España prueba el nuevo sistema europeo de control para agilizar la Verja de Gibraltar
La Policía Nacional, con el apoyo de Frontex, lleva a cabo los primeros escaneos para la identificación de ciudadanos por su huella dactilar o el reconocimiento facial
La experiencia piloto llega una vez se han culminado los trabajos de reordenación de la Aduana, que han contado con un presupuesto de 5,6 millones de euros
El Gobierno de España ha activado en el paso fronterizo entre La Línea y Gibraltar, de momento en periodo de pruebas y de forma intermitente, los primeros sistemas tecnológicos de inspección de personas que entran funcionamiento en el país, dentro del proyecto europeo de “pasillos biométricos” o de reconocimiento facial de pasajeros.
Este sistema, denominado de entrada y salida en dos pasos, ha sido puesto en marcha por la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) junto al Cuerpo Nacional de Policía con vistas a su aplicación definitiva dentro de menos de dos años, al margen de que se alcance o no un acuerdo entre la Unión Europea y Reino Unido sobre el Peñón, todavía en fase de negociación. Si se firmara el Tratado Internacional sobre Gibraltar tal y como está ahora planteado por el Comisión Europea, la Verja desaparecería y España ejercería el control de las fronteras exteriores, es decir del aeropuerto y el puerto gibraltareños, con "la asistencia" de Frontex.
Esta iniciativa supone la modernización de los puestos fronterizos para convertir, de acuerdo con el modelo europeo, las fronteras en más inteligentes, con mejores medidas de seguridad y más ágiles para los ciudadanos, según explicó en diciembre de 2020 el director general de la Policía Nacional, Francisco Pardo, en la comisión de Interior del Congreso de los Diputados.
En materia migratoria y de gestión de fronteras, Pardo destacó que la Policía Nacional gestionará el “gran reto fronterizo” de esta modernización que, en los próximos años, supondrá la implementación del denominado Sistema de Entradas y Salidas de la UE (SES) y del Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (SEIAV). A partir del segundo semestre de 2022, los puestos fronterizos contarán con “pasillos biométricos”, es decir, una tecnología financiada por Frontex y que tiene como objetivo que todas las policías europeas cuenten con un sistema de identificación más ágil de ciudadanos por su huella dactilar o el reconocimiento facial. La Línea es uno de los lugares en los que se está probando, a petición de España.
El sistema piloto incluye un doble control, para el reconocimiento biométrico de las personas y también sobre los datos registrados de los vehículos, que se apoya en la supervisión policial. Incluye nuevas pasarelas de reconocimiento facial, dactilar y documental, además de una nueva zona de acceso con controles personales similares a las que tienen los aeropuertos.
En estos últimos días, miembros de Frontex y de la Policía Nacional han procedido a los primeros escaneos de los pasaportes, tarjetas de identidad y huellas dactilares de los viajeros de varios vehículos con un software especial (los agentes llevan una tablet) que ha llamado la atención de muchas de las personas que atraviesan la Verja.
La experiencia piloto llega una vez se han culminado los trabajos de reordenación de la Aduana, que han contado con un presupuesto de 5,6 millones de euros, de los que 2.575.009,47 han sido destinados a estos nuevos sistemas automáticos de control de fronteras, que han sustituido a los que fueron retirados hace seis meses.
En diciembre de 2020, el Gobierno anunció la inversión para la reordenación de los puestos de control de entrada y salida en la Aduana entre La Línea y Gibraltar. El Consejo de Ministros acordó la declaración de emergencia para la contratación de suministros y actuaciones para llevar a cabo estos trabajos a la mayor brevedad.
La contratación se activó con un coste de 183.920 euros para la reforma y actualización de los puestos de control, de los que un primer paquete de 108.900 euros (IVA incluido) correspondieron a la reforma de los módulos de entrada con trabajos de albañilería y pintura y la instalación de nuevas cintas de señalización.
Un segundo apartado estaba dotado con 36.300 euros (IVA incluido) para la renovación de los sistemas de control manual con lectores de pasaportes, etiquetas de visado y documentos de viaje, lectores de huellas dactilares y unidades de captura facial.
En este proyecto inicial se destinaron otros 38.720 euros para la renovación e instalación del sistema de vigilancia a media distancia en la Verja y del puesto de control de La Línea. La ampliación de esta actuación inicial asciende a 5.416,089,47 euros, con un primer paquete de 118.580 euros para la instalación de nuevos módulos para el control de entrada y salida de personas y vehículos.
El proyecto incluye nuevos módulos para expedición de visados, zonas de custodia de detenidos, sala de denegación de entrada etc. Además, se ha redistribuido y ampliado la Oficina de Análisis e Investigación Fiscal (Odafi) de la Guardia Civil, se han agrandado las marquesinas de inspección de vehículos e instalado nuevas torretas de iluminación. La inversión ha sido de 2.722.500 euros. Otros 2.575.009,47 euros se destinan al suministro de los sistemas automáticos de control de paso, es decir, el reconocimiento biométrico para peatones y ocupantes de vehículos.
Hace seis meses, el Gobierno español retiró los lectores biométricos que se instalaron en 2015 para poner en marcha la denominada frontera inteligente, que costaron 1,4 millones de euros.
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