Los marroquíes en el Peñón, en situación tercermundista

El sindicato Unite lleva años reclamando al Gobierno que les reconozca la residencia y les otorgue la nacionalidad británica para acceder a los derechos que ahora no tienen

Imagen del hostal donde residen muchos marroquíes y cuyo estado define el sindicato Unite de "vergonzoso".
Imagen del hostal donde residen muchos marroquíes y cuyo estado define el sindicato Unite de "vergonzoso".
Eva Reyes / Gibraltar

28 de febrero 2010 - 01:00

La comunidad marroquí de Gibraltar está formada por unas mil personas aproximadamente. Muchas de ellas llevan décadas viviendo y trabajando en el Peñón, lo que significa que contribuyen a la Seguridad Social y pagan impuestos, pero eso no parece ser suficiente para disfrutar de unos derechos que les son denegados sistemáticamente: vivienda, participación política y voto o reagrupación familiar. A eso hay que añadir que ningún miembro de la familia que visite Gibraltar puede ser atendido por la sanidad pública y que la ayuda por desempleo es nula después de trece semanas.

El sindicato Unite lleva años encabezando una fuerte campaña en defensa de los marroquíes. Dentro de esa campaña, por citar un ejemplo, Unite organizó en las elecciones europeas de 2009 una votación simbólica para esta comunidad.

Charles Sisarello, jefe de distrito de la organización sindical, explica que la solución para estas personas pasa por el reconocimiento por parte del Gobierno de la residencia y la concesión de la nacionalidad británica. "En Inglaterra, a los tres años te dan la residencia permanente y a los cinco más o menos, el pasaporte. En el Peñón no pasa eso. Es más, cada vez hay más trabas y más requisitos, el último de ellos tener que hablar inglés cuando este idioma no es fundamental en los trabajos que suelen desarrollar los marroquíes. Además, el Gobierno, a diferencia de lo que ocurre en Inglaterra, tampoco pone los medios -cursos- para que aprendan a hablarlo", puntualiza a este diario.

Sisarello es plenamente consciente de lo difícil que es el objetivo de la campaña de Unite, pero esta iniciativa ha cobrado más fuerza desde que cuenta con el apoyo "incondicional" de este sindicato en el Reino Unido, "que tiene más de dos millones de afiliados y una comunicación bastante fluida con los laboristas y las instancias europeas. Tenemos su total respaldo y el de otras organizaciones importantes. Unite está dispuesto incluso a sufragar acciones legales a nivel europeo en defensa de los derechos de los marroquíes, pero esa vía sería muy lenta, de ahí que luchemos cada día por una solución política", dice.

Para el sindicato, esta solución política debería ser conjunta entre el Ejecutivo de Peter Caruana y la coalición de socialistas y liberales que encabeza Joe Bossano, pero según Sisarello "ni uno ni otro quieren solventar nada. La comunidad marroquí está muy defraudada con Bossano, ya que le dio su apoyo mayoritario cuando era sindicalista pero luego salió muy perjudicada cuando gobernó; hubo deportaciones y el acceso a los trabajos decreció. A pesar de eso, los marroquíes quieren contar con el respaldo de la coalición en esta lucha, cuyo silencio no es de recibo. Desde el sindicato hemos criticado duramente esta actitud, que no es propia de los socialistas", expone.

En cuanto a Caruana, Charles Sisarello cree que éste no ataja el problema "por un miedo infundado a que de pronto vengan muchos marroquíes y la economía de Gibraltar se resienta. En nuestra opinión, es una postura extremista que carece de fundamento, así que desde el sindicato también somos críticos con el Ejecutivo. Es por esta falta de respuesta que nuestra campaña se ha extendido al Reino Unido y a otros niveles, con el fin de que el Gobierno británico termine por forzar al gibraltareño a solucionar este asunto y respetar derechos universalmente reconocidos. Recientemente estuvimos en Londres y este fin de semana hay una delegación nuestra en el Reino Unido para asistir a un congreso de las minorías del sindicato en el que estamos participando activamente", apunta.

El jefe de distrito agrega que otra de las consecuencias de no conceder la nacionalidad a los marroquíes es que "están presos en Gibraltar. El Peñón está fuera de la zona Schengen, lo que obliga a obtener permisos especiales para cruzar la Verja. El Foro de Diálogo se comprometió a agilizar los visados, pero todavía no hay nada. En los próximos días queremos concertar una reunión a este respecto con la secretaria general del PSOE de La Línea, Gemma Araujo", reseña.

A todas estas dificultades se unen las condiciones tercermundistas del hostal Buenavista donde residen muchos de los marroquíes: "Eso es vergonzoso. El Gobierno tiene que mejorar ese lugar o buscar una ubicación alternativa. Además, no hay un hostal para mujeres. Los marroquíes están cansados y las nuevas generaciones no son tan pasivas como sus padres y abuelos".

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