Texto completo del Pregón de la Semana Santa de La Línea 2024
CUARESMA
Al cielo con la primavera
Ponerse, que nos vamos...
No quiero escuchar a nadie ahí debajo...
(Tres golpes de llamador)
¿Habéis escuchado?
Es el heraldo sonoro de la espera
el mensajero de un tiempo olvidado
en la memoria de esta vereda
Son los toques de atención
llamada suprema que desvela
el paradero oculto de esa legión
que no se aleja de tu vera
La antesala que precede a un gozo
que se nos escapó entre los dedos
que se escurrió por las grietas de este pozo
manantial inmaculado en el que esbozo
trazos de una ilusión otrora enterrada
bajo el abrazo largo y frío del invierno
Es ese tic, tac apremiante
que deshoja la margarita
de los nervios y las pasiones
y juega con nuestro pulso
al sol de los tambores
Intenso ajetreo bajo tus costeros
preámbulo que corta la respiración
vislumbra la quietud de tu candelero
un murmullo bañado de expectación
y un niño jugando bajo el pollero
el cante roto que cobija un balcón
resuellos que buscan en el respiradero
el efímero sosiego a tanta tensión
no te sobresaltes, costalero
este trasiego tiene su conclusión
con la última nota de tu vocero
Que te voy a llamar …
Sol en alto que hace de vigía
cuando la aguja de la espadaña
corta cual florete la luz del día
El mismo Sol que salta entre los balcones
cuando baja lento de recogía
allí donde los azules púrpuras y violetas
se sacuden toda la algarabía
de las mañanas de rocío
las tardes de plazas y fechorías
y las estrellas alzan su vuelo
con nocturnidad y alevosía
Os estoy llamando
reventón de las flores
y azahares por las esquinas
nardos en los balcones
Claveles, rosas y clavellinas
el subidón de los colores
en la piel de tus mejillas
cálida celebran su victoria
siempre en esta guerrilla
de los calores de camisa
y fríos de chaquetilla
Os llamo a poneros,
olores de mi tierra
en las horas de las comidas
los que dan la alternativa
a la ceniza que incesante
se queda siempre adherida
a un alma que anhelante
deja de estar dormida
un miércoles al año
de nuevo cobra vida
esa ceremonia ancestral
que nunca fue vencida
Te estoy llamando, cruz de guía
a posarte en el mármol del tiempo
que seas ese faro en la lejanía
que abre el camino del pueblo
Dos faroles amparan tus lamentos
vaticinio seguido por la algarabía
de saber que por tus adentros
hoy, vuelve a hacerse cofradía
Os estoy llamando…
Nazarenos de capa recién planchada
que vuestros guantes acaricien los cirios
y se abra la veda de la cera quemada
algunos tienen el color del lirio
otros son del blanco de la mañana
Os estoy llamando acólitos y ciriales
dragón luminoso y humeante
que viajas por las sendas terrenales
figura de sombras inquietantes
impregnando ese olor de oriente
un cazo de incienso delirante
está hirviendo en el vientre
de bisoñas manos flotantes
A vosotros os llamo…
manchurrones de cera en los trajes
bullas agotadoras interminables
y el papel de estraza en los montajes
Tardes de limpieza de enseres
cuantas noches en vela
a los ensayos nunca faltamos
y el arroz con leche…y canela
Maniguetas delanteras y traseras
cartelas de evangélicas doctrinas
pabilos para encender la cera
llantos escondidos por las esquinas
Puertas de las salidas y recogidas
respiro para los relevos
trompetas de bienvenida
y varas de los mas longevos
Torrijas mojadas en los cafés
palomitas para templar los ánimos
guardabrisas vaciados del deber
¡que priostes tan magnánimos!
A vosotros os llamo…
tres días de triduo
damasco de los quinarios
virtuosos altares peregrinos
de amaneceres con el rosario
mis abuelas oliendo a naftalina
buscando un escapulario
Compases abiertos de los pasos
dedicatorias espontáneas de tu trasera
crespones negros como lazos
lloran las velas de tu delantera
Padres y abuelos de los recuerdos
que estáis en el sueño de hielo
interceded por todos nosotros
y montad los tramos del cielo
Os estoy llamando, costaleros,
Decirme si estáis puestos
prestos y dispuestos
para la travesía
que no espera
que ya esta el sol dibujando
en el rodillo celeste del cielo
visos de una nueva primavera
Agarrarse bien al trabajo
Que las manos vienen duras
y de ventajas olvidarse
Que no hay forma mas pura
de sentir a Dios
que con esas hechuras
que se esconden bajo tu faldón
Os estoy llamando,
campanas de la borriquita
flagelos y sentencia de Santiago
Olivo, testigo de la traición
cuando te abandonan tus hermanos
Rosarios de tu varales
terciopelos de negro zaino
paño con tu rostro ungido
que Verónica acuna por el camino
A vosotros os llamo,
Romano con la caña de San Bernardo
Mar de fondo y Cristo crucificado
Luciferarios de tu Gran Poder
clavos del Dios enterrado
y espinas de la corona de reo
que descansan sobre sus manos
A vosotras también os llamo,
cautivas cruces trinitarias
en la blancura de los antifaces
Penas de una madre milenaria
cuando en su regazo la muerte yace
¡Vámonos al cielo!
vamos a despertar la llama
de un pueblo que te implora
ya vuelve a verdecer la rama
y marca que es la hora
la hora de los hombres buenos
la hora de las pasiones liberadas
de las lágrimas sin fin, ni escapatoria
de desatar el vendaval de emociones
sustentada por la fe de nuestra historia
La hora de abrazar al prójimo
como la noche abraza a la aurora
La hora de volver a ser niños
con nervios que nos devoran
de estrenar las ilusiones
de dos jóvenes que se enamoran
y de deshojar la margarita
cuando el agua nos atemora
¡Tos por igual valientes!
al cielo con este cielo
de arena, roca y sal
con este vergel del sur
regado por la espuma de su mar
Tos por igual valientes
al cielo con los días de la gracia
al cielo de verdad,
como los pasos se levantan
al cielo, con una nueva primavera
y su Semana Santa.
¡A esta es!
Reverendo Padre D.Francisco de Paula Roldán Jurado, Director espiritual del CCLL de HHCC de La Línea de la Concepción.
Sr. D. José Ramón Mata Jiménez, representante de la Delegación Diocesana del Obispado de Cádiz-Ceuta para HH y CC.
Sr. D: José Manuel Pulpillo Ortiz, presidente del Consejo Local de HH y CC de La Línea de la Concepción.
Sr. D. José Juan Franco Rodríguez, Ilustrísimo Sr. Alcalde de La Línea de la Concepción.
Sres. miembros de la permanente del Consejo Local de HH y CC
Sres. Hermanos Mayores de las Hermandades de La Línea de la Concepción.
Cofrades todos.
Señores y señoras asistentes.
Con la venia.
Igualando los días de la semana
Parece que fue ayer y han pasado muchos años , parece que fue ayer cuando me asomaba, tembloroso a otro alféizar de madera y el tiempo en su discurrir, se ha acelerado tanto que no nos ha dejado mirarnos a los ojos convenientemente , hasta ahora, en el que el mismo tiempo se detiene y en esa quietud puedo tocarlo, casi desgranarlo como otra dimensión plausible más.
No se si te acuerdas de mí, pero yo me acuerdo perfectamente de ti.
Tú venías, ¡ay cómo venías! …venías con ese aire altanero que empuja al invierno, con ese vestido de eterna primavera recortando tu silueta de mujer y tus cabellos revoloteando cual pendón mecido por el viento de levante. Y yo, yo iba con el traje de los sueños y las ilusiones, esas que estaban dormitando en las ramas de mi porvenir , esperando para florecer, algunas de las cuales se vieron colmadas con la tibieza de tu abrazo al final de aquella.
No pretendo que te acuerdes de mí, porque las agujas del reloj han seguido su curso, pasando inexorable e imperativamente alrededor del Sol, esas mismas agujas que ahora, ya voy empezando a desear que le den menos paso a la trasera y no corran tanto, que estas son las calles que hay que disfrutar.
Pues ellas, quizás, me han empezado a iluminar la sien con destellos plateados, firma biológica inequívoca de experiencia , pero no me han cambiado tanto mis adentros, el martillo pilón del tiempo habrá sido capaz de moldear sobre su yunque mi espíritu pero nunca fragmentarlo , sigo siendo el mismo niño que jugaba debajo de una silla , emulando a sus ídolos, los costaleros de su padre, sigo siendo ese joven que invitaste a la cena del señor, el adolescente de madrugones tras largas noches de ensayos o el hombre, que aunque con otros ropajes , sigue llevando en su alma el terno negro de mando , y hoy viene con el respeto del debut a asomarse al balcón de un pueblo que grita en silencio la grandeza de tu nombre.
Aquí me tienes de nuevo
Hoy desempolvo
del armario de los recuerdos
el traje de las primeras veces
ese que esconde los nervios
que nunca desaparecen
Hoy vengo a corazón abierto
a piel y lágrima viva
pero con ese mismo terno
que hace que me desviva
cada año cuando nos vemos
para que este oficio sobreviva
Venimos a montarte la cuadrilla
esa que va a pasear tu gloria
a igualarte las emociones a los días
para que se guarde en tu memoria
entre perfectas melodías
Como se proclama tu victoria
en la tierra de la alegría
En la primera,
ponme aires de Domingo
de palmas y de ramos
de cinco de la tarde
de impaciencia que duerme contigo
cuando el pulso esta que arde
Cuando la espera ya agoniza
y al final ya se abre
Esa puerta de los desvelos
a las cinco de la tarde
Ponerse aquí,
que Dios tiene en su cara
la Alegría de los niños
aquellos que dejo que se acercaran
nazarenitos de armiño
Bajo su antifaz cobijan
la bisoña mirada que atesora
como una luz cegadora
la ilusión de los estrenos
que los Salesianos siempre fueron
de las primeras veces su estero
Vosotros ponerse al lado,
Que tenéis que pasear a Dios
el que soporta por nuestros pecados
el castigo de la flagelación
El que sufre la burla y el escarnio
de dos sayones desgraciados
¿dónde estuvo la justicia?
si te juzgan unos desalmados
Cae la noche del domingo
Y la misma noche se recrea
constelaciones bordadas en tus vuelos
universo de mil estrellas
Firmamento plutónico que cobija
a la reina de todas ellas
En la segunda,
ponme a los del negro y el ruan
a los silencios de la muerte
racheo de un cristo inerte
Sacra conversación con Juan
Concebida Inmaculada y pura
tu mano agarra el discípulo amado
En la Concepción de un camino
que a tu hijo leva a la sepultura
La tercera...
La tercera es una mujer de tez morena
de centenarios fulgores
la Madre con el rostro de abuela
de espalda arqueada por los Dolores
de toda una vida entera
En la cuarta dame tiempo
que tus hijos vienen andando
de los barrios hasta el centro
En la Colonia , cuenta la leyenda
que Te dejaron a tu suerte
Y que falacia no sería
si cada Miércoles se vence
el Mayor Dolor que aprisiona
el corazón de esos regueros
de almas nazarenas
que nunca te Abandonan
Desde Santiago cerrando el tríptico
Trono en tres actos que realzo
viene la devoción hecha hombre
pueblo y pies descalzos
Y desde San José
debilidades del alma mía
viene Cristo sudando sangre
y el Amor desbordante en la cara de María
Para la quinta,
que no hay quinta mala
Dame visos de un Sol
que brilla mas que ningún día
Dame el pan divino de la eucaristía
como prologo de una tarde
que rompe en cofradía.
Siete son las revueltas
de tu mano hundida en la piedra
igual que siete fueron los dolores
enjugados por el agua de tu fuente
sanación que encuentran en tu mirada
siempre que te miran de frente
Malvas y dorados,
pintados en los brocados de los reyes
El poder divino de tu corona (aureola)
Ese que quiebra todas las leyes
Dictámenes imperiales que resguardan
el cortejo con sus reales galas
una corte de ángeles aguarda
el mandato para abrir sus alas
Suspiros de la medianoche
nana que abraza el óbito
desgarradora piedad barroca
señora que llenas este valle
cuando esas lágrimas de Angustia
descienden por tu talle
Y para la sexta,
hay que darle fuelle a trasera
con la Atunara y San Bernardo
abriendo desde bien temprano
esa tarde del Viernes Santo
El Mar ruge tempestuoso
al rasgarse el velo del templo
Cristo va dócilmente muerto
predicando con el ejemplo
Esperanza…¡Ay Esperanza!
si es decir tu nombre
y ya cimbrean temblorosas
las pupilas de los hombres
No se si es tu cara
o son tus hechuras
verdes como el trigo verde
el sentido pierde
el que antaño te viera
y no te recuerde
Que Hércules nunca tuvo torres
o Alameda donde se posara
la torería coqueta de su hermosura
solo una calle que en su ventura
es paseíllo de manoletinas marianas
Misericordia aliviando las ataduras
cuando los clarines lloran esa balada
del pasodoble de la Amargura
Lúgubre comitiva de la hora nona
Marcha fúnebre silbada por el viento
cuerpo despojado de todo aliento
en la penumbra de una noche que se acaba
cirios color tiniebla enjuagándole su cara
esa que va llena de lamentos
Tu cuadrilla ya esta lista
ya tenemos los huecos cubiertos
si algún rezagado llega tarde
se queda fuera, ya lo advierto
Aquí tienes a tu gente,
tu semana perfecta
la de la virtud y la medida
la de los mimos de madrugada
y llantos de despedida
virtuosismo de tus cornetas
marchas que en su armonía
son himnos que conmueven
y callan las habladurías.
Ahora ,solo queda inaugurarla
y trabajar la cofradía
que aquí los pasos no se llevan y se traen
aquí se exige el más difícil todavía
pasearlos elegantes como paseas
del brazo de tu “mare” un mediodía
Ya esta la semana escrita
y los días igualados con las emociones
ya tenemos la parihuela de los sueños
montada entre cuatro hachones
ya están los repelucos
buscando los callejones
Ya están los pétalos
lloviendo por tus balcones
ya están las alegrías, penas y dolores
y alguna puñalada
escondida tras los rincones
Ya están los pájaros cantores
con letanías en sus canciones
Ya están tus costeros corrientes y fijadores
Ya está la semana perfecta
arreglando sus ropones
Ya están las abuelas
envolviendo preguntas en los papelones
“¿tienes sed?, ¿o hambre?
Que aguante tienes nieto de mis amores”
Ya esta el Nazaret
con la muerte en los talones
Y el vaivén de tus bambalinas
besando tus balcones
y la cenefas de plata y oro
hiladas en tus mantones
Ya están los éxtasis místicos
desbordantes de sensaciones
en las entrañas de los cristianos
en el seno de sus corazones
no pasa desapercibida
la noticia de los torreones
cuando las campanas repican
la mañana del séptimo día
como balas de cañones
Que ya esta la cuadrilla elegida
esa que va a darle aire a tus borlones
Que ya tenemos la semana exacta
y los días igualados con las emociones.
A Dios por el amor (primer relevo)
Saben, en la confianza que esta disposición nos ha dado, en este acuerdo provisional y tácito que solo durará mientras yo este subido a este atril, me voy a permitir la licencia de contarles una pequeña intimidad, un pequeño secreto que forma parte del “modus operandi”, de la sucesión lógica y regulada de acontecimientos que previo a la salida de una cofradía, he ido aprendiendo de mi padre y, que después, yo mismo he puesto en prácticas formando parte de su equipo o cuando he hecho mis incursiones en solitario en otros pasos.
Si bien, deben saber que aunque al principio él asumía todo el peso en la charla previa, con el paso del tiempo le pedí que me dejara abrir la misma, antes de que él diera su zarandeo verbal de carisma e inyectara en la gente ese respingo de fe y motivación, que más de uno estaría dispuesto a “morir por la patria” y siempre usando un lenguaje sencillo y simple, que cale en su gente.
Pues bien como iba diciendo, ahora, a veces me deja abrir la charla a mí y yo suelo dar los apuntes técnicos del día y cuando llega el momento de entregar los relevos es cuando hago acopio de una frase que siempre escuché de su boca, año tras año… “No quiero malas caras por los relevos eh, no hay calles mejores, ni peores, momentos de más lucimiento o menos, tenéis la mejor de las suertes, en todos vuestros trabajos el Señor va arriba”.
No digo que no haya habido alguna que otra queja, la condición humana es así, pero estoy seguro que todos y cada uno de esos hombres buenos que, nos acompañan y han acompañado, han entendido el mensaje.
Y eso es lo que vengo a hacer, ya hemos montado la cuadrilla de nuestros días de la plenitud, ahora ha llegado el momento de repartir los relevos para nuestra estación de penitencia, esa que tendrá su final, justo y cuando se me agoten las palabras. Y cómo le decimos a nuestros hombres, no ponerme malas caras que en todas las manos, vuestro Cristo o vuestra Virgen van arriba.
Pongamos que hablo de Ti
del primer relevo de mi casa
ese que me trae remembranzas
de un cántaro de agua
Pongamos que hablo de Ti
de los primeros hombres que vi
ceñirse en el sagrado rito
de un un costal blanco como el marfil
cuando aun nos quedaba
tanto camino por descubrir
Pongamos que hablo de Ti
del barro salido de las manos
del insigne Dubé de Luque
justo cuando mi memoria no alcanza
ni pesaba en la balanza
del entramado de esta historia
Pongamos que hablo de Ti
y de tu mano por delante
esa que es el delirio relevante
del enigma de estos lares
que todas las cabezas errantes
buscan en esa mano todopoderosa
un resquicio al que aferrarse
cuando la calle es dura
y los quilos aprietan incesantes
en su deceso vertical
cual ungüento reconfortante
Pongamos que hablo de Ti
Del Dios que se vuelve humano
gota a gota va sudando
todo ese dolor de antemano
mientras sus discípulos dormitando
los primeros hortelanos
Del Dios que en su condición humana
duda y recela del cáliz del Padre
que bendición tan mundana
es la que a nosotros nos espera
El mismo Dios que en su Amor
y esto en el barrio nos suena
asume su linaje de redentor
cumpliendo la voluntad plena
Pongamos que hablo de Ti
de tu costero largo parando el tiempo
de tu Olivo vibrando en el azul del cielo
de tu cara que me embriaga
a la que miro solo cuando volvemos
Pongamos que hablo de Ti,
y ese sol reflejando en tu canastilla
brillantes rayos de tu luz
plañideras todas las vecinas
al ver a este Dios Andaluz
caminar elegante los senderos
tras el camino de la cruz
Si es que estoy hablando de ti
y esto no lo puedo remediar
que el pulso se me dispara
sobre todo minutos antes
de volvernos a encontrar
que complicado es sacarte
si después de la Marcha Real
allí nadie puede ni hablar
Pongamos que hablo de Ti
por la estrechez de Río Rosas
o solemne rindiendo pleitesía
a los vecinos de San Pío
que se vuelven locos y desvarían
cuando avanzas con poderío
Y Por Rosales sonaría
El Alma de un Dios bien mecío
que grande es ser de ti, Padre mío
Que estoy hablando de Ti
de toda esa comunión
que nace entre tu y yo
cómo un trozo de mi corazón
lleva por bandera tu nombre
ese que desafía la razón
al ver tu figura de hombre
mi Cristo de la Oración
Y En este mapa de lo intangible
solo conozco una forma llegar a Ti
yo y todo el barrio entero
y es poder verle su cara de lucero
cuando llega de vuelta cansada
la madre del verbo encarnado
Toda Ella es , Encarnación Coronada
La mujer del lienzo rosado
la Virgen de las cuentas perladas
Que A Dios solo se llega
si ella intercede por nosotros
El Amor incondicional
ese que llaman maternofilial
nunca pudo este manantial
como el profeta predijo
parar todo ese vendaval
Con el que Dios nos bendijo
A Dios por el Amor
El Amor de tus pupilas
de tu manto y tus bambalinas
El Amor de tus hijos
haya por donde los escriba
El Amor de tus flores
sacado de las canastillas
de un barrio que en estertores
no tiene ni para calderilla
Reposa candente en tu candelería
El Amor que ilumina tus mejillas
deseos ardientes de romería
que quieren rozar tu mascarilla
El Amor bajos tus faldones
que misterio esconden
si ahí van todos los peones
de la Reina de corazones
El Amor en todas sus versiones
furtivo , esquivo, de jóvenes o mayores
llama inextinguible en los renglones
del libros de los errores
Angosta rendija por la que mirar
El crisol de todo este fervor
Ventana siempre abierta al mar
frenesí de dos cuerpos en calor
Amor , Amor y nada más
sus ojos condensan todo este primor
resumen toda esta lección
hay que llegar a Dios por el Amor.
¿Has visto a Dios caminar) (segundo relevo)
¡Sres…Relevo!
La vida, la vida es ese engranaje que una vez que se pone en funcionamiento nunca descansa, es como un oleaje cambiante en su frecuencia, a veces la olas llegan más rápidos, incluso que parece que no hay solución de continuidad entre una y otra, y otras veces se espacian tanto en el tiempo que parecen no llegar. Pues, la vida del cofrade es igual, no es una línea recta en una función que se mueve de forma constante, lo que en física sería un movimiento uniforme , para nada, la vida cofrade es un reflejo en el espejo de la propia vida, tiene sus momentos álgidos, puro éxtasis, casi emulando a Santa Teresa o a San Juan, y tiene momentos donde discurre por el curso bajo y baja su velocidad al mínimo. El año de un cofrade es cómo un péndulo que viene y que va, pero como siempre digo lo importante es estar.
En uno de esos momentos de alegría rebosante que te da este bendito mundo, me hice la pregunta. Veníamos de haber colmado uno de los deseos cofrades que más ilusión me podía hacer y era pasear la gracia exquisita de la Virgen de la Salud por la calles de La Línea, en su salida extraordinaria.
Pues tras la misma y nadando en ese lago de autosatisfacción por los momentos vividos, mientras navegaba viendo fotos qué inmortalizaban ese momento, pare el discurrir de instantáneas para detenerme ante una de ellas.
La imagen decía tanto con tan poco, tan poco que no salía si quiera mi devoción mariana del Jueves, mas allá de medio rostro esbozado en una balconera , lo que si salía, era una mujer bien entrada en años, en plena senectud, con la juventud enterrada haces muchas estaciones y asomada a dicho balcón , mirando fija y quietamente a la perla de San Pedro.
Y fue en ese momento cuando lo vi meridianamente claro y me formule la pregunta, “¿Porqué salen los pasos a la calle?”.
Y al instante como un alud que te pasa por encima, me sobrevino la respuesta , es más creo que la respuesta estaba antes de la pregunta pero había que darle un sentido romántico a todo esto. Y me espeté para mí mismo: “Por esto salen los pasos a la calle“. Para Buscar a Dios y Dios esta en los detalles mas nimios y momentos menos certeros, como en ese balcón, abierto de par en par a la Virgen, y añado, quizás ella no se había asomado a ver a la Virgen, era la Virgen quien venía a verla a ella. Desde entonces siempre que una hermandad se hace cofradía busco a Dios no solo encima de su paso, sino a ras de suelo, entre nosotros, como si Él mismo pudiese caminar.
¿Has visto a Dios caminar?
¿Has visto a Dios quitarse las alhajas
hacerse tangible y bajarse de su altar?
¿Has visto a Dios caminar?
¿Has visto al Dios verdadero
pasear entre sombras de acero
solo para pararse a vislumbrar
como florece la llama del lucero
en los ojos de un barrio al soñar?
¿Has visto a Dios caminar?
¿Has visto al Dios de los adentros
estampar su bastón de madera
con ese eco que nubla las sienes
con esa piel áspera que espera
el sabor añejo de noches en vela
de tabaco de picadura
y cafés a la lumbre de la cera?
¿Has visto a Dios caminar?
¿Has visto al Dios de la misericordia
esperando en el zaguán de las casas
impaciente por bordar sonrisas de miel
con esa caridad que busca concordia
de manos conmovidas por donde pasan
saciando la necesidad a flor de piel?
Yo, yo…he visto a Dios
He visto a Dios en el sagrado rito
de un jueves de madrugada
He visto a Dios romper a llorar
en la intimidad de hombres de alma desnuda
sin mas aparejos que ese trozo de tela sudada
de mirada fija en el terno negro que no duda
que allí tenía su legión soñada.
He visto a Dios dibujar pentagramas
con el manuscrito vertical que cae del cielo
una melodía de llanto se desparrama
en las mejillas del hombre recio
entre padres que quiebran su alma
jóvenes de un amor sin precio.
He visto a Dios entre el azahar
de un patio de pasos contados
donde jugaba a ser mayor
saltando entre las estrellas
y entre bromas aprendí el oficio
que es cosa seria y no para niños
Donde he sentido el calor y respeto
de hasta los más viejos del lugar
Donde el orgullo se ha ido
más allá de las letras de un apellido
más allá de una sangre que nace
con una vieja foto en la mesilla
más allá de la estirpe que fragua
con su mazo la luna sencilla
para quedarse solo en otras letras
las letras de su cuadrilla
He visto a Dios entre un revuelo
de largo cortejo recién formado
acólitos con ese dulce desvelo
de humeantes siluetas esbozado
He visto a Dios en un barrio añejo
de fotos en blanco y negro
de calles en penumbra
de “chapuces” y mercado ambulante
de vecinos valientes y prestos
de esa sonrisa que asoma
sabedores de un noble arte
que hay que torear la vida
con la izquierda por delante
He visto a Dios
Con “Pasión, Muerte y Resurrección”
“Emmanuel” y “ Conversión del buen ladrón”
o entrando con “Macarena”
Llegando a su cita puntual
para postrarse a la faldas
de su Patrona celestial
Locura de sus entretelas
cuando sale a navegar
en ese galeón de madera
“Matías , andandito na más”
Que si tres veces cayera
déjalo otras tres más
que así avanza mi Cristo
cuando va “sobrao" de compás
“Dame un poquito de mi barrio, Medina ”
dale un toquecito para atrás
que esa caída es tan dañina
que hasta el cirineo se queda detrás
He visto a Dios como fuente de Salud
con semblante inmaculado de mujer
emanando ese agua que purifica
todos los pecados de nuestro ser
Salud, para los niños al nacer
Para las horas oscuras a merced
De los trances que sin querer
la vida nos hace padecer
esos que dejan dentro tanta sed
y parece que nunca van a suceder
He visto a Dios
con esa tez pálida virginal
rosa albina de este rosal
fulgor blanco como la cal
grito sordo de una sociedad
que no valora su necesidad
Plegarias para todo mal
devoción que no tiene rival
clavo ardiendo abismal
al que te aferras hasta el final
Salud ,física y mental
Salud la que llevamos al hospital
Salud, de tus jarras entre varal
Salud, esa que reparten
tus enfermeras del costal
He visto a Dios de tantas formas
y en un lugar tan pequeño y oculto
que no hay murallas que lo rodeen
ni torres que lo custodien
eso, solo puede hacerlo el corazón
y la magia insondable del cedro
Que aquí, Dios tiene nombre de Perdón
y lo he visto humilde y sencillo
paseando por San Pedro.
¿Qué se siente debajo de los pasos? (tercer relevo)
Para este tercer relevo, nos busquéis fuera lo que está dentro de esa cámara inviolable que forman la conjunción de tus faldones y tus respiraderos.
Aún recuerdo cuando siendo un chiquillo, me quedaba embobado, con la vista clavada en la espesura de tus telas, mientras pensaba que esconderían esas cortinas de esquinas ornamentadas, que clase de embrujo era el que marcaba de por vida a cuantos pasaban por ahí debajo.
Por supuesto mi eje vertebrador para darle solución a esa incógnita era la fe, pilar fundamental de todo lo que hoy exaltamos, sino apaga y vámonos.
Pero, ¿cómo querrían repetir aquellos hombres año tras año, sí por los testimonios que fui recopilando, allí debajo se pasaban más malos ratos que buenos?.
Proseguí mi investigación con el mejor trabajo de campo que puede haber, capataz, atalaya, desde la que se puede observar todos los comportamientos sin interferir en ninguno de ellos.
Ahí fue cuando llegué a la conclusión de que, la fe es como la valentía en el servicio militar, va por delante , y que adherida a ella hay una serie de contrafuertes que la fortalecen, la orientan ,y la endurecen, como son la afición.
Sí, la afición , no son dos realidades antagónicas, afición y devoción pueden ir de la mano .La amistad, como unen esos momentos bajo tus costeros, las chicotás de ensueño que son las menos , pero cuando llegan saben a auténtica gloria, parece que el paso no pesa, solo flota.
Y la justicia, si ustedes conocen un sitio más justo que entre el costillar de vigas de una parihuela, díganmelo, porque yo no lo conozco, allí donde el médico, el albañil o el taxista son tratados con el mismo rasero, ese que marcan los quilos al vencer la gravedad.
Para rematar esta disección, volvemos al pilar maestro de esta construcción, debajo hay que quererse, al mandamiento de los mandamientos, rúbrica de Cristo en la última cena: ”Amaros los unos a los otros como yo os he amado”.
Dime si no hay muestra más patente y más plausible de esto. Dime ahora, querido cofrade …Sí ya sabes que se siente bajo los pasos.
Todo esto me suena, me suena a la enseñanzas de mi maestro y al ritual en el que me veo envuelto cada Viernes Santo.
Sola pero nunca desolada
Sola, erguida desgarrada
Bajo la sombra
del árbol de la cruz
Sola, pero nunca derrotada
Sola, con ese llanto
Sola en tu palacio de caoba
Sollozo donde se vanagloria
la muerte perentoria
Sola, sollozando
por el hijo arrebatado
Crepitantes de un pecho
que viene traspasado
por el puñal del duelo
ese que en su lecho
deja el sudario al vuelo
y a Ti sumida en el estupor
por todo el daño que te han hecho
Sola pero bien tratada
dulzura en tu son costalero
ese que se trabaja con esmero
el arte mayor de tu zancada
Arriando sin martillo
mas vale no hacer ruido
Si a la altura del palquillo
sobre un túmulo mullido
viene el cuerpo amarillo
de un Dios que esta dormido
Sola pero enlutada
Sola como un coloso
en medio de la batalla
moral hundida en un foso
a punto de tirar la toalla
Sola pero nunca abandonada
Sola, mejor sola
que mal acompañada
Sola pero bien rodeada
en una aurora de agosto
voces orando un rosario
ahí donde yo me postro
Sola en toda su desazón
que vengan a rescatar
a la única que no sabe
lo que tiene que pasar
Solas como tañen las campanas
al paso de esta Reina
Ella que es soberana
del viento que la despeina
Sola ¿nadie la va a acompañar?
¿nadie la piensa consolar?
que penitencia tan dura
tiene que ser no volverlo a tocar
cuando la piedra de la sepultura
se gire para no moverse más
Sola, ya fatigada
de la lucha en su interior
de no liberar las tensiones
con un grito desgarrador
Sola, muriendo mientras vive
respirando torpe y jadeante
infelices recuerdos que le afligen
al enfrentarse a este gigante
Sola, pero bien engalanada
mantilla llena de austeridad
Sola, en la tarde del Viernes Santo
mi Virgen de la Soledad.
Epílogo de las primeras veces (recogía)
Los repelucos de alma, cuántos de nosotros no hemos sentido ese escalofrío recorrer el laberinto de surcos de nuestra espalda cuando le sosteníamos, fija la mirada a la devoción de las estampitas del cabecero de nuestra cama. Cuantas veces se te erizó la piel, en la intimidad de tu diálogo, con Ella o con Él, al pasar por su besamano.
O cuando la melodía enmarca un momento con toda la dulzura que se queda en el mismo tiempo detenida.
O cuando los recuerdos te llevan a buscarla y ya no está. Eso, eso son los repelucos del alma, y nada más.
Repelús que nunca vienen en solitud, sino en un binomio indisoluble, como el de la “María” rizada escoltando tu presencia, vienen agarrados de la mano de las “primeras veces”. Esas que, como nuestra propia creencia popular indica, mueren para luego resucitar, las que como nuestra fe, se renuevan cuando te ven en el Vía Crucis deambular.
Ahora, que el fiscal en su prudencia, se acerca a la puerta, que fuera júbilo y clamores a tu salida, para plasmar ese mensaje, tres golpes con los que se firmaría que esta cofradía ya inicia su itinerario de “recogía”. Antes de que el último guardabrisa de tu candelabro de cola, deje la sombra de su trazo esbozada en la piedra, me vais a permitir que os narre una de esas “primeras veces” que nunca se olvidan, esa que despiertan del letargo al mayor de los pellizcos.
Tras un magnífico Miércoles Santo de contraguía en el Señor de la Oración, venía yo con dudas de si, al día siguiente, vestirme de negro para acompañar a mi padre en nuestra cofradía del Perdón, porque claro, allí el jefe tenía ya sus dos contraguías y su equipo completo.
Tras unos instantes de pensármelo mucho, se lo solté, le dije que él allí tenía su gente y que yo con la timidez propia de una adolescencia incipiente, no iba a usurparle el sitio a nadie. Dicho esto, mi padre, me miró y serio me dijo: "Mira hijo, yo ya voy estando mayor, y aunque tengo a mi segundo, Raúl, conmigo, porque no te vienes, cuatro ojos ven mas que dos y seis mas que cuatro”. Aclaro, han pasado quince años y lo veo en plena forma, qué mayor estaría en ese momento. La cuestión es que aunque aquello no terminaba de sonarme bien, puesto que la incertidumbre por la falta de funciones era palpable, acepté.
Nos fuimos para San Pedro, la cofradía salió y justo después de revirar a la derecha, cuando la comitiva morada y blanca enfilaba la calle del mismo nombre que su barrio, mi padre se acercó a mí y me soltó: “¿Tú eres capaz de levantarlo?”.
Yo al principio sorprendido y atónito por lo atrevido de su pregunta, me armé de un falso valor que era más el arrojo del momento que la completa y absoluta certeza de cómo saldría aquello.
Me dijiste que llamara a Carlitos y así lo hice, debo de confesar, Carlos, que no recuerdo nada de lo que contestaste pero viniendo de ti, seguro que saldría del mas profundo de los cariños, para quien no lo sepa, Carlos me ha cogido en brazos casi siendo un niño, casi “ná”.
El paso se alzó al cielo y yo exultante y sintiéndome dominante de la situación me alejé unos pasos para proseguir con el transitar de la cofradía, hasta que noté como una mano me sacaba de mi asombro para darme de bruces con la cruda realidad: ”El que lo levanta, manda la chicotá”.
Y hay fue, en ese instante fue cuando ya hicieron presa de mí el miedo y la incertidumbre, un sudor frío me recorría toda la frente ¿cómo iba a mandar a aquellos hombres si aún me liaba entre la izquierda y la derecha adelante? Entonces se me volvió a acercar el viejo para aclararme: ”Tu estate tranquilo y diles que anden, que pase lo que pase yo estoy aquí detrás “. Con esos términos se acabó la niebla que enturbiaba mi juicio, respiré hondo y ordené seguro: ”venga de frente”.
Así fue, como el que para mi es el mejor de los padrinos, me dio la alternativa, me dio los trastos para poder mandar a todos esos hombres que yo tanto había admirado de pequeño, si vuestros hijos crecen con ídolos deportivos y conociendo sus alineaciones, para mí, mis ídolos eran ellos y me sabía a la perfección quién iba y dónde en cada palo.
De hecho los emulaba, pasillo arriba y abajo bajo una silla o mesa y con una toalla como ropa, ajustada en la cabeza. Nunca se me olvidarán mientras, la razón mantenga el pulso a la edad, los que han trabajado, trabajan y trabajaran con nosotros , pretorianos, elegantes o amigos del viernes, a algunos ya le están tirando los ángeles de la ropa, que bonita cuadrilla se está formando en el cielo. Desde aquí mi homenaje a todos ellos y ¡que viva la costalería!
Ahora sí, fiscal, ahora si que llega el momento de darle paso a la cruz de guía, que la ciudad espera impaciente el estallido en vísperas, que la arena del reloj esta a unos granos de quedarse en boca arriba, que no hay ya una sola flor de este jardín que no esté en pétalos enclavada.
Ahora si fiscal, no detengas el cortejo, pensemos en los nazarenos, que los parones son para sus pies como cuchilladas de acero, no te preocupes, que avanzo con el tambor cuando termine cada marcha, antes que se convierta en escarcha el relente de la madrugá.
Ahora fiscal, ábreme el portón, el de los dinteles ajustados, que sí, que alguna vez han rozado pero hay algo más cofrade que el milagro de los espacios. Ábreme el portón fiscal, que mis paisanos son un hervidero de emociones a punto de explotar y vamos a recoger la cofradía.
Es la hora, fiscal
en punto como querías
Aquí tienes de vuelta
a tu gente
esa que peregrinaría
tras tus altares itinerantes
hasta en fin de los días
si así lo ordenara
La jueza soberana
que viene de recogía
con cara manchada
por el humo de su candelaria
Es la hora, fiscal
déjame hacerle
el último relevo a la cuadrilla
que algunos ya terminan
esfuerzo color buganvilla
en su cervical predomina
y otros, otros tienen
unas cuantas tonadillas
hasta llegar a la orilla
no guardarse nada, mi gente buena
que la banda entona
por tientos y seguidillas
una tras de otra
hasta las plantas de su capilla
o hasta que Dios hinque la rodilla
cuando una saeta se astilla
en las gargantas de tu pueblo
oración folclórica que brilla
y te deja sin aliento
versos escritos por las maravillas
de unos ojos a punto de llorar
manos enganchadas en tu rejilla
o brazos encaramados a una columna
para ver una última vez tu mascarilla
Ya están los cirios
con el cuadril desgastado
y por su talle van doblados
báculo donde han apoyado
el peso del cansancio acumulado
los niños que esta noche
se han iniciado
en los trámites nazarenos
que muchos han heredado
Ya están de tus pies
los espartos cansados
larga caminata se han dado
el estandarte viene dormitando
y el bacalao hasta tres veces
de manos ha cambiado
críales completamente llorados
incensarios vaciados
presidencia que mira ensimismada
al que desde siempre
en esta tierra ha mandado
Repujados han quedado
los vítores en tus varales
las oraciones ancestrales
esas que fueron forjadas
en el crujir de tus costales
Se ajustan los clavos
cual botón en sus ojales
Sobre las palmas de tus manos
castigo de los más brutales
rematan tu corona
ráfaga de ejes axiales
deliciosa simetría que se abre
como un rio con sus caudales
Llagado tu costillar
sangre y agua a raudales
Cuando Longinos retire la lanza
después de que exhales
El final esta cerca
que nadie se embale
que salpica toda la cera
consumada en tus codales
Sobre el sitio
no avanzar
La izquierda “alante”
y la derecha atrás
que no queda más calle
para el Dios Moreno
Suave las “llamás"
que no se le avasalle
a Jesús el Nazareno
Rey de los Judíos
cinceladas al detalle
esas cuatros letras
Tabla en la que amuralle
para que ese título de mofa
perfectamente le entalle
Más la izquierda “alante”
Menos ahí detrás
que están todos sus hermanos
con los capirotes dados la vuelta
observando como a ese gitano
lo apresan en una revuelta
algunos ya están abrazados
otros mientras ,te rezan
apurando se han quedado
sobre ese haz que embelesa
Bueno, no llamarse más
venga de frente
que inconfundible ya huele
a la casa de todos ustedes
que ya divisa en el horizonte
tu trasera hecha delantera
tus costeros y potencias
la cercanía de los dinteles
Pararse ahí,
los dos costeros
por parejo a tierra
a poner fin a esta guerra
entre el pecado y la humanidad
esfuerzo supremo que encierra
el valor y la voluntad
de unas piernas que se entierran
hasta no poder mas
agotadas por tu bondad
Más a tierra el derecho
que el trabajo esta hecho
que no nos cabe en el pecho
más satisfacción
por haber superado este trecho
y quedarnos en barbecho
unos meses al acecho
de que esto vuelva a empezar
Que suene el Himno Nacional
Vamos a suspender los cuerpos
La historia esta acabada
el sueño de los despiertos
la ciudad esta acelerada
en la antesala desmadrada
y en la vigilia sentenciada
Tranquilo queridos hermano
que solo una semana nos separa
de tocarlos con las manos
que en siete lunas
Será Domingo de Ramos
Tranquilos en este frenesí
en esas ansias de ver a Dios
en esas ganas sin fin
de atestiguar su resurrección
¡Pararse todos ahí!
abajo con este primor
!Pararse todos ahí!
¡Ahí “queó”!
He Dicho.
(golpe de llamador)
Biografía de Jesús Luque Caparros
Jesús Luque Caparrós ha sido el pregonero oficial de la Semana Santa de La Línea de la Concepción 2024. Nació el 17 de septiembre de 1993 y estudió medicina en la Universidad de Sevilla.
Introducido entre las parroquias de San José y San Pedro desde muy pequeño, forma parte de las hermandades de Amor y Oración y de Perdón y Salud, y es cargo de confianza de ambas como capataz de sus titulares junto a su padre. Ha formado parte de la vida del grupo joven de Amor y Oración desde su nacimiento y también es colaborador del portal La Línea Cofrade.
En cuanto a su bagaje como pregonero, ofició el pregón juvenil organizado por el Consejo Local de la Línea en el año 2013, fue exaltador en la extraordinaria a María Santísima del Amor en el año 2011 y exaltador de María Santísima de la Salud en el año 2016.
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