El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, dice en el Parlamento que no negociará la soberanía de Gibraltar

El dirigente asegura que "las islas Malvinas son británicas y así permanecerán", mientas que la soberanía del Peñón de Gibraltar "no es negociable"

La polémica por la cesión de la soberanía de Chagos obliga al Gobierno de Reino Unido a defender la de Gibraltar

El primer ministro del Reino Unido, Keir  Starmer.
El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer. / EFE

Gibraltar/El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, reafirmó este miércoles ante el Parlamento británico que las Islas Malvinas "son británicas y así permanecerán", al tiempo que declaró que la soberanía de Gibraltar "no es negociable". Estas declaraciones se realizaron durante la tradicional sesión de control en la Cámara de los Comunes, en respuesta a las inquietudes de diputados conservadores, ahora en la oposición, sobre la reciente decisión del gobierno británico de ceder la soberanía de las Islas Chagos a Mauricio, en el océano Índico.

En su intervención, Starmer adoptó una postura contundente respecto a dos de los territorios de ultramar más emblemáticos bajo dominio británico: las Malvinas y Gibraltar. En cuanto a las Malvinas, el primer ministro subrayó el significado personal que el conflicto tiene para él, mencionando que su tío participó en la Guerra de las Malvinas en 1982. "Mi tío casi pierde la vida cuando su barco fue torpedeado defendiendo las Falklands. Son británicas y seguirán siendo británicas", enfatizó ante la Cámara, recibiendo una ovación de los diputados.

Además, el líder laborista fue igualmente tajante respecto al Peñón de Gibraltar, un enclave estratégico en el sur de la Península Ibérica que ha sido objeto de reclamos por parte de España durante décadas. "La soberanía de Gibraltar tampoco se negocia", declaró Starmer, disipando cualquier duda sobre el estatus del territorio tras la polémica decisión sobre las Chagos.

El contexto de estas afirmaciones fue la reciente decisión del Gobierno británico de traspasar la soberanía del archipiélago de Chagos a Mauricio, una antigua colonia que ha reclamado estas islas desde su independencia en 1968. Según el acuerdo alcanzado la semana pasada, Mauricio asumirá la soberanía sobre las Chagos, aunque el Reino Unido mantendrá el control sobre la base militar de Diego García, una instalación clave operada conjuntamente con Estados Unidos, durante los próximos 99 años.

El acuerdo también establece una cooperación mutua entre el Reino Unido y Mauricio en áreas como la seguridad marítima, la protección medioambiental, la lucha contra la pesca ilegal, el comercio y la inmigración irregular, así como el tráfico de drogas y personas.

El tema de la soberanía de las Malvinas y Gibraltar sigue siendo un punto neurálgico en la política exterior británica. Mientras que las Malvinas han sido reclamadas por Argentina desde 1833, España ha mantenido históricamente su demanda sobre Gibraltar. Estas cuestiones territoriales no solo suscitan debates en la política interna británica, sino que también son fuente de tensiones diplomáticas con ambas naciones.

Con estas declaraciones, Starmer se posiciona en línea con anteriores gobiernos del Reino Unido que han defendido la soberanía de estos territorios de ultramar. La continuidad en la política exterior británica parece clara: tanto las Malvinas como Gibraltar seguirán bajo bandera británica, mientras que la cuestión de las Chagos se ha manejado como una excepción dentro de un contexto de cooperación más amplio.

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