El sellado de pasaportes a los gibraltareños en la Verja dejará constancia de su tiempo de estancia en España
Si bien las bases de datos de Interior y Hacienda no están conectadas, el registro de entrada y salida del país puede resultar en el futuro una prueba irrefutable sobre el lugar de residencia y de tributación de las personas físicas
El jefe de la Unidad Central de Fronteras asegura que en la Verja se aplica “totalmente” el Código Schengen

Algeciras/El proceso de sellado de los pasaportes de los ciudadanos gibraltareños en el puesto de control fronterizo localizado entre La Línea y el Peñón comportará que las autoridades españolas puedan tener constancia de sus entradas y salidas del país y del periodo que pasan en él. Estos controles, que la Policía Nacional ha activado en la Verja, se hacen en cumplimiento del Código de Fronteras Schengen, normativa común en toda la UE que se aplica a los ciudadanos de terceros estados.
En la actualidad, el control de pasaportes en la Verja se lleva a cabo solo mediante su escaneo a fin de comprobar que las personas que tratan de acceder a España y al resto del territorio Schengen no comportan ningún riesgo para la seguridad ni están reclamadas por la justicia. En ese trámite no queda constancia de la entrada al espacio de la UE. La novedad será ahora el sellado, un trámite que apenas comportará tiempo pero que será clave para controlar a esos ciudadanos.
Dejando a un lado el engorro del tránsito por la Verja y de la componente psicológica que supone para los llanitos que España les iguale con el resto de nacionales de terceros países, el paso decidido por la Policía Nacional es de gran trascendencia: si bien las bases de datos del Ministerio del Interior no están conectadas con las de Hacienda (por el momento), el registro de entrada y salida puede resultar en el futuro una prueba irrefutable sobre el lugar de residencia y de tributación de las personas físicas. Y para un gibraltareño, hablar de pago de impuestos es hablar de palabras mayores, como también lo es mentar las segundas residencias de las que disfrutan en España y que no son tales.
La denuncia y sus consecuencias
Como adelantó Europa Sur el pasado 17 de febrero, la orden de sellado de los pasaportes fue comunicada el pasado 13 de febrero por escrito, en una "nota interior" dirigida a sus subordinados, por el inspector jefe responsable del citado puesto amparado en las declaraciones realizadas en calidad de testigo, el día 7 en sede judicial, por el jefe de la Unidad Central de Fronteras (UCF). Este sostuvo que en la Verja se cumple “totalmente” el Código de Fronteras Schengen, una norma que obliga, precisamente, a requerir el pasaporte a los ciudadanos de países ajenos a la UE.
La declaración del máximo jefe policial en materia de fronteras fue consecuencia de la denuncia, por coacciones y prevaricación, presentada contra varios de sus superiores por el citado inspector jefe ante el Juzgado de Primera Instancia e lnstrucción número 3 de La Línea de la Concepción. En esa denuncia, registrada el 22 de noviembre de 2024, el responsable del puesto fronterizo sostuvo que había recibido órdenes verbales para que no aplicase a los llanitos el Código de Fronteras Schengen, pese a tratarse de ciudadanos extracomunitarios.
Las autoridades de Gibraltar, que parecen obviar tanto el Código Schengen como las consecuencias del Brexit, interpretan púbicamente la decisión el sellado de sus pasaportes como una afrenta y una maniobra para limitar sus movimientos. Su respuesta, advierten, será la reciprocidad, de tal forma que requerirán a los españoles sus pasaportes en el mismo momento en que España tome esa medida con los llanitos. “He dado instrucciones de que si comienzan, los empezaremos antes de una hora”, sostuvo el ministro principal, Fabián Picardo, nada más tener noticia de las intenciones de la Policía Nacional en declaraciones recogidas por el Gibraltar Chronicle.
Según la GBC, el Gobierno gibraltareño entiende que la decisión del sellado no es una decisión del Gobierno español, sino un impulso de la "derecha" política española contra un acuerdo verbal alcanzado por España, Reino Unido y Gibraltar, con el conocimiento de la UE, como señal de buena voluntad para el período de las negociaciones en curso para cerrar un tratado sobre la Roca.
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