Plaza Fariñas, epicentro de La Línea

A través del tiempo

Debe su nombre al alcalde JuanBautista Fariñas Martínez, que impulsó su construcción hace 111 años en un terreno que le costó al Ayuntamiento 6.000 pesetas

Luis Javier Traverso

20 de abril 2014 - 14:02

LEn abril de 1903 se inauguró la Plaza Fariñas en homenaje a don Juan Bautista Fariñas Martínez, alcalde que la construyó. Esta típica Plaza de Fariñas ocupa un lugar muy destacado por su singular belleza. Ha tenido varias reformas. La primera se realizó siendo alcalde don Andrés Viñas García en el año 1928, el cual la embelleció aun más siendo su idea la de dotarla de un aspecto típicamente andaluz, dotándola de bancos de mosaicos, artísticos arriates en el centro y varias farolas, aunque su suelo seguía siendo de barro apisonado.

Otra reforma se realizó en el año 1960, siendo alcalde don Pedro Alfageme González, con quien ya la Plaza de Fariñas alcanza su mayor esplendor y belleza. La plaza era centro de juegos de decenas de niños que más de un día regresaban a casa llorando por un golpe en el muslo con aquellos bancos de boquetitos que servían de porterías. Cuando había menos tráfico, las porterías eran las propias entradas del paseíto, aunque cada dos por tres había que bajar a la calle a recoger el balón.

Se le instalaron dos magníficas fuentes con juegos de agua y luz multicolor, verdaderas maravillas artísticas de la ciudad. Se cambiaron sus viejas farolas por otras más modernas, nuevos jardines vinieron a remozar aún más su floricultura, y sus bancos de azulejos se reemplazaron por otros de hierro, así como su piso terriso fue pavimentado con terrazos Migarol, exactamente iguales a los que tenía la Plaza Carranza de Cádiz. Posteriormente se le han hecho algunas reformas más.

Pero este lugar, como otros muchos de nuestra ciudad también tiene su pequeña historia local. Esta típica plazuela tiene su origen, como la mayoría de otros lugares de nuestra ciudad, en los huertos y es lógico que así sea, puesto que mucho antes de que aparecieran las primeras casas de mampostería y calles empedradas, el 99 por ciento de su superficie, se componía de numerosos huertos, que constituían los principales medios de vida de sus habitantes y casi toda la producción de estos vergeles hortícolas y frutales, después de abastecer las necesidades locales, pasaba a la vecina plaza de Gibraltar. para alimentar a sus guarniciones militares y población civil.

Hasta tal punto abundaban los huertos que en el año 1870 alcanzaban la cifra de 150 entre huertos y huertas, cuyos nombres aún son recordados por la población.

Mucho antes de que el Ayuntamiento se decidiera a construir la Plaza en este lugar era el Huerto del Caracolito, un terreno que cuando se dejó de cultivar se convirtió en un vaciadero de basuras. Entonces lo compró el obispo Calvo Valero con idea de construir en su solar la Iglesia Parroquial, proyecto que no se llevó a cabo, no se sabe por qué razones, y desde entonces se le llamó el Huerto del Obispo, hasta que se construyó la Plaza en 1903. Semanas después aparecieron unos herederos del obispo señor Calvo Valero demandando al Ayuntamiento por expropiación indebida. El Ayuntamiento adquirió la propiedad por la suma de 6.000 pesetas.

La Cruz Roja, cuando se creó en 1909, se estableció en esta plaza, precisamente en la esquina de la calle Doctor Villar (de la Rosa), luego pasó a donde hoy esta instalada la Unión Deportiva. En este año de 1909 se inaugura su clínica de urgencia después de ser bendecida la bandera de la Institución, de la que fue padrino don Ruperto Toledano. Dos años más tarde, en 1911, se le impone la Cruz de Oro a don Emilio Rodríguez Mancheño por sus servicios al frente de la misma. Y en 1912, don Carlos Bonelo Gazzolo es elegido presidente de esta humanitaria organización de la Cruz Roja local, que ha venido prestando una ininterrumpida labor sanitaria al servicio de toda la población linense.

En 1985 la Unión Deportiva compra el solar que en su día albergó a la Cruz Roja y la inauguración de la sede tuvo lugar en 1989. El paseíto Fariñas dispuso entonces de dos edificios de relieve: la Casa de la Cultura (1972) y la Unión (1989).

En la acera donde estaba la barbería, también muy antigua, entre la calle Cadalso y Coronel Yague, existió la Confitería de Saragasa, que en aquella época instalaba mesas y sillas bajo un toldo en la misma plaza, durante los días en que se celebraba la feria en estos alrededores, y donde se daban sesiones de cine mudo al aire libre en el Cuatro Ojos. Y en 1896, se inauguró el magnífico Parque de la Victoria, dándole gran animación a este alegre lugar linense. Otro comercio emblemático fue, Frutos secos Mayca.

Lamentablemente, no queda un solo vecino de hace treinta años. El patio de La Cuadra de Juan Mesa y sus alrededores han desaparecido. La acera del museo de Cruz Herrera y Casa de la Juventud sustituyó a finales de los sesenta a una hilera de casas bajas con las clases particulares de María Dolores Castillo, la escuela de Angelita Gómez de la Mata y la barbería de Antonio Vega y donde sólo permanece hoy el quiosco, aunque ya no están ni Isabel ni Bartolo. En una esquina estaba la consulta de don José Torres Vico. En la contraria, según se va para el Ayuntamiento, estaba la imprenta Vallejo y al lado la peluquería de Paquita señora del practicante don Antonio Hurtado, bellísima persona que parecía tener como misión el ayudar a los demás. Donde hoy está el edificio que da a la calle Alfonso X el Sabio había una muralla blanca que pertenecía al patio del Yanico, que daba a la plaza de la Iglesia, y donde se encontraba la pequeña tienda de la Pelona.

En la actualidad en esta placita linense juegan alegremente los niños y descansan los ancianos al calor del sol invernal, y de la agradable sombra de sus palmeras durante el cálido y largo verano, que tuvo su mayor concurrencia y animación recién inauguradas sus fuentes.

Francisco Tornay rescata estas letras de Ortega y Gasset refiriéndose a las fuentes: “Cuando una ciudad vieja llega a ser un sillero de historia un montón de años secos, que lo único que queda en ella viviente, son sus fuentes que prosiguen cantando y corriendo como en la juventud”.

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