba la gran fractura lingüística que se vive Gibraltar respecto a épocas pasadas.
Mi experiencia como director del Instituto Cervantes en Gibraltar me enseñó a agrupar a los alumnos no en función de la edad, sino en base a sus competencias lingüísticas. A los que habían tenido algún contacto con el español como lengua de herencia transmitida por sus padres y/o abuelos, se les enseñaba la lengua de manera similar a como se enseña en los colegios de los países hispanohablantes. Mientras que con los alumnos no hablantes de español, que no presentaban competencias previas se aplicó la metodología propia del español como lengua extranjera.
Se impartieron más de quinientos cursos de español y se celebraron más de doscientas actividades culturales. El Cervantes fue muy bien acogido en la ciudad e identificado por los gibraltareños como un lugar para reforzar el conocimiento de la lengua española y un escaparate de las culturas panhispánicas del mundo.
5.- El futuro del llanito y del español se dan la mano
El llanito no existiría sin el español y tampoco sin el inglés. Por eso para saber si el llanito goza de buena salud tendríamos que saber si goza de buena salud el español y su alternancia con el inglés. Conociendo las condiciones de uno, descubriremos la situación del otro. En este sentido, como hemos podido conocer a lo largo de la ponencia el español ha pasado de ser la lengua materna de la población local, a una lengua de herencia que con el tiempo se irá perdiendo en la medida en que las nuevas generaciones dejen de comunicarse en nuestro idioma.
La transmisión intergeneracional es imprescindible para que perdure la lengua y, de hecho, en Gibraltar se ha mantenido gracias a esta transmisión familiar, pero en el futuro más inmediato, con la desaparición de la generación de los mayores que ha mantenido vivo el español, la herencia lingüística desaparecerá y convertirá al español de Gibraltar en una lengua en situación agónica, alarmante y, con su extinción, arrastrará también al llanito. Por lo tanto, a menos que se tomen medidas al respecto, creo que ambos acabarán desapareciendo. Y eso, solo lo puede remediar los propios gibraltareños.
Lo que sí está claro es que los llanitos están muy orgullosos de su manera de expresarse, de su facilidad para utilizar en una conversación el inglés y el español de forma natural. Cada vez con mayor intensidad está aflorando una conciencia social que pone su foco en la situación alarmante de la pérdida de la habilidad para usar los dos idiomas. Esa preocupación social demanda una acción encaminada a conseguir una educación pública bilingüe que asegure la protección de los dos idiomas, idea muy vinculada y contemplada como otro rasgo singular de la identidad colectiva de la ciudad. El bilingüismo sería un instrumento muy beneficioso y decisivo para el desarrollo futuro de la ciudad y de sus nuevas generaciones. Es una suerte para todos tener al alcance las dos lenguas y poder hacer uso de ellas en mayor o menor medida.
Quizá cabe pensar que si se salva el llanito con la paulatina restitución del español no se vería tan mal introducir programas bilingües en el sistema educativo. Salvando el llanito se garantizaría también perpetuar esa identidad única que reivindican y defienden los gibraltareños. De esta manera, la idea de un posible sistema educativo bilingüe pudiera ir captando simpatizantes. Un tema este más profundo y, si cabe, más controvertido.
Si la negociación del Gibrexit, que está en curso, finaliza de forma satisfactoria, está previsto eliminar la Verja y eso reforzaría la alternancia de ambos idiomas. Por razones prácticas quizá sería el momento adecuado para tener en cuenta las voces que apuestan por nuevos horizontes que conduzcan a una educación bilingüe en el sistema educativo, competencia directa del Gobierno de Gibraltar.
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