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Modesto Rodríguez Ruiz, Modesto 'El Sastre'

Enciclopedia de La Línea | Personajes ilustres, famosos y populares (CXIII)

El autor recuerda la trayectoria de este vecino, hijo de un concejal de la Corporación de 1931

Modesto Rodríguez Ruiz.
Miguel Del Manzano Pratts

01 de noviembre 2020 - 04:00

La Línea/La Enciclopedia de La Línea recoge en el tomo III las biografías de 329 personajes linenses o muy vinculados a la ciudad. Están representados casi todos los estamentos y profesionales. Contiene historias de literatos, pintores, docentes, sacerdotes, médicos, cantaores, cantantes, bailaores, compositores, músicos y toreros, además de psicológicos, locutores, deportistas y actores.

Modesto Rodríguez Ruiz, Modesto 'El Sastre'

Modesto Rodríguez Ruiz nació en Puente Mayorga el 22 de abril de 1927. Su padre, Modesto Rodríguez Pérez que en esas fechas trabajaba en Gibraltar ya estaba cansado de ir y venir todos los días del trabajo a Puente Mayorga y decide irse a vivir a La Línea de la Concepción contando su hijo Modesto con seis meses de vida.

La familia parte para la Línea junto a sus hermanas Antonia y Carmen y su madre Dolores. Su primera vivienda estaba situada en el Huerto Pedro Vejer junto al teatro Amaya, pero el padre tenía la intención de encontrar algo mas céntrico y comercial para montar una sastrería, como calle San Pablo o Real, por lo que a los dos meses se trasladan a la calle Las Flores, pensando en que sería algo provisional pero terminó siendo la definitiva. La familia ya estaba muy asentada en La Línea, ya tenía su padre el negocio en marcha y estaba muy involucrado con el pueblo, siendo concejal de la Corporación Municipal de 1931, cuyo alcalde era Antonio Martínez.

La Corporación de 1931, con Modesto Rodríguez padre como concejal justo detrás del alcalde.

Llegó el 18 de julio de 1936 y estalla el movimiento, al haber estado de concejal, su padre fue apresado y estuvo a punto de ser fusilado en los aledaños del cementerio, del cual fue sacado por un amigo Guardia Civil. Sí estuvo preso en escopeteros un mes, pero logro eludir la cárcel. Continua con su vida normal y su hijo Modesto por aquel entonces iba a la escuela de Antonio Mérida en la calle Las Flores.

Modesto padre continuaba con la costura en su taller de la calle Las Flores y no le iba mal. Le hicieron un buen encargo que consistía en hacer las capas para la Guardia Cívica. Pero eran tiempos difíciles y escaseaba de todo, trabajo, dinero, comida… y eso saca lo peor de las personas. El encargo con las capas no le gustó a alguien y fue denunciado a las autoridades por un comentario que realizó en la puerta del bar Pato el día del desfile de la victoria. “Esto lo veo yo como una mascarada”. Y esa frase le costó tres años de cárcel entre Algeciras y El Puerto de Santa María.

Con su padre en la cárcel fueron tiempos muy difíciles para él y su familia, pero siguieron adelante. Su madre Dolores adaptó el taller de costura en una habitación y la alquiló. En aquellos tiempos existían muchos cabarets en La Línea: El Pombo, El Tronío, El Zapico, El Negresco, El Patio, El Blanco y negro además de los “café cantantes” como el Café España o El Nacional. Venían muchas mujeres de fuera para trabajar en ellos. Dolores aprovechó esta situación ya que estas muchachas eran de las pocas personas que manejaban dinero en aquella época y se podía permitir el pagar una habitación, un lugar donde poder descansar cuando no estaban trabajando. A Modesto le gustaba la profesión de su padre, pero al no poder enseñarle por estar encarcelado, uno de tantos presos políticos, Dolores lo puso para aprender de Emilio Ramos y más tarde se fue con Gamito.

Modesto Rodríguez Ruiz, en su niñez.

Pasa el tiempo y sale su padre de la cárcel y vuelve a montar su taller de costura en su domicilio, quitando por tanto Dolores la habitación de alquiler, ya que estando su marido en casa, ya no le hacía falta ese dinero extra. Pero las cosas de esos tiempos, comienza la persecución de los Masones y su padre era Presidente de la Logia Villacampa nº 36. Volvió a ser apresado y estuvo preso otros cuatro años en Burgos. Para entonces la madre ya estaba trabajando en Gibraltar y la situación no fue tan dura como las anteriores.

Una vez que volvió su padre de la cárcel, Modesto se puso a coser con él. Esto le vino muy bien al padre, ya que le podía dedicar algo más de tiempo a su hobby preferido, que era las tertulias. Y llegó el momento del servicio militar para Modesto. Le toco la Infantería de Marina en San Fernando para hacer la instrucción y pasado los tres meses jura bandera y con ello el destino. Aunque querían que se quedara en San Fernando a Modesto se le metió en la cabeza irse a Madrid y lo consiguió, era el año 1947.

Algo que no se le olvida fue que nada mas llegar a Madrid ocurrió la muerte de Manolete en Linares y le impresionó mucho ver en todas las tiendas de la Gran Vía mostrando el duelo por la perdida del torero con fotografías y otras muestras de luto. En Madrid no lo pasó mal ya que debido a su profesión se pudo librar de casi todas las guardias, cosiendo uniformes, colchonetas, etc. Quedándole unos meses para licenciarse fallece su hermana pequeña Olga, a los 13 años y Modesto tuvo que cambiar sus planes de marcharse a Londres cuando se licenciara.

Una vez terminado el servicio militar, regresa a La Línea a su calle Las Flores donde se encontraban los establecimientos de siempre: La Tienda del Peñón, La Tienda del tío de Rafaelín Valencia, La Carbonería de Joselito, La Tienda de los huevos, La Bodega de los Leones, La Farmacia de Caravaca, La Tienda de Catalina donde vendían lencería e hilos, La carpintería del Chino, La Latería de Andrés donde se hacían los cantaros para la leche, los faroles para los sepelios y posteriormente pusieron la tienda de Palomino y Vergara.

Después de un tiempo en su pueblo y trabajando con su padre, se marcha a Barcelona. Corría el año 1952, el mismo año que se celebró en esa ciudad el 35º Congreso Eucarístico Internacional. Fue a una Academia de costura en la Avenida Puerta del Ángel, donde se aprendía el Sistema Müller. Estuvo tres meses en la academia, donde aprendió el corte de caballero, de señora, el militar y el eclesiástico. Aprueba la Academia y vuelve a La Línea donde a sus 25 años se hace cargo de lasastrería de su padre.

Preparaba todo el trabajo por la noche para cuando llegara sus ofícialas por la mañana empezaran a trabajar. Y así han trascurrido los años, sin dejar su oficio de sastre. Sus últimos años de vida pasaron participando de su vida social, como por ejemplo socio de honor de la Peña Joselito-Manolete.

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