Gibraltar, sin fecha para acabar con los vertidos de sus aguas residuales al mar
El Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea dictaminó en 2017 que Reino Unido y el Peñón incumplían la directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales desde 1998
El Gobierno lleva años tramitando un proyecto sin que se concreten los plazos
Verdemar denuncia el vertido de ingentes cantidades de toallitas y aguas residuales desde Gibraltar
Gibraltar/Gibraltar seguirá vertiendo sus aguas residuales sin depurar a la bahía de Algeciras desde Punta Europa sin que haya una fecha concreta para el inicio de construcción de la estación depuradora. Tras una reciente denuncia pública de Verdemar-Ecologistas en Acción, que recordó que los vertidos afectan a la Zona de Especial Interés para la Conservación del Estrecho Oriental, el ministro de Medio Ambiente del Peñón, John Cortés, indicó a la GBC, la televisión pública gibraltareña, que espera firmar un contrato de obras “en los próximos meses” y la intención es que el proyecto se complete en dos años en una suerte de limbo que se mantiene desde hace años.
Gibraltar vierte sus aguas fecales sin tratar, de forma ilegal, desde 1998. Así lo entendió el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea, que en 2017 dictaminó que la falta de una planta de tratamiento de aguas residuales urbanas en Gibraltar, que debería estar en funcionamiento desde el reseñado 1998, incumplía la Directiva 91/271/CEE sobre el tratamiento de las aguas residuales. Por ello, condenó a Reino Unido al pago de las costas de un procedimiento que comenzó en marzo de 2015, cuando la Comisión Europea, a raíz de un proceso de infracción, elevó a la Justicia Europea el caso de varias poblaciones británicas, entre ellas el Peñón.
Sin embargo, cuando se hizo efectiva la salida de Reino Unido y Gibraltar de la Unión Europea, el escenario cambió. El pasado junio, el entonces comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius, respondió a una pregunta de Miguel Urbán, europarlamentario de The Left, sobre “delitos medioambientales y posibles sanciones en la zona de especial conservación de Gibraltar”. El comisario respondió sobre el vertido de aguas residuales que la Comisión “está negociando actualmente con el Reino Unido, en nombre de la Unión, un acuerdo relativo a Gibraltar. Dicho acuerdo también debería abarcar cuestiones medioambientales, como la contaminación marítima, las normas de evaluación de impacto ambiental y el tratamiento de las aguas residuales”, sin ahondar en más detalles.
En 2017, cuando Reino Unido y Gibraltar aún formaban parte de la UE, el Gobierno del Peñón respondió a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea: “La falta de tratamiento de aguas residuales es un problema que viene de lejos, y no se tomaron medidas contundentes para resolverlo hasta que el actual Gobierno llegó al poder. Se estableció un concurso público y se seleccionó a un contratista. A esto le siguió una gran carga de trabajo para asegurarse de que la tecnología empleada era la apropiada. El hecho de que el tratamiento de las aguas residuales de Gibraltar se lleve a cabo con agua salada y, que en periodos de lluvias aquellas se diluyan en gran medida, implica que el sistema se empleó en una serie de condiciones no habituales, y llevó mucho tiempo resolver este problema. La decisión sobre el modelo final de planta de tratamiento se encuentra en una fase avanzada, y el Gobierno hará pronto una declaración al respecto. Gibraltar necesita tratar sus aguas residuales no sólo porque así lo exige la legislación europea, sino porque un país que quiera tener su lugar en la comunidad mundial y ser tratado con respeto en el panorama internacional no puede, en el siglo XXI, arrojar aguas residuales sin tratar al medio marino”.
La construcción de la estación depuradora acumula en todo este tiempo retraso tras retraso. En octubre de 2015, el Gobierno de Gibraltar anunció que, de acuerdo a su programa electoral, había firmado un contrato para la construcción de una nueva planta de tratamiento de aguas residuales. Para ello seleccionó a una empresa conjunta formada por Northumbrian Services Limited y Modern Water Services Limited (MWSL) que se encargaría del diseño y la construcción del proyecto, a través de un contrato con un valor actual de aproximadamente 22 millones de libras (más de 28 millones de euros). Estaba previsto que la planta se ubicara en Brewery Crusher, en Europa Point, con un diseño compacto y bajas necesidades energéticas y que entrara en funcionamiento en 2020. Sin embargo, en diciembre 2022 el Ejecutivo de Picardo anunció un nuevo proyecto después de que el licitador preferente entrara en liquidación.
En septiembre de 2023, el número 6 de Convent Place informó de que la compañía ECO Waters Ltd fue designada como nuevo licitador preferente para hacerse cargo del proyecto para el diseño, construcción, financiación y explotación de esta infraestructura. El ministro principal, Fabian Picardo, reconoció que el proceso se había demorado por la insolvencia de las empresas a las que se había concedido anteriormente el estatus de licitador preferente. "Este proyecto significa que seremos capaces de atender las necesidades de Gibraltar de una forma que no ha sido posible hasta ahora. Espero que la construcción pueda comenzar lo antes posible", valoró.
Por el momento no hay fecha para el comienzo de los trabajos. Hace ahora casi un año, el Gobierno llanito reconoció que la depuradora estará muy condicionada por el uso de agua salina para la red de saneamiento del Peñón. "El uso de agua de mar para fines sanitarios en Gibraltar plantea retos que no se presentan en otras plantas de tratamiento de aguas residuales, dada la salinidad del efluente de aguas residuales y los cambios de salinidad experimentados durante las tormentas", indicó. Mientras tanto, miles de litros de aguas residuales y toallitas de baño siguen saliendo a diario al mar por Punta Europa.
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