Política

Gibraltar aspira a reformar su Constitución de 2006 para dejar de ser considerada una colonia británica

El Peñón de Gibraltar, por encima de las nubes.

El Peñón de Gibraltar, por encima de las nubes. / A. C. G.

Gibraltar aspira a reformar su Constitución de 2006 para no estar tan sometido a las leyes británicas mientras reclama un parlamentario propio en el palacio de Westminster que haga oír su voz de forma independiente en Londres. El objetivo es una especie de integración descentralizada que entiende que le llevaría a dejar de ser considerada una colonia por las Naciones Unidas.    

Se trata de una vieja y controvertida aspiración gibraltareña que, cuando todavía no se ha cerrado el capítulo del Brexit, le conducirá por otro largo camino, por el que pretende adquirir un statu quo distinto al del resto de los territorios británicos de ultramar. La idea de reducir las posibilidades de Londres de legislar, como hasta ahora, por encima de las instituciones llanitas, mientras se avanza en el autogobierno no está bien vista en la metrópoli, que ya la rechazó en 1976 alegando que cualquier otra reforma constitucional o descolonización tendría que tener en cuenta la llamada "dimensión española". “La independencia sólo sería una opción para Gibraltar con el consentimiento de España”, dijo entonces el Gobierno de Reino Unido.

La Constitución de 2006 otorgó al gobierno local plenos poderes transferidos, excepto sobre Defensa, Asuntos Exteriores y Seguridad Interna, que fueron retenidos por el Gobierno del Reino Unido. Fue el resultado de un largo proceso de duras negociaciones entre Londres y la colonia para modificar la Carta otorgada de 1969 que motivó el cierre de la Verja por parte de España. Vista esa experiencia y para comenzar a cambiar la opinión británica sobre la reforma constitucional, el Gobierno de Fabián Picardo envió tras las últimas elecciones generales un documento de trabajo al Comité de Procedimiento de la Cámara de los Comunes en la que empieza a perfilar todos estos cambios y en el considera inaceptable que Londres mantenga su reservas tantos años después.

El Ejecutivo gibraltareño considera que "es necesario actualizar su Constitución de 2006 para tener en cuenta el impacto de la decisión de abandonar la Unión Europea y el mayor desarrollo del derecho a la autodeterminación de Gibraltar y del pueblo de Gibraltar". "Creemos firmemente que cualquier nueva Constitución debería prever que el pueblo de Gibraltar esté representado en una o ambas cámaras del Parlamento en Westminster. Esto tendría que acordarse de una manera que no tuviera el efecto de disminuir o reducir el grado existente de autogobierno sino, más bien, mejorarlo. Además, creemos que se debe reconocer formalmente la responsabilidad de la representación internacional de Gibraltar, incluida la acción exterior de Gibraltar en sus áreas de competencia y responsabilidad", continúa el documento.

El Peñón afirma que "debe permanecer permanentemente en una relación constitucional y política con el Reino Unido, la familia de naciones británica y la Commonwealth", pero con cambios. "Somos firmemente de la opinión de que los poderes del Gobierno de Reino Unido (HMG) para legislar por encima de los jefes de los gobiernos electo de Gibraltar en nombre de la 'paz, el orden y el buen gobierno', deberían eliminarse de los documentos constitucionales de Gibraltar".

Gibraltar está "celoso de sus poderes constitucionales para legislar a través del Parlamento de Gibraltar" y considera "inaceptable el uso de Órdenes del Consejo", un tipo de legislación redactada por el Gobierno que se elabora en nombre del Rey. "La gestión diaria de los asuntos de Gibraltar corresponde únicamente a su propio gobierno y al Parlamento", explica el Ejecutivo llanito.

"Es posible que alguna legislación aprobada por Westminster pueda afectar, directa o indirectamente, a los intereses de Gibraltar. Del mismo modo, el Reino Unido tiene intereses en los que le gustaría que Gibraltar siguiera alineado. En nuestro estrecho contacto con el Foreign Office, trabajamos para garantizar que nuestra legislación refleje las preocupaciones e intereses razonables del Reino Unido. Un buen ejemplo de esto sería la transparencia de nuestro registro de empresas y la aplicación de sanciones esencialmente simultáneas, como ocurrió tras la invasión ilegal de Ucrania por parte de Rusia", subraya.

El Gobierno de Gibraltar afirma que ha estado "trabajando más estrecha y directamente con el Ejecutivo británico, el Foreign Office y otros departamentos", a raíz del Brexit "que en cualquier momento de las últimas décadas" y acoge "con agrado la noticia de que los diversos ministerios del HMG asignarán un responsable dentro de cada departamento para que esté al tanto de las preocupaciones, cuestiones y desafíos específicos que enfrentan los territorios de ultramar con miras a trabajar juntos cara a cara, tanto políticos como funcionarios, para resolver cualquier problema que surja".

"Gibraltar no tiene ningún deseo ni ambición de involucrarse o influir en los asuntos internos o en los asuntos cotidianos del Reino Unido dentro del Parlamento. Sin embargo, la oportunidad de poder expresar y exponer sus propias preocupaciones en  las cámaras podría tener un impacto importante a la hora de garantizar que el Reino Unido, simplemente por no ser consciente de nuestras necesidades y circunstancias muy específicas, no legisle sin saberlo de una manera que provoque graves repercusiones negativas en los propios asuntos e intereses gibraltareños".

"Tener un diputado que pudiera expresar preocupaciones e intereses específicos de Gibraltar en las Cámaras de la Cámara de los Comunes y de la Cámara de los Lores, además de intercambiar puntos de vista 'en los pasillos' con colegas, ayudaría a fomentar una conexión nueva y más moderna entre el Reino Unido y Gibraltar", concluye.

En una carta dirigida también al Comité de Procedimiento de la Cámara de los Comunes, el Movimiento para la Representación de Gibraltar en Westminster -que en 2019 recabó 14.000 firmas respaldando sus argumentos- recuerda que el Peñón consiguió el derecho al voto en la Unión Europea, con la oposición de Reino Unido, gracias a la reclamación de una ciudadana, Denise Matthews, ante el Tribunal de Derechos Humanos de La Haya en 1999. Fue cuando Gibraltar se integró electoralmente como parte de la circunscripción europea del suroeste de Inglaterra, donde permaneció hasta que el Reino Unido abandonó el UE el 31 de enero de 2020. Con el Brexit, Gibraltar perdió también sin representación en Westminster.  

"Llamar Colonia a Gibraltar es el garrote favorito de España para degradarnos", se lee ene documento. "Pero con una representación autónoma en Westminster, estos insultos degradantes y el reclamo ilegal de la soberanía serían definitivamente eliminados. Ésta fue precisamente la razón por la que el ex primer ministro, Sir Harold Wilson, propuso la integración de Gibraltar en 1964, para burlar al dictador Franco en sus falsas afirmaciones sobre la colonia de Gibraltar colonial”, explica. 

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