La Mánchester triste de Francisco Oda
El sociólogo linense, director del Instituto Cervantes en la ciudad, desvincula los atentados de problemas de integración entre las diferentes culturas
La línea/Mánchester era ayer una ciudad triste, vacía hasta cierto punto desorientada. Así lo expresa el sociólogo linense Francisco Oda, director del Instituto Cervantes en esa ciudad inglesa, al que el terrible atentado perpetrado en la noche del pasado lunes al término de un concierto de Ariana Grande ha obligado a ver el terror casi en primera persona. Reconfortado por la idea de que ninguna de las personas cercanas a él había sufrido las consecuencias físicas de este golpe, Francisco Oda encabezó ayer el minuto de silencio que profesores y alumnos guardaron a mediodía en la misma puerta del centro, mitad en memoria de los fallecidos, mitad en protesta por una nueva barbarie que él desvincula de cualquier problema que pueda crear la integración racial en la ciudad.
"Mánchester vive en medio de un ambiente muy triste, está todo el mundo impactado, desconcertado", lamenta.
"Sin embargo también vivimos momentos de solidaridad porque como la gente salió en estampida hubo familias que se separaron, niños que no sabían dónde estaban sus padres, muchas personas habían perdidos sus teléfonos móviles y no sabían cómo contactar con los suyos... y eso provocó que hoteles y ciudadanos anónimos acogieran a gente, taxistas que llevaron gratis a ciudadanos que se habían quedado sin dinero porque los trenes, autobuses y tranvías estaban suspendidos", puntualiza de inmediato, con mucha intención de que quede constancia.
Oda explica que durante toda la madrugada del lunes al martes hizo "vigilia" y que siguió la información de todo lo sucedido, aunque con una particularidad: "Me enteré de más cosas y antes por la prensa española, que es mucho más intrépida y ofreció más detalles, mientras que en Inglaterra todo iba más lento, tanto por parte de los informadores como por parte de las autoridades, que son más cautas".
El que fue director del Instituto Cervantes en Gibraltar comprobó desde primera hora de la noche, nada más conocerse el alcance de lo sucedido, que tanto sus compañeros como sus alumnos se encontraban en buen estado de salud y bien entrada la tarde de ayer no tenía conocimiento de pérdida concreta alguno de su entorno.
"De hecho tuvimos clase, aunque vino mucha gente menos que cualquier otro día, porque como estamos en el centro, pues era más complicado llegar y fueron muchos los que optaron por quedarse en casa".
A lo largo del día y como se corresponde a una jornada tan peculiar Francisco Oda recibió "muchísimas llamadas" tanto de diferentes medios de comunicación nacionales y muy especialmente andaluces como incluso de "personas desconocidas" que se interesaban por su salud y por la de los españoles residentes en Mánchester. "Llegaban correos electrónicos a lo bestia... ha sido impresionante, estamos muy agradecidos", reconocía.
El sociólogo linense explica que el concepto "integración" en el Reino Unido es "diferente" al que se maneja en España, pero recalca que se trata de un asunto que "nada tiene que ver con estos atentados".
"La sociedad británica es multicultural, de todas todas, pero ahora bien cada una de sus comunidades está en compartimentos estancos y no tiene por qué existir una relación entre ellas", detalla. "No es una sociedad intercultural, sino multicultural y Mánchester no es una ciudad problemática en cuanto a la convivencia entre culturas, sino más bien todo lo contrario, es muy abierta".
"El modelo, como le sucede al francés, puede mejorar mucho en este país, pero no hay que encudrarlo en este caso o al menos eso es lo que yo palpo después de un año y medio aquí", abunda.
"Hay barrios en los que están concentradas las personas de determinados países, pero eso no debe relacionarse con un atentado de estas características, que en realidad tiene más que ver con las relaciones internacionales, con la guerra de Siria...". finaliza.
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