La consolidación de una ciudad
150 aniversario de La Línea
Miguel del Manzano recorre en una serie de entregas los principales hitos del proceso por el que se creó La Línea
La Línea/El 20 de julio de 1870, el nuevo municipio llamado La Línea de la Concepción contaba con una población de 330 habitantes, de los que 206 habían suscrito el 26 de noviembre de 1869 la solicitud de segregación del término municipal de San Roque. Por aquel entonces había pocos edificios de mampostería en la ciudad, entre ellos la Comandancia Militar o la Capilla de la Purísima Concepción con su cementerio.
La Comandancia Militar actualmente acoge la bibliteca pñublica municipal José Riquelme. Es el edificio más antiguo que existe en la ciudad. La función original de esta construcción era la de servir de Pabellones de los Jefes y Oficiales de la Guarnición. Data de los años 1863 a 1865.
Parroquia de la Inmaculada
Al principio había una ermita de propiedad militar y su capilla era tan pequeña que apenas daba cabida a unas 80 personas. En agosto de 1870, el Ayuntamiento, a iniciativa de la mayor parte del vecindario y dado el mal estado de la capilla o ermita de Nuestra Señora, decide la construcción de una iglesia. En diciembre de este año es designada una comisión para elegir el lugar de su edificación.
Después de la fundación del municipio y la derogación de la Real Orden que impedía la construcción de edificios de mampostería, la Villa empieza a construir sus primeros edificios públicos, a la vez que la población se va construyendo sus viviendas privadas o colectivas.
En 1870, en el nuevo pueblo de La Línea de la Concepción no existía ninguna escuela pública de niñas, que según políticos de la época, el dinero empleado en la educación de las niñas era dinero tirado, mal gastado.
En sesión celebrada el 3 de agosto de este año, el Ayuntamiento concede el título de Hijo Adoptivo de la ciudad a D. José González de la Vega, presidente de la Diputación Provincial, en reconocimiento a las gestiones realizadas para la segregación de La Línea del municipio de San Roque, que llegó a acompañar a una representación de vecinos a Madrid y a Cádiz. Es la primera persona que ostenta dicha distinción.
Desde 1871 al 1900
En estos últimos treinta años del siglo XIX, La Línea de la Concepción experimentó un crecimiento muy importante en todos los aspectos, principalmente en el aumento de población, ya que pasa de 330 habitantes en el año 1870 a 31.862 en 1900, según el Instituto Nacional de Estadística de España. En estos treinta años, la población se ha multiplicado casi por cien.
El asentamiento de la población se encuentra favorecido por las cesiones de pequeñas parcelas de terreno, en los arenales de El Zabal, que las autoridades militares efectuaban a quienes se comprometían a cultivarlos para favorecer el creciente comercio con Gibraltar, cuyo vecindario y guarnición se abastecían de los productos de esta zona y la mano de obra que precisaba en aquella ciudad para los trabajos del puerto y de la villa. Además de agricultores, llegan trabajadores de muchos lugares de España y del extranjero.
De esta época de finales del siglo XIX destacan edificios tan emblemáticos como la Plaza de Toros, construida en el año 1883; el edificio de La Aduana, de 1879; la Iglesia de la Inmaculada Concepción, que data de 1879; el Mercado Municipal de Abastos, de 1880; el Cementerio Nuevo o Cementerio de San José, cuya construcción se comienza en 1900; la Plaza de Prim, actualmente Plaza de la Constitución, de 1884, a la derecha el Cuartel de Carabineros en el otro extremo y con verja de entrada, la casa de la familia Carrera, de 1871.
La Villa de aquel entonces comprendía la circunferencia hoy en día rodeada por las calles del Sol, Avenida de España y López de Ayala; luego crecería hasta la calle San José, Granada, Castelar y Avenida de España, con la Plaza de Toros fuera del casco urbano y la Sacramental de San José.
Obras urgentes
Las obras de infraestructuras eran uno de los capítulos más urgentes a realizar en las últimas décadas del siglo XIX en La Línea. Era necesario acometer una serie de mejoras, dado el desolador aspecto de las calles y la carencia de los servicios más esenciales. Entre estos se encontraban el saneamiento, el empedrado de las calles, alcantarillado, luz eléctrica, fuentes públicas, escuelas, etc. Entre los servicios más urgentes a realizar se hallaban el Juzgado Municipal, el Mercado de Abastos, el Matadero Municipal, etc. El espectacular aumento de la población demandaba estas mejoras.
El Juzgado Municipal era de una de las instalaciones más urgentes de acomeyer por la proliferación de conflictos que provocaban la incontrolada población y la necesidad de inscribir diariamente a los numerosos nacidos. El día 30 de diciembre de 1871 comienza a funcionar el Juzgado Municipal. El primer nacido que se inscribe es María Sabina Coca Vizcaya, que vive en la calle Rosa, nº 3, siendo juez D. José Vázquez Soto y Secretario, D. Miguel Moscoso.
El Juzgado Municipal se instaló al principio en la calle del Teatro nº 36. Con posterioridad se trasladó a la calle Clavel (Patio Negrotto), de donde pasó a la acera norte de la Explanada. En este lugar estuvo varias décadas.
El Mercado de Abastos
Antiguamente, la Plaza de Abastos estaba situada en la Plaza de Christon, hoy Plaza de Cruz Herrera, por lo que aún se le conoce como la Plaza Vieja. Había unas cinco grandes barracas de madera de color verde, destinadas a la venta de frutas, hortalizas y verduras, junto a las que se colocaban puestos y tenderetes en los que se vendían los más variados productos: pan, sardinas ahumadas en barricas de madera, aves, chacinas, huevos, frutos secos, así como productos no alimentarios: alpargatas, vasijas de barro, etc., de todo salvo pescado, cuyo mercado estaba establecido en la calle Águila, en el lugar conocido como el Rincón del Pescado, en donde se mantuvo hasta el año 1918.
En 1873 se plantea la creación de un nuevo mercado, en la calle San Pedro (hoy calle Carboneros), dado el incremento de población e importancia que iba adquiriendo nuestra ciudad.
Un año más tarde, se cambia el proyecto y se piensa en un lugar distinto, conocido como el Huerto de los Pajareros, de propiedad particular. El plano lo levanta el alarife (perito arquitecto) D. Ildefonso Urbano y Urbano, pero el Ayuntamiento carecía de fondos para tal obra y surgen ofertas privadas para su construcción.
Se suceden diversos proyectos, hasta que en junio de 1879, el Ayuntamiento saca a subasta la ejecución de las obras del Mercado, conforme a un proyecto presentado por D. Adolfo del Castillo Escribano, arquitecto de Cádiz.
En octubre de 1879 se inicia la expropiación de los terrenos donde se ubicará el Mercado, en el lugar conocido como el Huerto de los Pajareros. El 2 de agosto de 1882, siendo alcalde D. Andrés González, tiene lugar la apertura de nuestro nuevo Mercado.
La concesión otorgada había hecho posible la construcción de un magnífico edificio de dos plantas que, reuniendo todas las condiciones que la legislación de la época exigía, sería y es uno de los mejores mercados públicos de la provincia.
También te puede interesar
Contenido ofrecido por Agua y Residuos del Campo de Gibraltar
Entrevista a Manuel Abellán San Román, Consejero Delegado de ARCGISA