La intrahistoria de la reconstrucción de la Esperanza de La Línea: de la nada al milagro

Religión

La imagen ha regresado al culto 548 días después del incendio que la dañó al completo

Fernando Aguado se ha valido de la técnica y la fe para reconstruir esta talla

Lagrimas de emoción reciben a la Esperanza en su regreso a San Bernardo

Un incendio destruye la imagen de la Esperanza de La Línea

El antes y el después de la Virgen de la Esperanza de La Línea
El antes y el después de la Virgen de la Esperanza de La Línea / Fernando Aguado
Manuel Lamprea

22 de diciembre 2023 - 14:15

"Me he dejado los ojos, la mente y la piel". Era la mañana del 28 de mayo de 2022. La noticia se expande de manera desenfrenada por La Línea de la Concepción y toda la Andalucía cofrade. Un fuego fortuito ha arrasado con la Virgen de la Esperanza, dolorosa que procesiona en la tarde del Viernes Santo linense. Pasado el mediodía la imagen es desoladora. La imagen, obra de Luis Ortega Bru en 1951, se ha perdido para siempre.

Era, naturalmente, el primer pensamiento de la junta de gobierno y de la práctica totalidad de los hermanos que, desamparados y desconsolados, buscan refugio en la fe, último reducto de los cristianos en los instantes definitivos. Pero cuando la fe se conjuga con la esperanza, todo es posible.

Estado en que quedó la Virgen de la Esperanza tras el incendio
Estado en que quedó la Virgen de la Esperanza tras el incendio

"Mi pareja, curiosamente, es de La Línea de la Concepción, y por cuestiones de la vida guardo muchos amigos allí. A mí me llaman el día del incendio por la mañana. Esa tarde sacaba a San Juan Bosco de la Trinidad, por lo que no pude ir a ver a la Virgen. Fui el lunes por la mañana. Entré en la iglesia e imagínate el olor que había allí. La imagen recibe culto en una pequeña capilla pero al nivel del suelo, tan solo levantada unos treinta centímetros por unos escalones. Aquello era dantesco. Estaba completamente carbonizada: candelero, manos (solo el inicio de los dedos), brazos... Todo era ceniza. Las orejas perfectamente podrían desvanecerse con solo tocarlas".

Son palabras de Fernando Aguado, que durante todos estos meses ha desarrollado el, probablemente, trabajo más duro pero gratificante de toda su carrera. En declaraciones a este periódico, el imaginero y restaurador cuenta todo el proceso de esta reconstrucción, algo en un inicio absolutamente impensable. "Era más fácil hacer una copia, y que las cenizas se incluyeran en una nueva imagen, pero gracias a su confianza y a mi propia fe acepté el encargo. Les prometí que les devolvería a su Virgen. Han sido muchos meses ingratos para ellos. En primer lugar debíamos dejar que los propios restos se consolidasen, a través de la limpieza de la cáscara de yeso y la policromía, pero eran meses viéndola así, calcinada. A todo ello se le añade que la Virgen llevaba sin se restaurada desde 1986, año en que Hernández León la retalla. Estaba sucia, con desperfectos, pestañas mal conservadas... El carbón poco a poco se endurece y a partir de ahí comenzamos el proceso de reconstrucción", apunta Aguado.

La Virgen de la Esperanza repuesta al culto
La Virgen de la Esperanza repuesta al culto / Hermandad

"Por ejemplo, todos los dedos son de madera de cedro y están tallados uno a uno y pegados sobre los restos de lo anterior, al ser piezas individuales. Pero el resto, como la nariz, boca, párpados... Todo se ha reconstruido sobre lo quemado con material dúctil. Lo único nuevo es el candelero y los brazos. El resto está bajo lo actual. Y el caso de los ojos... Los ojos anteriores eran acrílicos, y hemos tenido que elaborar unos nuevos. Para adherirlos al busto, llamé a César, el prioste del Silencio, y le pedí cera del palio de la Virgen de la Concepción. Me la dio y con eso hemos pegado los nuevos ojos", indica Aguado, emocionado al hablar de su hermandad. "Yo me lanzo a este proyecto porque vi hacerlo a Juan Manuel Miñarro con el Yacente de Los Palacios, lo aprendí de él. Yo he utilizado lógicamente otros productos pero la base es la misma".

"Todo se ha llevado con mucho decoro y respeto. Yo me siento una herramienta. Me ha tocado a mí y ha sido Ella la que se ha querido restaurar"

El componente de la creencia y de la fe ha jugado un papel esencial en Aguado durante este proceso, que ha sido inmensamente duro. "Yo por las noches, en la cama, pintaba sobre fotografías de la Virgen las pestañas, el entrecejo, la mirada... Lo he pasado muy mal técnicamente por la incertidumbre, pero después he disfrutado mucho y hemos depositado todo el respeto posible. La tarde que vinieron a por ella me quedé rezándole y diciéndole: 'Por Dios, que te vean y te reconozcan'", afirma. "Porque todo había desaparecido, hasta los rasgos de Bru. Es más: su propia familia firmó el permiso para esta reconstrucción. Todo se ha llevado con mucho decoro y respeto. Yo me siento una herramienta. Me ha tocado a mí y ha sido Ella la que se ha querido restaurar".

Comparativa de las manos
Comparativa de las manos / Fernando Aguado

Para Aguado, "emocionalmente ha sido lo más grande que he vivido en mi profesión. No tengo palabras para explicarlo. Me he jugado mi trabajo a una carta. Además, aunque me unen vínculos sentimentales con La Línea, yo no conocía a la imagen personalmente. He tenido que usar fotografías, pero las luces de estas instantáneas eran muy complicadas. No se podía hacer una comparativa de la imagen resultante de la restauración con la anterior porque las luces no tienen nada que ver. A mí me ha vuelto loco", insiste.

El reencuentro y el regreso a La Línea

La Virgen de la Esperanza, lista tras su reconstrucción
La Virgen de la Esperanza, lista tras su reconstrucción / Hermandad

La Virgen de la Esperanza nunca estuvo sola o desatendida durante estos meses tan crudos. Han sido infinitas las muestras de cariño de sus vecinos en el taller de Aguado, cerca de la iglesia sevillana de Santiago. "En el pomo de la puerta del taller me han dejado flores, textos.. Lo último que llegó fue una rosa y un rosario con una inscripción que decía: Esperanza de La Línea, ruega por nosotros. Te echamos de menos. Todos esos exvotos o regalos los he conservado, aunque ese rosario desapareció. Lo estuve buscando durante horas en el taller pero no conseguí dar con él. El día que vienen a llevarse a la Virgen todos lloramos, brindamos... Y en el momento justo en que la Virgen se introduce en el cajón, antes de introducirla en la furgoneta, alguien me avisa de que, entre unas fotografías de la Virgen, había aparecido el rosario. Yo lo entendí como que la Virgen quería llevarse todo de vuelta a La Línea, todas las muestras de cariño de sus hermanos".

"Cuando entró la comisión, formada por cuatro personas, y vieron a la Virgen en el taller... Corrían las lágrimas como las mías, llorábamos todos"

Finalmente, tras incesantes semanas de trabajo y madrugadas en vela, llega el día en que finalizan todos los trabajos y los esperancistas de La Línea se reencuentran con su nueva/misma Virgen. "Cuando entró la comisión, formada por cuatro personas, y vieron a la Virgen en el taller... Corrían las lágrimas como las mías, llorábamos todos. A la Virgen la he besado y le he rezado todos los días como hago con todas las imágenes. No te imaginas la carga emocional. Yo te traigo a mi madre quemada, casi perdida, y al final la hemos resucitado. Esto es un barco al que nos hemos subido todos. Me ha tocado el grueso del que lo va a hacer, pero sin su empuje y sacrificio... La restauración es de todos. Me he sentido afortunado y con confianza".

La Virgen regresó al culto el pasado 16 de diciembre, en vísperas de su Festividad. Para ello se organizó un rosario por las calles del barrio antes de la celebración del triduo. "A la hora de presentarla le pedí a la Redención una ropa de la Virgen del Rocío, puesto que tengo una especial relación con esta hermandad. Le quitaron hasta la diadema para dármela. Curiosamente coincidió con la Concepción de Jerez de la Frontera, imagen que también estaba restaurando, y nos cedieron unas enaguas para la Esperanza. Todo el mundo se ha implicado en este caso". El día del rosario lo recuerda con innegable emoción. "Los costaleros, cuando entran en la iglesia y ven a la Virgen, empiezan a llorar como si vieran a su madre. Porque una imagen devocional cumple algo más que su función: es el vínculo de mucha gente, es tu madre, tu familia... Hasta el alcalde me abrazó y me dijo que no se lo creían".

La Virgen de la Esperanza el pasado 16 de diciembre
La Virgen de la Esperanza el pasado 16 de diciembre / Hermandad

Ahora, todo es felicidad en La Línea de la Concepción. "Me siento súper orgulloso de haberlo hecho. Me he dejado la piel pero a ganas no me ha ganado nadie. Ninguno de los trabajos que hago, y este menos, lo realizo para que se me aplauda profesionalmente. Todos queremos que nuestro trabajo salga bien, pero lo que importa es hacer feliz a la gente. No tiene precio la ilusión", concluye.

Un aprendizaje

A día de hoy, este caso ya se ve desde una perspectiva didáctica, pedagógica, si nos introducimos en el plano más técnico. "Ya no hay dolor. Ha sido un milagro técnico. Es una reconstrucción, pero haber devuelto a la Virgen a la Línea y que la gente la vea... El milagro es ese, que la gente la siga viendo y la identifique al momento".

No podemos pasar por alto la labor de Enrique Gonzálvez, el carpintero de Aguado, que ha realizado gratuitamente hasta dos copias de seguridad de la imagen: antes de la reconstrucción, "por si acaso, y ahora la ha vuelto a hacer". Actualmente Aguado se enfrenta a una situación similar con la patrona de Almadén, la Virgen de Gracia, que también perdió buena parte de su estructura en un incendio el pasado mes de abril. "Sin embargo, ellos también han confiado en mí aún si haber visto el resultado final de la Esperanza. Se han dejado llevar y asumo también el reto con ilusión y con fe".

Esta es la historia de una aventura profesional que, gracias a la fe y al compromiso, ha alcanzado un final feliz. Y es que, efectivamente, la Esperanza es lo último que se pierde. Que pregunten en la iglesia de San Bernardo, en La Línea de la Concepción, en esos confines marinos de Andalucía donde la luz ha vuelto para siempre.

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