Jesús Luque Caparros, este domingo en el Teatro del Colegio Salesianos.
Jesús Luque Caparros, este domingo en el Teatro del Colegio Salesianos. / Andrés Carrasco
Jesús Luque Caparrós

17 de marzo 2024 - 14:03

Al cielo con la primavera

Ponerse, que nos vamos...

No quiero escuchar a nadie ahí debajo...

(Tres golpes de llamador)

¿Habéis escuchado?

Es el heraldo sonoro de la espera

el mensajero de un tiempo olvidado

en la memoria de esta vereda

Son los toques de atención

llamada suprema que desvela

el paradero oculto de esa legión

que no se aleja de tu vera

La antesala que precede a un gozo

que se nos escapó entre los dedos

que se escurrió por las grietas de este pozo

manantial inmaculado en el que esbozo

trazos de una ilusión otrora enterrada

bajo el abrazo largo y frío del invierno

Es ese tic, tac apremiante

que deshoja la margarita

de los nervios y las pasiones

y juega con nuestro pulso

al sol de los tambores

Intenso ajetreo bajo tus costeros

preámbulo que corta la respiración

vislumbra la quietud de tu candelero

un murmullo bañado de expectación

y un niño jugando bajo el pollero

el cante roto que cobija un balcón

resuellos que buscan en el respiradero

el efímero sosiego a tanta tensión

no te sobresaltes, costalero

este trasiego tiene su conclusión

con la última nota de tu vocero

Que te voy a llamar …

Sol en alto que hace de vigía

cuando la aguja de la espadaña

corta cual florete la luz del día

El mismo Sol que salta entre los balcones

cuando baja lento de recogía

allí donde los azules púrpuras y violetas

se sacuden toda la algarabía

de las mañanas de rocío

las tardes de plazas y fechorías

y las estrellas alzan su vuelo

con nocturnidad y alevosía

Os estoy llamando

reventón de las flores

y azahares por las esquinas

nardos en los balcones

Claveles, rosas y clavellinas

el subidón de los colores

en la piel de tus mejillas

cálida celebran su victoria

siempre en esta guerrilla

de los calores de camisa

y fríos de chaquetilla

Os llamo a poneros,

olores de mi tierra

en las horas de las comidas

los que dan la alternativa

a la ceniza que incesante

se queda siempre adherida

a un alma que anhelante

deja de estar dormida

un miércoles al año

de nuevo cobra vida

esa ceremonia ancestral

que nunca fue vencida

Te estoy llamando, cruz de guía

a posarte en el mármol del tiempo

que seas ese faro en la lejanía

que abre el camino del pueblo

Dos faroles amparan tus lamentos

vaticinio seguido por la algarabía

de saber que por tus adentros

hoy, vuelve a hacerse cofradía

Os estoy llamando…

Nazarenos de capa recién planchada

que vuestros guantes acaricien los cirios

y se abra la veda de la cera quemada

algunos tienen el color del lirio

otros son del blanco de la mañana

Os estoy llamando acólitos y ciriales

dragón luminoso y humeante

que viajas por las sendas terrenales

figura de sombras inquietantes

impregnando ese olor de oriente

un cazo de incienso delirante

está hirviendo en el vientre

de bisoñas manos flotantes

A vosotros os llamo…

manchurrones de cera en los trajes

bullas agotadoras interminables

y el papel de estraza en los montajes

Tardes de limpieza de enseres

cuantas noches en vela

a los ensayos nunca faltamos

y el arroz con leche…y canela

Maniguetas delanteras y traseras

cartelas de evangélicas doctrinas

pabilos para encender la cera

llantos escondidos por las esquinas

Puertas de las salidas y recogidas

respiro para los relevos

trompetas de bienvenida

y varas de los mas longevos

Torrijas mojadas en los cafés

palomitas para templar los ánimos

guardabrisas vaciados del deber

¡que priostes tan magnánimos!

A vosotros os llamo…

tres días de triduo

damasco de los quinarios

virtuosos altares peregrinos

de amaneceres con el rosario

mis abuelas oliendo a naftalina

buscando un escapulario

Compases abiertos de los pasos

dedicatorias espontáneas de tu trasera

crespones negros como lazos

lloran las velas de tu delantera

Padres y abuelos de los recuerdos

que estáis en el sueño de hielo

interceded por todos nosotros

y montad los tramos del cielo

Os estoy llamando, costaleros,

Decirme si estáis puestos

prestos y dispuestos

para la travesía

que no espera

que ya esta el sol dibujando

en el rodillo celeste del cielo

visos de una nueva primavera

Agarrarse bien al trabajo

Que las manos vienen duras

y de ventajas olvidarse

Que no hay forma mas pura

de sentir a Dios

que con esas hechuras

que se esconden bajo tu faldón

Os estoy llamando,

campanas de la borriquita

flagelos y sentencia de Santiago

Olivo, testigo de la traición

cuando te abandonan tus hermanos

Rosarios de tu varales

terciopelos de negro zaino

paño con tu rostro ungido

que Verónica acuna por el camino

A vosotros os llamo,

Romano con la caña de San Bernardo

Mar de fondo y Cristo crucificado

Luciferarios de tu Gran Poder

clavos del Dios enterrado

y espinas de la corona de reo

que descansan sobre sus manos

A vosotras también os llamo,

cautivas cruces trinitarias

en la blancura de los antifaces

Penas de una madre milenaria

cuando en su regazo la muerte yace

¡Vámonos al cielo!

vamos a despertar la llama

de un pueblo que te implora

ya vuelve a verdecer la rama

y marca que es la hora

la hora de los hombres buenos

la hora de las pasiones liberadas

de las lágrimas sin fin, ni escapatoria

de desatar el vendaval de emociones

sustentada por la fe de nuestra historia

La hora de abrazar al prójimo

como la noche abraza a la aurora

La hora de volver a ser niños

con nervios que nos devoran

de estrenar las ilusiones

de dos jóvenes que se enamoran

y de deshojar la margarita

cuando el agua nos atemora

¡Tos por igual valientes!

al cielo con este cielo

de arena, roca y sal

con este vergel del sur

regado por la espuma de su mar

Tos por igual valientes

al cielo con los días de la gracia

al cielo de verdad,

como los pasos se levantan

al cielo, con una nueva primavera

y su Semana Santa.

¡A esta es!

Reverendo Padre D.Francisco de Paula Roldán Jurado, Director espiritual del CCLL de HHCC de La Línea de la Concepción.

Sr. D. José Ramón Mata Jiménez, representante de la Delegación Diocesana del Obispado de Cádiz-Ceuta para HH y CC.

Sr. D: José Manuel Pulpillo Ortiz, presidente del Consejo Local de HH y CC de La Línea de la Concepción.

Sr. D. José Juan Franco Rodríguez, Ilustrísimo Sr. Alcalde de La Línea de la Concepción.

Sres. miembros de la permanente del Consejo Local de HH y CC

Sres. Hermanos Mayores de las Hermandades de La Línea de la Concepción.

Cofrades todos.

Señores y señoras asistentes.

Con la venia.

Igualando los días de la semana

Parece que fue ayer y han pasado muchos años , parece que fue ayer cuando me asomaba, tembloroso a otro alféizar de madera y el tiempo en su discurrir, se ha acelerado tanto que no nos ha dejado mirarnos a los ojos convenientemente , hasta ahora, en el que el mismo tiempo se detiene y en esa quietud puedo tocarlo, casi desgranarlo como otra dimensión plausible más.

No se si te acuerdas de mí, pero yo me acuerdo perfectamente de ti.

Tú venías, ¡ay cómo venías! …venías con ese aire altanero que empuja al invierno, con ese vestido de eterna primavera recortando tu silueta de mujer y tus cabellos revoloteando cual pendón mecido por el viento de levante. Y yo, yo iba con el traje de los sueños y las ilusiones, esas que estaban dormitando en las ramas de mi porvenir , esperando para florecer, algunas de las cuales se vieron colmadas con la tibieza de tu abrazo al final de aquella.

No pretendo que te acuerdes de mí, porque las agujas del reloj han seguido su curso, pasando inexorable e imperativamente alrededor del Sol, esas mismas agujas que ahora, ya voy empezando a desear que le den menos paso a la trasera y no corran tanto, que estas son las calles que hay que disfrutar.

Pues ellas, quizás, me han empezado a iluminar la sien con destellos plateados, firma biológica inequívoca de experiencia , pero no me han cambiado tanto mis adentros, el martillo pilón del tiempo habrá sido capaz de moldear sobre su yunque mi espíritu pero nunca fragmentarlo , sigo siendo el mismo niño que jugaba debajo de una silla , emulando a sus ídolos, los costaleros de su padre, sigo siendo ese joven que invitaste a la cena del señor, el adolescente de madrugones tras largas noches de ensayos o el hombre, que aunque con otros ropajes , sigue llevando en su alma el terno negro de mando , y hoy viene con el respeto del debut a asomarse al balcón de un pueblo que grita en silencio la grandeza de tu nombre.

Aquí me tienes de nuevo

Hoy desempolvo

del armario de los recuerdos

el traje de las primeras veces

ese que esconde los nervios

que nunca desaparecen

Hoy vengo a corazón abierto

a piel y lágrima viva

pero con ese mismo terno

que hace que me desviva

cada año cuando nos vemos

para que este oficio sobreviva

Venimos a montarte la cuadrilla

esa que va a pasear tu gloria

a igualarte las emociones a los días

para que se guarde en tu memoria

entre perfectas melodías

Como se proclama tu victoria

en la tierra de la alegría

En la primera,

ponme aires de Domingo

de palmas y de ramos

de cinco de la tarde

de impaciencia que duerme contigo

cuando el pulso esta que arde

Cuando la espera ya agoniza

y al final ya se abre

Esa puerta de los desvelos

a las cinco de la tarde

Ponerse aquí,

que Dios tiene en su cara

la Alegría de los niños

aquellos que dejo que se acercaran

nazarenitos de armiño

Bajo su antifaz cobijan

la bisoña mirada que atesora

como una luz cegadora

la ilusión de los estrenos

que los Salesianos siempre fueron

de las primeras veces su estero

Vosotros ponerse al lado,

Que tenéis que pasear a Dios

el que soporta por nuestros pecados

el castigo de la flagelación

El que sufre la burla y el escarnio

de dos sayones desgraciados

¿dónde estuvo la justicia?

si te juzgan unos desalmados

Cae la noche del domingo

Y la misma noche se recrea

constelaciones bordadas en tus vuelos

universo de mil estrellas

Firmamento plutónico que cobija

a la reina de todas ellas

En la segunda,

ponme a los del negro y el ruan

a los silencios de la muerte

racheo de un cristo inerte

Sacra conversación con Juan

Concebida Inmaculada y pura

tu mano agarra el discípulo amado

En la Concepción de un camino

que a tu hijo leva a la sepultura

La tercera...

La tercera es una mujer de tez morena

de centenarios fulgores

la Madre con el rostro de abuela

de espalda arqueada por los Dolores

de toda una vida entera

En la cuarta dame tiempo

que tus hijos vienen andando

de los barrios hasta el centro

En la Colonia , cuenta la leyenda

que Te dejaron a tu suerte

Y que falacia no sería

si cada Miércoles se vence

el Mayor Dolor que aprisiona

el corazón de esos regueros

de almas nazarenas

que nunca te Abandonan

Desde Santiago cerrando el tríptico

Trono en tres actos que realzo

viene la devoción hecha hombre

pueblo y pies descalzos

Y desde San José

debilidades del alma mía

viene Cristo sudando sangre

y el Amor desbordante en la cara de María

Para la quinta,

que no hay quinta mala

Dame visos de un Sol

que brilla mas que ningún día

Dame el pan divino de la eucaristía

como prologo de una tarde

que rompe en cofradía.

Siete son las revueltas

de tu mano hundida en la piedra

igual que siete fueron los dolores

enjugados por el agua de tu fuente

sanación que encuentran en tu mirada

siempre que te miran de frente

Malvas y dorados,

pintados en los brocados de los reyes

El poder divino de tu corona (aureola)

Ese que quiebra todas las leyes

Dictámenes imperiales que resguardan

el cortejo con sus reales galas

una corte de ángeles aguarda

el mandato para abrir sus alas

Suspiros de la medianoche

nana que abraza el óbito

desgarradora piedad barroca

señora que llenas este valle

cuando esas lágrimas de Angustia

descienden por tu talle

Y para la sexta,

hay que darle fuelle a trasera

con la Atunara y San Bernardo

abriendo desde bien temprano

esa tarde del Viernes Santo

El Mar ruge tempestuoso

al rasgarse el velo del templo

Cristo va dócilmente muerto

predicando con el ejemplo

Esperanza…¡Ay Esperanza!

si es decir tu nombre

y ya cimbrean temblorosas

las pupilas de los hombres

No se si es tu cara

o son tus hechuras

verdes como el trigo verde

el sentido pierde

el que antaño te viera

y no te recuerde

Que Hércules nunca tuvo torres

o Alameda donde se posara

la torería coqueta de su hermosura

solo una calle que en su ventura

es paseíllo de manoletinas marianas

Misericordia aliviando las ataduras

cuando los clarines lloran esa balada

del pasodoble de la Amargura

Lúgubre comitiva de la hora nona

Marcha fúnebre silbada por el viento

cuerpo despojado de todo aliento

en la penumbra de una noche que se acaba

cirios color tiniebla enjuagándole su cara

esa que va llena de lamentos

Tu cuadrilla ya esta lista

ya tenemos los huecos cubiertos

si algún rezagado llega tarde

se queda fuera, ya lo advierto

Aquí tienes a tu gente,

tu semana perfecta

la de la virtud y la medida

la de los mimos de madrugada

y llantos de despedida

virtuosismo de tus cornetas

marchas que en su armonía

son himnos que conmueven

y callan las habladurías.

Ahora ,solo queda inaugurarla

y trabajar la cofradía

que aquí los pasos no se llevan y se traen

aquí se exige el más difícil todavía

pasearlos elegantes como paseas

del brazo de tu “mare” un mediodía

Ya esta la semana escrita

y los días igualados con las emociones

ya tenemos la parihuela de los sueños

montada entre cuatro hachones

ya están los repelucos

buscando los callejones

Ya están los pétalos

lloviendo por tus balcones

ya están las alegrías, penas y dolores

y alguna puñalada

escondida tras los rincones

Ya están los pájaros cantores

con letanías en sus canciones

Ya están tus costeros corrientes y fijadores

Ya está la semana perfecta

arreglando sus ropones

Ya están las abuelas

envolviendo preguntas en los papelones

“¿tienes sed?, ¿o hambre?

Que aguante tienes nieto de mis amores”

Ya esta el Nazaret

con la muerte en los talones

Y el vaivén de tus bambalinas

besando tus balcones

y la cenefas de plata y oro

hiladas en tus mantones

Ya están los éxtasis místicos

desbordantes de sensaciones

en las entrañas de los cristianos

en el seno de sus corazones

no pasa desapercibida

la noticia de los torreones

cuando las campanas repican

la mañana del séptimo día

como balas de cañones

Que ya esta la cuadrilla elegida

esa que va a darle aire a tus borlones

Que ya tenemos la semana exacta

y los días igualados con las emociones.

El pregonero Jesús Luque Caparros, este domingo.
El pregonero Jesús Luque Caparros, este domingo. / Andrés Carrasco

A Dios por el amor (primer relevo)

Saben, en la confianza que esta disposición nos ha dado, en este acuerdo provisional y tácito que solo durará mientras yo este subido a este atril, me voy a permitir la licencia de contarles una pequeña intimidad, un pequeño secreto que forma parte del “modus operandi”, de la sucesión lógica y regulada de acontecimientos que previo a la salida de una cofradía, he ido aprendiendo de mi padre y, que después, yo mismo he puesto en prácticas formando parte de su equipo o cuando he hecho mis incursiones en solitario en otros pasos.

Si bien, deben saber que aunque al principio él asumía todo el peso en la charla previa, con el paso del tiempo le pedí que me dejara abrir la misma, antes de que él diera su zarandeo verbal de carisma e inyectara en la gente ese respingo de fe y motivación, que más de uno estaría dispuesto a “morir por la patria” y siempre usando un lenguaje sencillo y simple, que cale en su gente.

Pues bien como iba diciendo, ahora, a veces me deja abrir la charla a mí y yo suelo dar los apuntes técnicos del día y cuando llega el momento de entregar los relevos es cuando hago acopio de una frase que siempre escuché de su boca, año tras año… “No quiero malas caras por los relevos eh, no hay calles mejores, ni peores, momentos de más lucimiento o menos, tenéis la mejor de las suertes, en todos vuestros trabajos el Señor va arriba”.

No digo que no haya habido alguna que otra queja, la condición humana es así, pero estoy seguro que todos y cada uno de esos hombres buenos que, nos acompañan y han acompañado, han entendido el mensaje.

Y eso es lo que vengo a hacer, ya hemos montado la cuadrilla de nuestros días de la plenitud, ahora ha llegado el momento de repartir los relevos para nuestra estación de penitencia, esa que tendrá su final, justo y cuando se me agoten las palabras. Y cómo le decimos a nuestros hombres, no ponerme malas caras que en todas las manos, vuestro Cristo o vuestra Virgen van arriba.

Pongamos que hablo de Ti

del primer relevo de mi casa

ese que me trae remembranzas

de un cántaro de agua

Pongamos que hablo de Ti

de los primeros hombres que vi

ceñirse en el sagrado rito

de un un costal blanco como el marfil

cuando aun nos quedaba

tanto camino por descubrir

Pongamos que hablo de Ti

del barro salido de las manos

del insigne Dubé de Luque

justo cuando mi memoria no alcanza

ni pesaba en la balanza

del entramado de esta historia

Pongamos que hablo de Ti

y de tu mano por delante

esa que es el delirio relevante

del enigma de estos lares

que todas las cabezas errantes

buscan en esa mano todopoderosa

un resquicio al que aferrarse

cuando la calle es dura

y los quilos aprietan incesantes

en su deceso vertical

cual ungüento reconfortante

Pongamos que hablo de Ti

Del Dios que se vuelve humano

gota a gota va sudando

todo ese dolor de antemano

mientras sus discípulos dormitando

los primeros hortelanos

Del Dios que en su condición humana

duda y recela del cáliz del Padre

que bendición tan mundana

es la que a nosotros nos espera

El mismo Dios que en su Amor

y esto en el barrio nos suena

asume su linaje de redentor

cumpliendo la voluntad plena

Pongamos que hablo de Ti

de tu costero largo parando el tiempo

de tu Olivo vibrando en el azul del cielo

de tu cara que me embriaga

a la que miro solo cuando volvemos

Pongamos que hablo de Ti,

y ese sol reflejando en tu canastilla

brillantes rayos de tu luz

plañideras todas las vecinas

al ver a este Dios Andaluz

caminar elegante los senderos

tras el camino de la cruz

Si es que estoy hablando de ti

y esto no lo puedo remediar

que el pulso se me dispara

sobre todo minutos antes

de volvernos a encontrar

que complicado es sacarte

si después de la Marcha Real

allí nadie puede ni hablar

Pongamos que hablo de Ti

por la estrechez de Río Rosas

o solemne rindiendo pleitesía

a los vecinos de San Pío

que se vuelven locos y desvarían

cuando avanzas con poderío

Y Por Rosales sonaría

El Alma de un Dios bien mecío

que grande es ser de ti, Padre mío

Que estoy hablando de Ti

de toda esa comunión

que nace entre tu y yo

cómo un trozo de mi corazón

lleva por bandera tu nombre

ese que desafía la razón

al ver tu figura de hombre

mi Cristo de la Oración

Y En este mapa de lo intangible

solo conozco una forma llegar a Ti

yo y todo el barrio entero

y es poder verle su cara de lucero

cuando llega de vuelta cansada

la madre del verbo encarnado

Toda Ella es , Encarnación Coronada

La mujer del lienzo rosado

la Virgen de las cuentas perladas

Que A Dios solo se llega

si ella intercede por nosotros

El Amor incondicional

ese que llaman maternofilial

nunca pudo este manantial

como el profeta predijo

parar todo ese vendaval

Con el que Dios nos bendijo

A Dios por el Amor

El Amor de tus pupilas

de tu manto y tus bambalinas

El Amor de tus hijos

haya por donde los escriba

El Amor de tus flores

sacado de las canastillas

de un barrio que en estertores

no tiene ni para calderilla

Reposa candente en tu candelería

El Amor que ilumina tus mejillas

deseos ardientes de romería

que quieren rozar tu mascarilla

El Amor bajos tus faldones

que misterio esconden

si ahí van todos los peones

de la Reina de corazones

El Amor en todas sus versiones

furtivo , esquivo, de jóvenes o mayores

llama inextinguible en los renglones

del libros de los errores

Angosta rendija por la que mirar

El crisol de todo este fervor

Ventana siempre abierta al mar

frenesí de dos cuerpos en calor

Amor , Amor y nada más

sus ojos condensan todo este primor

resumen toda esta lección

hay que llegar a Dios por el Amor.

¿Has visto a Dios caminar) (segundo relevo)

¡Sres…Relevo!

La vida, la vida es ese engranaje que una vez que se pone en funcionamiento nunca descansa, es como un oleaje cambiante en su frecuencia, a veces la olas llegan más rápidos, incluso que parece que no hay solución de continuidad entre una y otra, y otras veces se espacian tanto en el tiempo que parecen no llegar. Pues, la vida del cofrade es igual, no es una línea recta en una función que se mueve de forma constante, lo que en física sería un movimiento uniforme , para nada, la vida cofrade es un reflejo en el espejo de la propia vida, tiene sus momentos álgidos, puro éxtasis, casi emulando a Santa Teresa o a San Juan, y tiene momentos donde discurre por el curso bajo y baja su velocidad al mínimo. El año de un cofrade es cómo un péndulo que viene y que va, pero como siempre digo lo importante es estar.

En uno de esos momentos de alegría rebosante que te da este bendito mundo, me hice la pregunta. Veníamos de haber colmado uno de los deseos cofrades que más ilusión me podía hacer y era pasear la gracia exquisita de la Virgen de la Salud por la calles de La Línea, en su salida extraordinaria.

Pues tras la misma y nadando en ese lago de autosatisfacción por los momentos vividos, mientras navegaba viendo fotos qué inmortalizaban ese momento, pare el discurrir de instantáneas para detenerme ante una de ellas.

La imagen decía tanto con tan poco, tan poco que no salía si quiera mi devoción mariana del Jueves, mas allá de medio rostro esbozado en una balconera , lo que si salía, era una mujer bien entrada en años, en plena senectud, con la juventud enterrada haces muchas estaciones y asomada a dicho balcón , mirando fija y quietamente a la perla de San Pedro.

Y fue en ese momento cuando lo vi meridianamente claro y me formule la pregunta, “¿Porqué salen los pasos a la calle?”.

Y al instante como un alud que te pasa por encima, me sobrevino la respuesta , es más creo que la respuesta estaba antes de la pregunta pero había que darle un sentido romántico a todo esto. Y me espeté para mí mismo: “Por esto salen los pasos a la calle“. Para Buscar a Dios y Dios esta en los detalles mas nimios y momentos menos certeros, como en ese balcón, abierto de par en par a la Virgen, y añado, quizás ella no se había asomado a ver a la Virgen, era la Virgen quien venía a verla a ella. Desde entonces siempre que una hermandad se hace cofradía busco a Dios no solo encima de su paso, sino a ras de suelo, entre nosotros, como si Él mismo pudiese caminar.

¿Has visto a Dios caminar?

¿Has visto a Dios quitarse las alhajas

hacerse tangible y bajarse de su altar?

¿Has visto a Dios caminar?

¿Has visto al Dios verdadero

pasear entre sombras de acero

solo para pararse a vislumbrar

como florece la llama del lucero

en los ojos de un barrio al soñar?

¿Has visto a Dios caminar?

¿Has visto al Dios de los adentros

estampar su bastón de madera

con ese eco que nubla las sienes

con esa piel áspera que espera

el sabor añejo de noches en vela

de tabaco de picadura

y cafés a la lumbre de la cera?

¿Has visto a Dios caminar?

¿Has visto al Dios de la misericordia

esperando en el zaguán de las casas

impaciente por bordar sonrisas de miel

con esa caridad que busca concordia

de manos conmovidas por donde pasan

saciando la necesidad a flor de piel?

Yo, yo…he visto a Dios

He visto a Dios en el sagrado rito

de un jueves de madrugada

He visto a Dios romper a llorar

en la intimidad de hombres de alma desnuda

sin mas aparejos que ese trozo de tela sudada

de mirada fija en el terno negro que no duda

que allí tenía su legión soñada.

He visto a Dios dibujar pentagramas

con el manuscrito vertical que cae del cielo

una melodía de llanto se desparrama

en las mejillas del hombre recio

entre padres que quiebran su alma

jóvenes de un amor sin precio.

He visto a Dios entre el azahar

de un patio de pasos contados

donde jugaba a ser mayor

saltando entre las estrellas

y entre bromas aprendí el oficio

que es cosa seria y no para niños

Donde he sentido el calor y respeto

de hasta los más viejos del lugar

Donde el orgullo se ha ido

más allá de las letras de un apellido

más allá de una sangre que nace

con una vieja foto en la mesilla

más allá de la estirpe que fragua

con su mazo la luna sencilla

para quedarse solo en otras letras

las letras de su cuadrilla

He visto a Dios entre un revuelo

de largo cortejo recién formado

acólitos con ese dulce desvelo

de humeantes siluetas esbozado

He visto a Dios en un barrio añejo

de fotos en blanco y negro

de calles en penumbra

de “chapuces” y mercado ambulante

de vecinos valientes y prestos

de esa sonrisa que asoma

sabedores de un noble arte

que hay que torear la vida

con la izquierda por delante

He visto a Dios

Con “Pasión, Muerte y Resurrección”

“Emmanuel” y “ Conversión del buen ladrón”

o entrando con “Macarena”

Llegando a su cita puntual

para postrarse a la faldas

de su Patrona celestial

Locura de sus entretelas

cuando sale a navegar

en ese galeón de madera

“Matías , andandito na más”

Que si tres veces cayera

déjalo otras tres más

que así avanza mi Cristo

cuando va “sobrao" de compás

“Dame un poquito de mi barrio, Medina ”

dale un toquecito para atrás

que esa caída es tan dañina

que hasta el cirineo se queda detrás

He visto a Dios como fuente de Salud

con semblante inmaculado de mujer

emanando ese agua que purifica

todos los pecados de nuestro ser

Salud, para los niños al nacer

Para las horas oscuras a merced

De los trances que sin querer

la vida nos hace padecer

esos que dejan dentro tanta sed

y parece que nunca van a suceder

He visto a Dios

con esa tez pálida virginal

rosa albina de este rosal

fulgor blanco como la cal

grito sordo de una sociedad

que no valora su necesidad

Plegarias para todo mal

devoción que no tiene rival

clavo ardiendo abismal

al que te aferras hasta el final

Salud ,física y mental

Salud la que llevamos al hospital

Salud, de tus jarras entre varal

Salud, esa que reparten

tus enfermeras del costal

He visto a Dios de tantas formas

y en un lugar tan pequeño y oculto

que no hay murallas que lo rodeen

ni torres que lo custodien

eso, solo puede hacerlo el corazón

y la magia insondable del cedro

Que aquí, Dios tiene nombre de Perdón

y lo he visto humilde y sencillo

paseando por San Pedro.

¿Qué se siente debajo de los pasos? (tercer relevo)

Para este tercer relevo, nos busquéis fuera lo que está dentro de esa cámara inviolable que forman la conjunción de tus faldones y tus respiraderos.

Aún recuerdo cuando siendo un chiquillo, me quedaba embobado, con la vista clavada en la espesura de tus telas, mientras pensaba que esconderían esas cortinas de esquinas ornamentadas, que clase de embrujo era el que marcaba de por vida a cuantos pasaban por ahí debajo.

Por supuesto mi eje vertebrador para darle solución a esa incógnita era la fe, pilar fundamental de todo lo que hoy exaltamos, sino apaga y vámonos.

Pero, ¿cómo querrían repetir aquellos hombres año tras año, sí por los testimonios que fui recopilando, allí debajo se pasaban más malos ratos que buenos?.

Proseguí mi investigación con el mejor trabajo de campo que puede haber, capataz, atalaya, desde la que se puede observar todos los comportamientos sin interferir en ninguno de ellos.

Ahí fue cuando llegué a la conclusión de que, la fe es como la valentía en el servicio militar, va por delante , y que adherida a ella hay una serie de contrafuertes que la fortalecen, la orientan ,y la endurecen, como son la afición.

Sí, la afición , no son dos realidades antagónicas, afición y devoción pueden ir de la mano .La amistad, como unen esos momentos bajo tus costeros, las chicotás de ensueño que son las menos , pero cuando llegan saben a auténtica gloria, parece que el paso no pesa, solo flota.

Y la justicia, si ustedes conocen un sitio más justo que entre el costillar de vigas de una parihuela, díganmelo, porque yo no lo conozco, allí donde el médico, el albañil o el taxista son tratados con el mismo rasero, ese que marcan los quilos al vencer la gravedad.

Para rematar esta disección, volvemos al pilar maestro de esta construcción, debajo hay que quererse, al mandamiento de los mandamientos, rúbrica de Cristo en la última cena: ”Amaros los unos a los otros como yo os he amado”.

Dime si no hay muestra más patente y más plausible de esto. Dime ahora, querido cofrade …Sí ya sabes que se siente bajo los pasos.

Todo esto me suena, me suena a la enseñanzas de mi maestro y al ritual en el que me veo envuelto cada Viernes Santo.

Sola pero nunca desolada

Sola, erguida desgarrada

Bajo la sombra

del árbol de la cruz

Sola, pero nunca derrotada

Sola, con ese llanto

Sola en tu palacio de caoba

Sollozo donde se vanagloria

la muerte perentoria

Sola, sollozando

por el hijo arrebatado

Crepitantes de un pecho

que viene traspasado

por el puñal del duelo

ese que en su lecho

deja el sudario al vuelo

y a Ti sumida en el estupor

por todo el daño que te han hecho

Sola pero bien tratada

dulzura en tu son costalero

ese que se trabaja con esmero

el arte mayor de tu zancada

Arriando sin martillo

mas vale no hacer ruido

Si a la altura del palquillo

sobre un túmulo mullido

viene el cuerpo amarillo

de un Dios que esta dormido

Sola pero enlutada

Sola como un coloso

en medio de la batalla

moral hundida en un foso

a punto de tirar la toalla

Sola pero nunca abandonada

Sola, mejor sola

que mal acompañada

Sola pero bien rodeada

en una aurora de agosto

voces orando un rosario

ahí donde yo me postro

Sola en toda su desazón

que vengan a rescatar

a la única que no sabe

lo que tiene que pasar

Solas como tañen las campanas

al paso de esta Reina

Ella que es soberana

del viento que la despeina

Sola ¿nadie la va a acompañar?

¿nadie la piensa consolar?

que penitencia tan dura

tiene que ser no volverlo a tocar

cuando la piedra de la sepultura

se gire para no moverse más

Sola, ya fatigada

de la lucha en su interior

de no liberar las tensiones

con un grito desgarrador

Sola, muriendo mientras vive

respirando torpe y jadeante

infelices recuerdos que le afligen

al enfrentarse a este gigante

Sola, pero bien engalanada

mantilla llena de austeridad

Sola, en la tarde del Viernes Santo

mi Virgen de la Soledad.

Epílogo de las primeras veces (recogía)

Los repelucos de alma, cuántos de nosotros no hemos sentido ese escalofrío recorrer el laberinto de surcos de nuestra espalda cuando le sosteníamos, fija la mirada a la devoción de las estampitas del cabecero de nuestra cama. Cuantas veces se te erizó la piel, en la intimidad de tu diálogo, con Ella o con Él, al pasar por su besamano.

O cuando la melodía enmarca un momento con toda la dulzura que se queda en el mismo tiempo detenida.

O cuando los recuerdos te llevan a buscarla y ya no está. Eso, eso son los repelucos del alma, y nada más.

Repelús que nunca vienen en solitud, sino en un binomio indisoluble, como el de la “María” rizada escoltando tu presencia, vienen agarrados de la mano de las “primeras veces”. Esas que, como nuestra propia creencia popular indica, mueren para luego resucitar, las que como nuestra fe, se renuevan cuando te ven en el Vía Crucis deambular.

Ahora, que el fiscal en su prudencia, se acerca a la puerta, que fuera júbilo y clamores a tu salida, para plasmar ese mensaje, tres golpes con los que se firmaría que esta cofradía ya inicia su itinerario de “recogía”. Antes de que el último guardabrisa de tu candelabro de cola, deje la sombra de su trazo esbozada en la piedra, me vais a permitir que os narre una de esas “primeras veces” que nunca se olvidan, esa que despiertan del letargo al mayor de los pellizcos.

Tras un magnífico Miércoles Santo de contraguía en el Señor de la Oración, venía yo con dudas de si, al día siguiente, vestirme de negro para acompañar a mi padre en nuestra cofradía del Perdón, porque claro, allí el jefe tenía ya sus dos contraguías y su equipo completo.

Tras unos instantes de pensármelo mucho, se lo solté, le dije que él allí tenía su gente y que yo con la timidez propia de una adolescencia incipiente, no iba a usurparle el sitio a nadie. Dicho esto, mi padre, me miró y serio me dijo: "Mira hijo, yo ya voy estando mayor, y aunque tengo a mi segundo, Raúl, conmigo, porque no te vienes, cuatro ojos ven mas que dos y seis mas que cuatro”. Aclaro, han pasado quince años y lo veo en plena forma, qué mayor estaría en ese momento. La cuestión es que aunque aquello no terminaba de sonarme bien, puesto que la incertidumbre por la falta de funciones era palpable, acepté.

Nos fuimos para San Pedro, la cofradía salió y justo después de revirar a la derecha, cuando la comitiva morada y blanca enfilaba la calle del mismo nombre que su barrio, mi padre se acercó a mí y me soltó: “¿Tú eres capaz de levantarlo?”.

Yo al principio sorprendido y atónito por lo atrevido de su pregunta, me armé de un falso valor que era más el arrojo del momento que la completa y absoluta certeza de cómo saldría aquello.

Me dijiste que llamara a Carlitos y así lo hice, debo de confesar, Carlos, que no recuerdo nada de lo que contestaste pero viniendo de ti, seguro que saldría del mas profundo de los cariños, para quien no lo sepa, Carlos me ha cogido en brazos casi siendo un niño, casi “ná”.

El paso se alzó al cielo y yo exultante y sintiéndome dominante de la situación me alejé unos pasos para proseguir con el transitar de la cofradía, hasta que noté como una mano me sacaba de mi asombro para darme de bruces con la cruda realidad: ”El que lo levanta, manda la chicotá”.

Y hay fue, en ese instante fue cuando ya hicieron presa de mí el miedo y la incertidumbre, un sudor frío me recorría toda la frente ¿cómo iba a mandar a aquellos hombres si aún me liaba entre la izquierda y la derecha adelante? Entonces se me volvió a acercar el viejo para aclararme: ”Tu estate tranquilo y diles que anden, que pase lo que pase yo estoy aquí detrás “. Con esos términos se acabó la niebla que enturbiaba mi juicio, respiré hondo y ordené seguro: ”venga de frente”.

Así fue, como el que para mi es el mejor de los padrinos, me dio la alternativa, me dio los trastos para poder mandar a todos esos hombres que yo tanto había admirado de pequeño, si vuestros hijos crecen con ídolos deportivos y conociendo sus alineaciones, para mí, mis ídolos eran ellos y me sabía a la perfección quién iba y dónde en cada palo.

De hecho los emulaba, pasillo arriba y abajo bajo una silla o mesa y con una toalla como ropa, ajustada en la cabeza. Nunca se me olvidarán mientras, la razón mantenga el pulso a la edad, los que han trabajado, trabajan y trabajaran con nosotros , pretorianos, elegantes o amigos del viernes, a algunos ya le están tirando los ángeles de la ropa, que bonita cuadrilla se está formando en el cielo. Desde aquí mi homenaje a todos ellos y ¡que viva la costalería!

Ahora sí, fiscal, ahora si que llega el momento de darle paso a la cruz de guía, que la ciudad espera impaciente el estallido en vísperas, que la arena del reloj esta a unos granos de quedarse en boca arriba, que no hay ya una sola flor de este jardín que no esté en pétalos enclavada.

Ahora si fiscal, no detengas el cortejo, pensemos en los nazarenos, que los parones son para sus pies como cuchilladas de acero, no te preocupes, que avanzo con el tambor cuando termine cada marcha, antes que se convierta en escarcha el relente de la madrugá.

Ahora fiscal, ábreme el portón, el de los dinteles ajustados, que sí, que alguna vez han rozado pero hay algo más cofrade que el milagro de los espacios. Ábreme el portón fiscal, que mis paisanos son un hervidero de emociones a punto de explotar y vamos a recoger la cofradía.

Es la hora, fiscal

en punto como querías

Aquí tienes de vuelta

a tu gente

esa que peregrinaría

tras tus altares itinerantes

hasta en fin de los días

si así lo ordenara

La jueza soberana

que viene de recogía

con cara manchada

por el humo de su candelaria

Es la hora, fiscal

déjame hacerle

el último relevo a la cuadrilla

que algunos ya terminan

esfuerzo color buganvilla

en su cervical predomina

y otros, otros tienen

unas cuantas tonadillas

hasta llegar a la orilla

no guardarse nada, mi gente buena

que la banda entona

por tientos y seguidillas

una tras de otra

hasta las plantas de su capilla

o hasta que Dios hinque la rodilla

cuando una saeta se astilla

en las gargantas de tu pueblo

oración folclórica que brilla

y te deja sin aliento

versos escritos por las maravillas

de unos ojos a punto de llorar

manos enganchadas en tu rejilla

o brazos encaramados a una columna

para ver una última vez tu mascarilla

Ya están los cirios

con el cuadril desgastado

y por su talle van doblados

báculo donde han apoyado

el peso del cansancio acumulado

los niños que esta noche

se han iniciado

en los trámites nazarenos

que muchos han heredado

Ya están de tus pies

los espartos cansados

larga caminata se han dado

el estandarte viene dormitando

y el bacalao hasta tres veces

de manos ha cambiado

críales completamente llorados

incensarios vaciados

presidencia que mira ensimismada

al que desde siempre

en esta tierra ha mandado

Repujados han quedado

los vítores en tus varales

las oraciones ancestrales

esas que fueron forjadas

en el crujir de tus costales

Se ajustan los clavos

cual botón en sus ojales

Sobre las palmas de tus manos

castigo de los más brutales

rematan tu corona

ráfaga de ejes axiales

deliciosa simetría que se abre

como un rio con sus caudales

Llagado tu costillar

sangre y agua a raudales

Cuando Longinos retire la lanza

después de que exhales

El final esta cerca

que nadie se embale

que salpica toda la cera

consumada en tus codales

Sobre el sitio

no avanzar

La izquierda “alante”

y la derecha atrás

que no queda más calle

para el Dios Moreno

Suave las “llamás"

que no se le avasalle

a Jesús el Nazareno

Rey de los Judíos

cinceladas al detalle

esas cuatros letras

Tabla en la que amuralle

para que ese título de mofa

perfectamente le entalle

Más la izquierda “alante”

Menos ahí detrás

que están todos sus hermanos

con los capirotes dados la vuelta

observando como a ese gitano

lo apresan en una revuelta

algunos ya están abrazados

otros mientras ,te rezan

apurando se han quedado

sobre ese haz que embelesa

Bueno, no llamarse más

venga de frente

que inconfundible ya huele

a la casa de todos ustedes

que ya divisa en el horizonte

tu trasera hecha delantera

tus costeros y potencias

la cercanía de los dinteles

Pararse ahí,

los dos costeros

por parejo a tierra

a poner fin a esta guerra

entre el pecado y la humanidad

esfuerzo supremo que encierra

el valor y la voluntad

de unas piernas que se entierran

hasta no poder mas

agotadas por tu bondad

Más a tierra el derecho

que el trabajo esta hecho

que no nos cabe en el pecho

más satisfacción

por haber superado este trecho

y quedarnos en barbecho

unos meses al acecho

de que esto vuelva a empezar

Que suene el Himno Nacional

Vamos a suspender los cuerpos

La historia esta acabada

el sueño de los despiertos

la ciudad esta acelerada

en la antesala desmadrada

y en la vigilia sentenciada

Tranquilo queridos hermano

que solo una semana nos separa

de tocarlos con las manos

que en siete lunas

Será Domingo de Ramos

Tranquilos en este frenesí

en esas ansias de ver a Dios

en esas ganas sin fin

de atestiguar su resurrección

¡Pararse todos ahí!

abajo con este primor

!Pararse todos ahí!

¡Ahí “queó”!

He Dicho.

(golpe de llamador)

Biografía de Jesús Luque Caparros

Jesús Luque Caparrós ha sido el pregonero oficial de la Semana Santa de La Línea de la Concepción 2024. Nació el 17 de septiembre de 1993 y estudió medicina en la Universidad de Sevilla.

Introducido entre las parroquias de San José y San Pedro desde muy pequeño, forma parte de las hermandades de Amor y Oración y de Perdón y Salud, y es cargo de confianza de ambas como capataz de sus titulares junto a su padre. Ha formado parte de la vida del grupo joven de Amor y Oración desde su nacimiento y también es colaborador del portal La Línea Cofrade.

En cuanto a su bagaje como pregonero, ofició el pregón juvenil organizado por el Consejo Local de la Línea en el año 2013, fue exaltador en la extraordinaria a María Santísima del Amor en el año 2011 y exaltador de María Santísima de la Salud en el año 2016.

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