Los daños "superficiales" del 'Ambush' cuestan al Reino Unido 3.788.000€

El submarino nuclear estuvo diez días en South Mole tras colisionar en aguas internacionales con un barco cisterna de productos químicos

Las tareas de desarme del 'Ambush' para poder ser sometido a trabajos de reparación.
Las tareas de desarme del 'Ambush' para poder ser sometido a trabajos de reparación. / Erasmo Fenoy
Quino López

23 de julio 2017 - 10:59

Gibraltar/La colisión que sufrió el submarino nuclear británico HMS Ambush en aguas de la Bahía contra el Andreas, un barco cisterna de transporte de productos químicos -de la que el pasado jueves se cumplió un año- ha costado a los contribuyentes británicos aproximadamente 3.788.000 euros (unos 3,4 millones de libras). El Reino Unido, ante las quejas de España, explicó en su día que el Ambush había sufrido "daños superficiales externos".

El sumergible chocó cuando trataba de rebasar al buque Andreas por su quilla en un ejercicio de prácticas. Al salir a la superficie antes de tiempo por un error de cálculo, el submarino tocó con su vela el casco del buque. El Ambush reaccionó entonces intentando evitar más daños y se inclinó de nuevo contra el fondo. Eso provocó que sufriera daños también en el timón de popa, al rozar otra vez con el buque en esa maniobra de escape. Todo esto ocurrió en aguas internacionales a 3,3 millas náuticas frente a Gibraltar. Quedó seriamente dañada la aleta de la torre de mando, donde se aloja el sistema de sonar Thales, lo que habría obligado a que la nave llegara remolcada a Gibraltar, ya que no tendría seguridad para sumergirse.

El Ministerio de Defensa británico afirmó que el submarino -que costó en su día de 1.000 millones de libras- no sufrió ningún daño en su reactor nuclear ni en la integridad de su casco. Tras el impacto, el submarino fue remolcado al puerto de Gibraltar, donde permaneció durante diez días. Aunque en un principio iba a ser reparado allí, al final fue trasladado a la base de Clyde (Escocia) para iniciar los arreglos. el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC) de España afirmó que esta decisión se tomó atendiendo a la solicitud de información reiterada por el departamento que entonces dirigía José Manuel García Margallo. El Gobierno de España había pedido "explicaciones urgentes" a la Embajada de Reino Unido en Madrid en dos ocasiones -los días 21 y 27 de julio- acerca del "alcance de la avería sufrida" por el submarino, de la que no informó hasta un día después de producirse.

En South Mole, los especialistas de la Royal Navy y de la empresa constructora le sometieron a trabajos menores y descargaron sus armas. Para ello, el puerto de Gibraltar estableció una zona de exclusión marítima de 200 metros en South Mole.

La embajada de Reino Unido en Madrid señaló en aquellos días que el incidente estaba bajo investigación de la Autoridad de Seguridad de su Ministerio de Defensa. Sin embargo, los resultados de dicha investigación todavía no se han hecho públicos.

A la luz de las cuentas recién publicadas del Ministerio de Defensa para el 2016/17, esas reparaciones costaron poco menos de tres millones de libras esterlinas, pero el gasto final del incidente fue aún mayor, según publican varios medios británicos. En la sección dedicada a pérdidas y "pagos infructuosos", el Ministerio de Defensa reveló gastos por un total de 453.000 libras por alojamiento y alquiler de equipo en Gibraltar que no se llegó a utilizar después de la colisión.

Ahora se sabe que el submarino estuvo operando sumergido en aguas cercanas al Peñón durante al menos quince días y, de hecho, fue filmado por pescadores deportivos locales antes del incidente.

En el momento de la colisión, en el HMS Ambush se estaba llevando a cabo un curso de comando submarino, de alto nivel, que sirve para comprobar las habilidades de los aspirantes a capitanes. El curso de cinco meses, conocido por los submarinistas como the Perisher, debido a su alta tasa de fracaso, se utiliza para poner a prueba las habilidades de los estudiantes y su temperamento hasta el límite y es supervisado por un comandante superior llamado Teacher (maestro), explica Gibraltar Chronicle. En su día, el Gobierno de Gibraltar admitió que la colisión se había producido por un error humano. La Autoridad Portuaria del Peñón realizó su propia investigación y trasladó los resultado al Reino Unido, pero tampoco los hizo públicos. El accidente se produjo fuera de las aguas que Gibraltar reclama como británicas.

Pese a que todas las mediciones realizadas -entre ellas las del Consejo de Seguridad Nuclear- corroboraron la ausencia de radiación, tanto PP como PSOE mostraron su rechazo a la presencia del sumergible en aguas de la bahía de Algeciras.

El accidente del HMS Ambush puso de manifiesto el incumplimiento por parte de la Royal Navy de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar , que establece que "en el mar territorial, los submarinos y cualesquiera otros vehículos sumergibles deberán navegar en la superficie y enarbolar su pabellón". En numerosas ocasiones se ha detectado la presencia de éste y otros submarinos de la Armada británica sumergidos en aguas de la Bahía y en sus inmediaciones, con el riesgo que eso conlleva en un lugar de tanto tráfico marítimo como el Estrecho.

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