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Nacen dos leones blancos en la reserva de Jimena
Jimena/En la reserva natural La pequeña África de Jimena todo estaba preparado el pasado fin de semana para atender el parto de Lira, una imponente leona que se había apareado unos cuatro meses antes con Simba.
El nacimiento de las crías de león en este recinto zoológico del Campo de Gibraltar siempre tiene algo de sorpresa porque sus responsables dejan seguir el curso de la naturaleza sin intervenir más que lo imprescindible. Por ejemplo, las leonas no son sometidas a ecografías durante la gestación para evitarles radiaciones, por lo que los veterinarios y los responsables del parque nunca saben cuántos cachorros se disponen a venir al mundo en cada ocasión.
Pero en el parto del pasado domingo 24 la sorpresa fue doble y mayúscula con el nacimiento de dos cachorros de león blanco, macho y hembra. Una singular "parejita" que desde entonces se han convertido en los auténticos reyes de la reserva.
Los leones blancos responden a una mutación poco frecuente del león africano de pelo pardo. "Para nosotros la sorpresa fue enorme. Nunca sabemos cuántos cachorros van a nacer. Pero el hecho de que sean dos, macho y hembra, y ambos de pelo blanco es todo un milagro de la vida", explica Francisco Jiménez, responsable de la reserva de animales enclavada en La Estación de Jimena.
Jiménez resalta que los leones blancos se encuentran entre las especies más amenazadas, por lo que el nacimiento de un macho y una hembra en el mismo parto supone un estímulo para el mantenimiento de esta variedad.
Todavía no tienen nombre y desde el mismo momento de su nacimiento son el centro de atención de toda la plantilla de la reserva jimenata, donde además de estos dos leoncillos y sus padres hay algunos ejemplares más de estos grandes felinos. En total, en La pequeña África conviven en semilibertad más de 300 animales entre aves y mamíferos a lo largo de 25 hectáreas de terrenos.
El proyecto de La pequeña África comenzó su andadura en Jimena hace algo más de un lustro. En origen, detalla Jiménez, el singular complejo nació como recinto de alojamiento rural y celebraciones. "Posteriormente, logramos la licencia como granja escuela y hace unos cinco o seis años logramos ampliarla a parque zoológico", explica su responsable, quien apostilla que todas las medidas para el confort animal "se multiplican por tres respecto a la ley" para garantizar el mayor bienestar posible a los ejemplares.
Mientras da explicaciones sobre el recinto, los leoncillos se alimentan con calostro de un biberón. "Lira, la madre, ha tenido algunas dificultades durante el parto y se está recuperando. Nosotros nos hacemos cargo de atender a estos leoncillos durante las 24 horas para que salgan adelante. No se pueden quedar solos", apostilla Jiménez.
Los pequeños reyes de esta singular colonia crecen por días entre mantas y biberones. Pronto será el momento de pasar del calostro a la leche. "A ello le seguirá la leche con carne molida antes de que sean autónomos y puedan tomar carne por sus medios", comentan los encargados del recinto. Por ahora, son como dos gatos grandes y casi se comportan como tales: duermen, se alimentan y juegan.
Su presentación en sociedad será este sábado, cuando La pequeña África abra nuevamente sus puertas para el puente de Todos los Santos. El recinto solo abre en fines de semana y festivos. "Quienes nos visiten los podrán ver, como mínimo, a través de una sala con cristalera. En función de cómo vaya su crecimiento y reacción ante los estímulos quizás podamos hacer algo más", explican.
Los visitantes tendrán la posibilidad de bautizar a estos dos bellos cachorros mediante una votación que preparan los encargados del zoo jimenato. "Habíamos pensado en poner el nombre de Jimena a la leona, pero vamos a optar por una votación entre los visitantes para que un hecho tan importante como dar nombre a tan singular camada sea participativo. No todos los días tenemos una situación así y lo merece", apuntan desde la reserva, donde trabaja una decena de personas con picos de hasta 25 durante la temporada alta, la que precisamente comienza ahora en otoño cuando las temperaturas se suavizan tras los rigores del verano.
"Nos sentimos orgullosos de tener esta singular pareja de leones en nuestro recinto. Son muy bonitos y pocos sitios pueden decir que tienen una pareja de leones blancos supervisados en un enclave como este", concluye Francisco Jiménez. Mientras, los cachorros siguen jugando ajenos a la atención que han despertado.
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