La Guardia Civil en La Línea (XXXIII)
CLXXV ANIVERSARIO FUNDACIÓN GUARDIA CIVIL (1844-2019)
El coronel Jesús Núñez repasa los 175 años de presencia ininterrumpida de la Benemérita en la ciudad
Esta entrega está dedicada al Puesto de Alambradas (1954-1968)
La Línea/Lo que se viene denominando como “Verja”, que limita la colonia británica de Gibraltar con La Línea de la Concepción, se le llamó también en otros tiempos no lejanos, la “alambrada inglesa”.
España nunca ha reconocido ni su ilícito levantamiento sobre territorio patrio ni la consiguiente ocupación ilegal del terreno no recogido de modo alguno en el Tratado de Utrech de 1713.
Sin perjuicio del curso que históricamente ha venido siguiendo dicho contencioso, esa “verja” o “alambrada” construida por militares británicos entre 1908 y 1909, condicionó el despliegue de las fuerzas españolas del resguardo fiscal encargadas de impedir la entrada de contrabando procedente de la colonia. Ejemplo de ello es el caso, menos conocido, del “Puesto de la Guardia Civil de Alambradas” que existió entre 1954 y 1968.
La entrada en vigor de la Ley de 15 de marzo de 1940 supuso en La Línea de la Concepción que las dos compañías de Carabineros citadas, pasaran a la Guardia Civil. Los carabineros mantuvieron como prenda de cabeza la gorra de plato que introdujo la Segunda República pero vistieron el uniforme de la Benemérita.
Los puestos de Santa Bárbara y San Felipe fueron los responsables de vigilar esa “verja” o “alambrada” para evitar que por ella o por los “boquetes” de levante y poniente pudiera pasar contrabando, mientras que la sección de la aduana ejercía sus funciones de resguardo fiscal en el punto de paso habilitado.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial comenzó un redespliegue militar defensivo español en La Línea de la Concepción, herencia de la cual quedan todavía numerosas fortificaciones que muy acertadamente se están poniendo cultural y turísticamente en valor.
Pero también se produjo desde el punto de vista del resguardo fiscal, el levantamiento poco conocido de una segunda alambrada que no fue obra del Ejército español, sino de la Compañía Arrendataria de Tabacos que a partir de 1945 se transformó en Tabacalera S.A. La razón de ello era impedir la entrada de tabaco de contrabando procedente de la colonia, dada la permeabilidad de la británica cuando se trataba de tan ilícitos menesteres.
Por su parte, la Guardia Civil, consciente y sufridora de tan grave problema, procedió a reorganizar en sucesivas ocasiones su despliegue frente a la verja. En el caso que nos ocupa, su director general, el teniente general Camilo Alonso Vega, aprobó el 31 de agosto de 1954, la reorganización de la 337ª Comandancia de Algeciras, mandada por el teniente coronel Francisco Hermida Medina, que por cierto procedía de Carabineros.
Ello afectó a las dos compañías citadas, tanto la de la aduana, mandada por el capitán Emilio Silva Plaza, que pasó a ser la 7ª de especialistas fiscales, como la de La Atunara, liderada por el capitán Agustín Castaño Acosta, que pasó a ser la 2ª de rural y costas.
Encuadrada en la primera se creó la 2ª línea (sección) de Alambradas e integrada en ésta, el puesto de Alambradas. Su demarcación estaba constituida por los 710 metros de la playa de Levante, los 460 de la playa de Poniente y los 1.300 de la “Verja”, excluido el recinto aduanero que era responsabilidad de otra unidad.
La fuerza del puesto prestaba servicio de especialistas fiscales, con su correspondiente gorra de plato, en la zona comprendida entre la “alambrada inglesa” y la española, distante entre sí unos 700 metros.
El puesto carecía de casa-cuartel por lo que su personal se alojaba de alquiler en viviendas particulares. Disponía de un pequeño edificio utilizado como oficinas, del que se ha localizado sólo la fotografía que ilustra este artículo. A pesar de su mala calidad constituye un interesante documento gráfico. Dado su pésimo estado hubo que desalojarlo. La documentación del puesto y el armamento largo del personal franco de servicio pasó a las dependencias del Cuerpo en la aduana.
Gracias a un informe suscrito el 20 de julio de 1961 por el capitán Manuel Flores Cómitre, jefe de la 7ª compañía, se sabe que aquella alambrada “delimitaba el recinto aduanero separándolo de la población, que con sus edificios tanto públicos, como particulares, calles y paseos, llega hasta la misma alambrada en una longuitud de 1.400 metros, entre las playas de levante y de poniente, playas muy concurridas constantemente, en especial en época de verano”.
Continuaba exponiendo el capitán que entre la alambrada española “y la construida por los ingleses”, había un trayecto de 690 metros, comprendiendo el llamado “Campo Militar Español”.
Dicho informe se debía a que el teniente coronel de Artillería Víctor Castro Sanmartín, jefe delegado para la Represión del Contrabando y la Defraudación, dependiente del Ministerio de Hacienda, había interesado a la Dirección General de la Guardia Civil, conocer la utilidad de dicha alambrada y si querían hacerse cargo de su mantenimiento. Dichas cuestiones serán tratadas en el próximo capítulo.
Respecto al puesto de Alambradas, que contaba con un cabo y 14 guardias, fue absorbido a partir de 25 de octubre de 1968 por el nuevo puesto de “Punto Avanzado”, al entrar en vigor la 2ª fase de la instrucción general del Cuerpo núm. 6, de 18 de julio anterior.
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