"En los juzgados se trabaja más de la cuenta y más lento de lo que deberíamos"
Entrevista | Alba Serrano Esteban, jueza decana de los Juzgados de La Línea de la Concepción
Pide más medios para la justicia, que se penalice el petaqueo de combustible destinado al narco y más penas para el contrabando de tabaco
"A La Línea le tienen puesto el sambenito, ni miro los concursos de traslado", asegura
De madre maestra y padre abogado, Serrano (Zaragoza, 1991) apuntaba como futura veterinaria, pero su aversión a las agujas la condujo casi por descarte al mundo del Derecho. Poco a poco cuajó en ella su vocación y, tras hacer prácticas con un fiscal en quinto de carrera, se decidió por opositar. Entre ejercer la acusación pública y la instrucción se decidió finalmente por lo segundo. La mañana de la entrevista hay pasteles para desayunar en su juzgado. Titular del Primera Instancia e Instrucción n.º 3 de La Línea, es decana desde principios de 2023.
Pregunta.-En una escala de 1 al 10, ¿cuál es el nivel de saturación de trabajo en su juzgado?
Respuesta.-En la actualidad, supongo que ha mejorado. Yo pondría un 9.
P.-¿Y cuando llegó hace tres años?
R.-Un 12 o así. Para mejorar la situación siempre se puede hacer más, pero al final es hipotecar tiempo personal. Tengo la impresión de que en todos los trabajos y en todas las administraciones estamos así. Se trabaja más de la cuenta y, sobre todo, más lento de lo que deberíamos.
P.-¿Cuál es la raíz del problema?
R.-Los procedimientos, la falta de personal, la falta de preparación de algunos sustitutos que vienen de forma temporal... Tengo áreas muy hundidasen las que estoy resolviendo escritos que se presentaron hace cuatro meses y eso no puede ser. Esto, al final, es una rueda: por mucho que el juez o el secretario trabajen muy bien, si falta una pieza del engranaje, todo se va al garete.
P.-¿Qué resultado les da el Servicio de Inspección del CGPJ?
R.-Llegué a este juzgado en diciembre de 2021 y el último informe de la Inspección era de noviembre. El balance era desastroso, desastroso... Y eso que el compañero juez que estuvo antes nueve meses, que está ahora aquí también, en el 5, fue encomiable, como se decía en el informe. Lo que pasa es que, claro, en nueve meses… Había procedimientos muy, muy antiguos. El informe me sirvió para ver lo que había y, sobre todo, para encargarme de lo más antiguo.
P.-¿Cuál era la causa más antigua que se encontró?
R.-Pues de 2010... ¡Madre mía!. Y había otras de 2012, 2013 y 2014, con diligencias abiertas. Da mucha pena porque alguna tenía tomos y tomos con transcripciones telefónicas a las que, a nivel policial, se habían dedicado muchas personas, aparte del trabajo del juzgado. Y da pena, da pena.
P.-¿Y prescribió?
R.-Al final, sí.
En juzgados como Barbate, con la grave situación que tienen, asignan funcionarios cuya formación es en peluquería o estética. Aquí pasa lo mismo
P.-¿Era una causa por tráfico de drogas?
R.-Sí. Uno de los problemas es que en esas causas se intervienen vehículos y dinero que hay que devolver a sus titulares. Y de eso hay que dar traslado al fiscal de forma física, porque los procedimientos van de lado a lado físicamente. Mi primer destino fue Mallorca y el expediente digital iba muy bien, pero cuando llegué aquí me quedé... muerta. Es verdad que, muchas veces, las cosas urgentes, como las intervenciones de teléfono, las trabajas por correo electrónico: oye, te mando esto, me mandas un informe y resolvemos. Pero, en muchas ocasiones, todo se vuelve muy lento.
P.-Entiendo que la prescripción de los delitos es excepcional, pero esas dilaciones indebidas conllevan en ocasiones una reducción de las condenas previstas.
R.-El problema es que la responsabilidad nunca es de nadie, porque la cadena es tan larga... Sinceramente, a vecesme da miedo saber cómo acaban los procedimientos una vez llegan a los Juzgados de lo Penal o a la Audiencia Provincial de Cádiz. Solicité, aunque no formalmente, que se nos remitan las sentencias de las causas que hemos llevado. Mi mayor miedo es hacer las cosas mal, que al final, yo no sé cómo queda luego el juicio. Debería haber un depositor de sentencias para aprender de los posibles errores que hemos podido cometer durante la fase de instrucción.
En La Línea hay gente de bien y gente menos buena. Y, luego, hay una escala de grises en la que hay de todo
P.-¿Cómo andan de medios humanos?
R.-Tenemos tres funcionarios de civil, tres de instrucción, unauxilio y un funcionario de refuerzo, más la letrada y yo. Ocurre que, desde que finaliza la sustitución o la interinidad de un funcionario hasta que nombran al siguiente, pueden pasar uno o dos meses, y esto implica que los procedimientos de su mesa se quedan parados. Ese funcionario que supuestamente ha venido para reforzar a los demás, lo que hace es cubrir las vacantes y ausencias en vez de hacer labores de refuerzo en sí. Tengo también la impresión de que se tarda mucho en asignar los puestos a los funcionarios que aprueban las oposiciones.
P.-Hay quejas entre los jueces sobre la bolsa de trabajo de Justicia.
R.-La bolsa de trabajo para cubrir las vacantes no funciona como debiera. Por ejemplo, en Juzgados como los de Barbate, con la grave situación que tienen, asignan funcionarios cuya formación es en peluquería o estética. Aquí pasa lo mismo. Son cosas que no se explican, con el agravante de que luego se mide el rendimiento de cada juez sin tener en cuenta factores como ese.
P.-La Junta de Andalucía apuesta por crear unos juzgados de instancia para agilizar los procedimientos.
R.-No se nos ha informado exactamente en qué consiste esa propuesta ni qué funciones tendrían esos tribunales, pero creo que la solución, para empezar, es separar las jurisdicciones, la Civil de la Penal, y que en municipios como La Línea desaparezcan los juzgados mixtos, que solo tienen sentido en pueblos en los que no hay mucha carga de trabajo. No te puedes poner a hacer ocho resoluciones diferentes la misma semana porque, al final, sinceramente, el trabajo no se afina todo lo que debiera afinarse.
Estoy a gusto con la gente, tanto dentro como fuera del trabajo. Cuando se trata de un municipio pequeño, a los jueces nos recomiendan siempre que no vivamos en él, pero a mí no me ha pasado nunca nada
P.-También se habla de unificar los partidos judiciales del Campo de Gibraltar en uno solo.
R.-Sí, pero también se trabaja para hacer nuevas sedes judiciales en Algeciras, La Línea y San Roque… No le veo sentido. Se habló también de dejar en San Roque el civil y aquí, en La Línea, la instrucción de los casos penales. Eso podría ser algo más factible porque San Roque y La Línea están cerquita. Hacer una única ciudad de la justicia para la comarca sería un lío para todos. Al final, deslocalizas todo y le quitas mucha vida a los pueblos.
P.-Lleva tres años como juez en La Línea y ha fijado su residencia en la ciudad. ¿Qué esperaba encontrarse cuando llegó y qué sensación tiene ahora?
R.-A ver... La Línea se divide en dos: la gente de bien y la gente, digamos, menos buena. Y luego hay una escala de grises en la que puede haber de todo. No me ha sorprendido, aunque es menos malo de lo que esperaba, eso sí. También es cierto que han cambiado las cosas en los últimos cinco años, ya se sabe que la presión policial al final tiene efecto.
P.-Ese refuerzo policial no ha sido judicial.
R.-Es el problema que siempre hablamos, pero algo es algo.
P.-Usted saltó de Mallorca aLa Línea. Menudo doble salto mortal, ¿no?
R.-Me fui llorando de allí. Es verdad que ya no volvería, porque estoy muy bien aquí. Yo fui allí de refuerzo nueve meses, que fueron muy buenos. Estuve en un juzgado de instrucción puro, precisamente el que instruyó la causa de Urdangarín. Después de esta y otra macrocausa que se estaba tramitando, asignaron un juez de refuerzo a dicho Juzgado. Gracias a eso me dejaron hacerme cargo del 80% de las diligencias previas.
P.-¿Por qué La Línea? Seguro que había otros destinos que elegir.
R.-Porque me gustaba la instrucción y a día de hoy sigue siendo lo que más me gusta. Los tres primeros juzgados que puse a la hora de elegir eran los de La Línea y, ya luego, creo que puse alguno de Cataluña.
P.-¿Contenta del paso dado?
R.-Sí, sí, sí. He aprendido mucho y, sobre todo, es el día a día. Estoy a gusto con la gente, tanto dentro como fuera del trabajo. Cuando se trata de un municipio pequeño, a los jueces nos recomiendan siempre que no vivamos en él, pero a mí no me ha pasado nunca nada.
P.-¿Ninguna situación incómoda?
R.-Nunca he tenido ningún problema aquí de seguridad ni de nada. Hoy, por ejemplo, he venido andando a trabajar.
P.-Ha tenido oportunidad de pedir el traslado y no lo ha hecho.
R.-Es obligatorio estar un año en tu primer destino. Me pude ir al Juzgado nº4 de La Línea, que era el que mejor estaba de carga de trabajo. Mis compañeros me lo decían. ¿Pero para qué me voy a cambiar a la puerta de al lado, si estoy muy bien con mi oficina?
Es pronto para valorar la desaparición del Ocon Sur y ver las consecuencias, pero quitar algo que funcionaba supongo que tendrá consecuencias negativas
P.-También podría haber optado por un traslado de ciudad.
R.-A La Línea le tienen puesto el sambenito, pero la zona me gusta y la provincia de Cádiz me encanta. Es verdad que si cambiamos de destino, nos congelamos dos años en él, así que cambiar por cambiar... Pues no. De hecho, cuando salen los concursos, ni los miro. Creo que todos los que estamos aquí hablamos bien de La Línea y amigos que han venido a verme de Zaragoza se llevan una sorpresa y ven una realidad muy distinta a la que a veces se refleja.
P.-¿La desaparición del Ocon Sur de la Guardia Civil ha supuesto una merma de la lucha contra el narco o esta se está afrontando de una manera distinta?
R.-Creo que es pronto para valorarlo y ver las consecuencias, pero quitar algo que funcionaba supongo que tendrá consecuencias negativas, más siendo gente que trabajaba mucho por vocación, echando muchas horas. Son unidades que estaban ahí porque les gustaba ese trabajo.
La colaboración de Gibraltar
P.-¿Hay colaboración con Gibraltar?
R.-No le puedo decir mucho porque no he tenido que pedir ninguna comisión rogatoria. El único problema que hubo fue cuando apedrearon a los agentes de Aduanas que persiguieron a unos contrabandistas de tabaco, un tema que llevé yo. Eso fue en febrero de 2023. La Royal Police no se portó muy allá con ellos y dijeron que no iban a hacer nada por detener a los responsables, que los agentes de Aduanas habían violentado la soberanía de Gibraltar al perseguirles hasta allí.
P.-No debió ser fácil llevar esa instrucción.
R.-Se llevó con mucho esfuerzo porque el delito se cometió en un territorio en el cual España, en principio, no tiene jurisdicción. Pero al ser el tipo de delito que era, sí que entrabaen los que pueden ser perseguidos por la Justicia española de acuerdo con el artículo 23 de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Era de libro y, como estaba todo grabado, el Grupo de Delincuencia Urbana de la Policía Nacional empezó con las identificaciones y demás. Y algunos fueron a prisión.
P.-¿Eran ciudadanos españoles los acusados?
R.-Sí, la Audiencia Nacional dictó auto de apertura de juicio oral contra todos. Lo vi en Europa Sur y me hizo mucha ilusión porque todo el mundo decía que yo no era competente para esto, que el Juzgado de Instrucción Central lo iba a archivar… Lo ocurrido fue muy grave, sobre todo por las lesiones de uno de ellos, que estuvo a punto de perder la visión en un ojo.
P.-Uno de los últimos casos que han entrado en su juzgado es la denuncia del inspector jefe de la Policía Nacional responsable del puesto fronterizo de Gibraltar contra sus superiores, por pedirle que no se haga control de pasaportes a los gibraltareños.
R.-Como usted sabe, de ese tema, no puedo decirle nada.
Petaqueo y contrabando
P.-El contrabando de tabaco, hasta 15.000 euros de valor, no es delito.
R.-Sí, es una falta administrativa que acarrea una multa. Debería cambiarse la norma, igual que con el petaqueo de gasolina. Es la discusión que hay siempre. Hacemos juicios por un hurto de 5 euros en el Mercadona porque, por muy pequeña que sea la cantidad, es un delito. Destipificar la conducta en función de la cuantía puede hacer que la gente hurte hasta esa cantidad límite, resultando indemne. Esto es lo que está pasando con el contrabando de tabaco.
P.-¿El blanqueo de capitales sigue siendo la pieza fundamental para atacar al narcotráfico?
R.-Es así, aunque son causas que se hacen muy complejas porque es mucha gente, con investigaciones arduas que duran años. La Policía Nacional, la Guardia Civil y Aduanas tienen a gente muy buena con conocimientos sobre blanqueo que te dan el trabajo ya prácticamente hecho. Es la mejor forma de atacar a los narcotraficantes porque, al final, sabes que muchos de los condenados por tráfico de drogas, cuando salgan de prisión, van a seguir con lo mismo. Ojalá haya gente que se reinserte y se ponga a trabajar, pero si le quitan los recursos económicos ya es otra cosa. Tienen menos facilidad para reiniciar la actividad delictiva.
P.-Lo deseable sería que el dinero intervenido se reinvirtiera aquí, en el tratamiento de personas y en prevención, pero la inmensa mayoría de lo intervenido se va a organizaciones ajenas al Campo de Gibraltar.
R.-En teoría, ese dinero se debería reinvertir en parte aquí. Ya hablé de ello con el presidente de la Coordinadora Antidroga Alternativa, Paco Mena, y se dio una nota de prensa.
P.-¿Cuántas macrocausas instruye en su juzgado?
R.-Ahora son tres. Una la heredé y es de 2019.
P.-He leído que se levanta a las cuatro de la mañana para trabajar.
R.-Yo estudiaba así, de cuatro a ocho, luego desayunaba y a veces me echaba una siesta de media hora antes de seguir. Ahora no madrugo tanto; hoy me había puesto el despertador, pero no he podido. Trabajo desde temprano porque es la única forma que tengo de hacerlo, aquí no puedo redactar ni hacer una sentencia.
P.-¿Por qué?
R.-Porque siempre tengo la puerta del despacho abierta, me gusta que la gente entre si necesita consultarme y eso hace que no me concentre. Hay días ya que sí, que tengo que hacer algo urgente, me encierro y ya está. Para redactar una sentencia tengo que hacerlo en casa. Es una situación común a muchos compañeros.
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