La Policía desarticula un clan familiar que vendía 'coca' y hachís

La operación se salda con siete detenidos, entre ellos la matriarca, de 70 años

Parte de la droga y de los efectos intervenidos en esta operación.
Parte de la droga y de los efectos intervenidos en esta operación.

Agentes del grupo dos de la Udyco de la comisaría han desarticulado un clan que se dedicaba a la venta y distribución de cocaína y hachís en La Línea, una importante operación en la que han sido detenidas siete personas, entre ellas un menor y una anciana de 70 años.

Se trata del clan familiar conocido como Los Panchos, que además de distribuir por distintos puntos de venta importantes cantidades de cocaína vendía pequeñas cantidades de hachís en una de las viviendas de su propiedad, cuya titular es la citada mujer de 70 años que ya fue detenida hace años por esta misma actividad. Es C. R.M., conocida como La Pancha. El resto de los detenidos son A. P. Z., de 49 años y conocido como El rata; S. G. R., de 36 años, M. D. G. R., de 29 años y apodado Meme; J. L. J. L., de 26 años y conocido como Wi y El chino; N. A. G. de 20 años y un menor de 17 años.

La operación policial , de la que ya avanzó algo ayer este diario, se llevó a cabo el pasado martes tras meses de arduas investigaciones. La comisaría explicó que los detenidos adoptaban importantes medidas de seguridad y vigilancia en los aledaños de dos viviendas contiguas de Los Junquillos donde depositaban la droga, preparaban las dosis y luego las distribuían o vendían directamente.

El servicio comenzó en la tarde del pasado domingo cuando los agentes apostados en las proximidades de dichas viviendas observaron cómo varios miembros de este clan salían constantemente y se situaban en lugares estratégicos para detectar la presencia de algún cuerpo de seguridad, lo que, según la comisaría, denotaba que se podía producir alguna actividad relacionada con el tráfico de estupefacientes. Además, los policías observaron cómo, ya entrada la noche, estas personas cerraron sus viviendas, algo que les hizo suponer que la operación había sido cancelada.

Ya en la tarde del día siguiente fue establecido otro dispositivo policial en la zona que observó que incluso utilizaron a menores de la familia para vigilar y que una de las casas era visitada continuamente por jóvenes conocidos por su adicción a las drogas. También vieron a un hombre con una bolsa de plástico que entró en una de las casas, lo cual les llevó a pensar que había llevado droga, por lo que lo puso en conocimiento del juzgado de guardia y se solicitaron dos órdenes para registrar estas casas y otra situada en El Zabal en la que residía una pareja con sus hijos menores que, según la Policía, eran los propietarios de la droga y los dirigentes del clan.

Tras obtener los mandamientos judiciales, se detuvo a uno de los ocupantes de estas casas y se efectuó el registro de las mismas, así como a la del Zabal.

El Cuerpo Nacional de Policía aseguró que los registros resultaron muy laboriosos ya que el grueso de la cocaína intervenida y una balanza digital de precisión se hallaban depositadas en un zulo en el interior de un falso respiradero existente en el dormitorio de una de las casas. Para encontrar la droga fue utilizada la unidad de guías caninos.

La Policía se incautó de cuatro bolsas que contenían 210 gramos de cocaína; una bolsa que contenía sustancia de corte para la droga y 159 gramos de polen de hachís. También fueron intervenidos una balanza digital de precisión, 13 teléfonos móviles, una base para cortar el polen, 132 euros procedentes de la venta de esta última sustancia y 6 cartuchos del calibre 22.

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