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Fetos humanos muy deteriorados por el paso del tiempo, pulmones, corazones y cerebros, entre otros órganos, metidos en recipientes y la mayoría de ellos identificados, con nombres y apellidos. Todo esto ha aparecido en una de las salas del antiguo hospital de La Línea, abandonado desde hace más de tres años y donde se quedaron restos humanos que nadie ha retirado.
El tétrico descubrimiento lo ha revelado en dos vídeos una usuaria de la red social TikTok que consiguió acceder a las instalaciones sin saber lo que se iba a encontrar. Este tipo de vídeos suponen desde hace tiempo una auténtico género en las redes sociales, especialmente entre grupos de jóvenes que los graban en sus visitas a cualquier tipo de construcción abandonada, inspirados por las películas de terror. En este caso, el hallazgo llegó a conocimiento de la Policía Nacional, que visitó inmediatamente el lugar con un forense y a continuación lo comunicó al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de La Línea, que ha abierto una investigación para esclarecer posibles responsabilidades penales. Los restos fueron retirados.
El edificio de 13.000 metros cuadrados, situado en el barrio linense de San Bernardo, fue abandonado a principios del verano de 2018 tras el cierre que conllevó la progresiva inauguración del nuevo centro hospitalario. Según ha podido saber este periódico, el Área Sanitaria ha efectuado actuaciones de forma periódica para limpiar el edificio a raíz de los actos vandálicos registrados en los últimos meses tras acceder al interior con butrones realizados en el cerramiento perimetral. Durante el mes de agosto se han realizado algunas de estas tareas.
En los vídeos que obran en poder de la justicia se observa que allí quedan materiales sanitarios, incluso viejas fotografías, además de muebles ya muy deteriorados por el tiempo, y en una de las salas más profundas al menos tres fetos dentro de unos recipientes con nombres y apellidos y órganos humanos igualmente identificados. Este miércoles por la mañana las grabaciones de TikTok contaban con 31.700 y 11.900 visualizaciones, respectivamente.
Según explican los vecinos del barrio de San Bernardo el lugar carece de vigilancia y es habitual que grupos de personas accedan a las instalaciones, en algunos casos para realizar actos vandálicos en su interior. Nunca hasta ahora se había constatado la existencia de los restos humanos. En junio de este año se produjo incluso un incendio dentro del edificio.
Aunque fue inaugurado un mes más tarde, el nuevo hospital de Línea se puso en marcha el 22 de junio de 2018 con el traslado de 53 pacientes ingresados, tres bebés recién nacidos y la apertura de la zona de Urgencias. Desde el mes de septiembre, el viejo centro había ido trasladando sus servicios de manera progresiva, comenzando con las Consultas Externas, hasta culminar con el trasvase de los últimos pacientes que quedaban mediante una compleja maniobra programada desde varias semanas atrás. Solo quedaban en San Bernardo un retén y el servicio de diálisis, en un edificio anexo.
Un grupo de vecinos de la barriada había iniciado ya una campaña a través de las redes sociales para llamar la atención sobre la situación en la que quedaba la zona tras el cierre.
Hacía ya tiempo que la vieja instalación se había quedado obsoleta. Durante los últimos años se habían sucedido los episodios de aparición de roedores e insectos en distintas dependencias.
A principios de este verano, ya circularon por las redes socialesimágenes que revelaban el estado de abandono del centro y que causaron indignación entre los ciudadanos linenses, que veían cómo seguía sin aprovecharse un espacio que lleva ya tres años cerrado y sin uso todavía.
Las fotografías que difundieron algunos usuarios a través de Facebook mostraban un interior del edificio totalmente saqueado, ya que a pesar de que se había tapiado, algunas personas pudieron acceder al interior para sustraer cables de cobre e incluso ventanas, además de otros enseres que seguían dentro del hospital.
Podía verse ya el mobiliario y material esparcido por el suelo, en unas imágenes que provocaron no pocas quejas entre los antiguos usuarios del hospital, que también
está siendo usado, según han indicado algunos vecinos de la zona, por toxicómanos.
El edificio es propiedad de la Tesorería General de la Seguridad Social, pero se encuentra cedido a la Junta, que a su vez lo cedió al Servicio Andaluz de Salud. Este es el primer obstáculo para darle un uso que sigue sin resolverse.
En un principio se barajó la instalación en él de un centro integral de seguridad para agrupar los juzgados, la comisaría de la Policía Nacional y la jefatura de la Policía Local. El Ayuntamiento intentó contactos con universidades privadas, pero las conversaciones no fructificaron. Parece ser que los juzgados irán en el antiguo Hospital Municipal, un edificio anexo. La nueva Comisaría iría finalmente en un solar de 3.000 metros cuadrados en la Avenida Europa, aunque no está confirmado.
A finales de 2020, la Delegación Territorial de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía desbloqueó la ampliación de usos de la parcela con la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). El Ayuntamiento había remitido en enero a la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio la documentación técnica relativa a esta modificación, tras ser aprobada en Pleno en octubre de 2019.
El objetivo de este cambio es la inclusión de nuevos usos dotacionales (asistenciales, sanitarios, docentes, socio-culturales, administrativos y de servicios públicos) en las parcelas ocupadas por el antiguo hospital, que hasta ahora estaban calificadas como sistema general de equipamiento sanitario y sistema general asistencial, que permitirán al edificio contar con otro tipo de usos distintos a los que tuvo hasta hace tres años.
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