Un Mercado del futuro para La Línea
El Mercado de la Concepción cierra sus puertas este sábado para dar comienzo a su rehabilitación, que debe estar finalizada el 31 de diciembre de 2022
Las obras respetarán la nave central, que data de 1882, y se demolerán las dos laterales, que dejarán un mayor espacio en la calle
La Línea/El Mercado de La Concepción cerrará este sábado sus puertas para someterse a una profunda remodelación. 139 años después de su construcción, el corazón del centro histórico de La Línea y uno de los primeros edificios de este tipo construidos en Andalucía necesita tomarse un respiro para seguir siendo el centro neurálgico de las compras. Las obras comenzarán una vez que se complete el traslado de todos los comerciantes al mercado provisional, situado en el Bulevar, que abrirá sus puertas el 15 de noviembre. A partir de ahí, los trabajos deberán estar finalizados el 31 de diciembre de 2022 y el alcalde, Juan Franco, espera poder reinaugurarlo el 17 de enero de 2023. Fue ese día de 1870 cuando se autorizó la segregación de La Línea del Ayuntamiento de San Roque.
La inversión asciende a unos 4,5 millones de euros: 2,2 procedentes de fondos europeos, a través de la Estrategia de Desarrollo Urbano y Sostenible (Edusi), mientras que el Ayuntamiento aportará 2,3, una cantidad mucho mayor de la prevista. La UTE integrada por Promociones Paniagua, de La Línea, y Grupo Manzano, de Arcos de la Frontera, es la adjudicataria de la obra.
En los últimos años, el Mercado había sufrido un deterioro que hacía prácticamente imposible su viabilidad, además de una pérdida del número de puestos. "Es mejor cerrarlo durante 14 meses que cerrarlo para siempre", ha indicado Juan Franco en varias ocasiones. Ya en 1996, la planta superior del edificio tuvo que ser clausurada por motivos de estabilidad estructural y accesibilidad. Además, en 2005 se emitió un informe técnico sobre el estado de corrosión de la estructura del edificio, que dejó patente la imposibilidad de garantizar su solidez y estabilidad para el fin para el que fue diseñado. Ya entonces se recomendaba la ejecución de medidas correctoras.
En 2007, el edificio fue inscrito en el catálogo de Bienes Históricos Protegidos por la Junta de Andalucía. Por este motivo se debe conservar al completo la estructura del edificio central, que recuperará la idea original de plaza cubierta, mientras que se demolerán las dos naves laterales, que datan de la década de los 70 del siglo pasado, para volver a construirlas. Las fachadas exteriores y los muros longitudinales se deberán conservar íntegramente, con las medidas correctoras adecuadas. También se deberá recuperar la cubierta de la nave central.
En lugar de las naves demolidas se construirán otras dos, de aspecto abstracto, para dar más notoriedad a la central, la que cuenta con valor histórico.
Uno de los aspectos más destacados será que el nuevo mercado no contará con los 2.185 metros cuadrados de superficie que fueron usurpados a las calles colindantes con la construcción de las naves, de manera que el espacio exterior dará una sensación de mayor amplitud. Está previsto que las calles que lo rodean cuenten con naranjos decorativos para darle un mayor realce a todo el espacio.
Los pasillos del Mercado, una vez reformado, tendrán un mayor amplitud, con uno principal de cinco metros de anchura y otros seis de dos metros, y se incluirán dependencias adaptadas a la normativa actual. Para subir a la planta alta se instalarán ascensores.
La nueva distribución convertirá la nave central en una plaza pública cubierta, mientras que en los laterales se instalarán los puestos. La planta alta está prevista como centro multiusos, aunque con la posibilidad de dar cabida a tiendas.
La mejora de la accesibilidad al Mercado es uno de los principales objetivos de esta reforma, ya que, como indica el anteproyecto de rehabilitación, los actuales accesos no facilitan la entrada a personas con discapacidad ni a las que hacen uso de carros de la compra.
El edificio cuenta con elementos ornamentales originales: las fachadas de las calles Aurora e Isabel la Católica y toda la arquería de la nave central, que están en buen estado de conservación. Además, están el alicatado con la rotulación del nombre del mercado y dos placas conmemorativas, que serán desmontadas por personal cualificado, restauradas y recolocadas.
Mercado provisional
Durante las obras, los puestos estarán ubicados en el Bulevar, que ha sido acondicionado por la misma empresa que llevará a cabo la rehabilitación del Mercado de la Concepción. Tras el cierre de hoy, los comerciantes tendrán hasta el 14 de noviembre para realizar el traslado y la intención es que el nuevo espacio comercial abra sus puertas el día 15. Allí estarán algo más de un año, ya que la intención es que el Mercado se reinaugure el 17 de enero de 2023.
El bulevar contará con nueve puestos de pescadería, quince de carnicería, tres de panadería (de los que actualmente ocupan un espacio exterior en el Mercado), cuatro bares y dos churrerías, ocho establecimientos de frutas y verduras, dos de repostería, cuatro de comida para llevar, cuatro de encurtidos y frutos secos, seis de charcutería, tres de floristería, cinco de pollería, dos de perfumería/bazar y productos de limpieza y tres de textil. De los ocho establecimientos de hostelería, solo se trasladarán cuatro, ya que los restantes tienen previsto jubilarse en próximas fechas y han optado por la suspensión administrativa de la concesión.
En el Bulevar, junto a la Oficina de Turismo, también se instalarán los puestos del exterior, que podrán continuar con su actividad al aire libre.
Historia
El edificio, Mercado de Abastos, modernista, proyectado en 1878, fue construido en 1882 en el lugar del antiguo huerto de los Pajareros por el arquitecto provincial y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Adolfo del Castillo Escribano, también autor de la Plaza de Toros, en el año 1883, y el desaparecido Matadero Municipal de la localidad, en el año 1878.
El edificio original cuenta con una superficie de 1.397 metros cuadrados. La plaza cuenta con una cubierta de forjado de hierro, un elemento típico en la revolución industrial y muy novedoso en aquel tiempo en estaciones de ferrocarril y en los nuevos mercados, como puede ser también el ejemplo del Mercado de las Atarazanas de Málaga, inaugurado en 1878.
A lo largo de sus casi 140 años de historia ha sido reformado y ampliado en diversas ocasiones. En 1918 se construyó una nave lateral destinada a pescadería en la calle Álvarez Quintero. En la década de los 60 fue clausurado temporalmente para realizar una completa modificación en su interior. Volvió a funcionar en enero de 1963.
En la década de los 70 se plantea la construcción de dos naves de dos plantas adosadas a ambos lados, en las calles Álvarez Quintero y Las Flores, aunque solo se realizó sólo la proyectada en la calle Flores. Este proyecto aumentó su superficie hasta 2.368 m2.
La última ampliación fue en 1996, por calle Las Flores, con la construcción de una planta destinada a los puestos de frutas y verduras.
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