Aparecen miles de toallitas en la playa de Levante de La Línea
Los vecinos alertan de que llegan mezcladas con otros residuos y piden su retirada
Gibraltar, sin fecha para acabar con los vertidos de sus aguas residuales al mar
La Línea/Vecinos de San Bernardo, en La Línea, han alertado de la aparición de miles de toallitas en la playa de levante.
Entre los vecinos se empieza a extender una preocupación relacionada con la presencia de toallitas higiénicas en la orilla del mar. No es que hayan encontrado unidades diseminadas a lo largo de la costa, como sucedió en otras ocasiones, sino que esta vez están hallando grandes amalgamas de basura formadas, principalmente, por este material desechable de uso doméstico, además de otros residuos.
El problema lejos de ser puntual se está perpetuando, según denunciaron colectivos ecologistas y los propios vecinos, que esperan una retirada inmediata, principalmente por razones de salubridad, pero también por estética.
Además hay que tener en cuenta que la aparición de tal cantidad de toallitas tiene como resultado la presencia de quimicos en el litoral de La Línea.
Este tipo de hallazgos, además de evidenciar que en el mar hay muchas toallitas (ya de por sí son un serio problema medioambiental), también revela que no llegan solas, sino mezcladas con otros materiales procedentes de vertidos de aguas residuales, sobre los que se tendría que analizar su afección al ecosistema marino para comprobar el impacto real en el medio ambiente.
El pasado mes de agosto se conoció que Gibraltar seguirá vertiendo sus aguas residuales sin depurar a la bahía de Algeciras desde Punta Europa sin que haya una fecha concreta para el inicio de construcción de la estación depuradora. Tras una denuncia pública de Verdemar-Ecologistas en Acción, que recordó que los vertidos afectan a la Zona de Especial Interés para la Conservación del Estrecho Oriental, el ministro de Medio Ambiente del Peñón, John Cortés, indicó a la GBC, la televisión pública gibraltareña, que espera firmar un contrato de obras “en los próximos meses” y la intención es que el proyecto se complete en dos años en una suerte de limbo que se mantiene desde hace décadas.
Gibraltar vierte sus aguas fecales sin tratar, de forma ilegal, desde 1998. Así lo entendió el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea, que en 2017 dictaminó que la falta de una planta de tratamiento de aguas residuales urbanas en Gibraltar, que debería estar en funcionamiento desde el reseñado 1998, incumplía la Directiva 91/271/CEE sobre el tratamiento de las aguas residuales. Por ello, condenó a Reino Unido al pago de las costas de un procedimiento que comenzó en marzo de 2015, cuando la Comisión Europea, a raíz de un proceso de infracción, elevó a la Justicia Europea el caso de varias poblaciones británicas, entre ellas el Peñón.
Sin embargo, cuando se hizo efectiva la salida de Reino Unido y Gibraltar de la Unión Europea, el escenario cambió. El pasado junio, el entonces comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius, respondió a una pregunta de Miguel Urbán, europarlamentario de The Left, sobre “delitos medioambientales y posibles sanciones en la zona de especial conservación de Gibraltar”. El comisario respondió sobre el vertido de aguas residuales que la Comisión “está negociando actualmente con el Reino Unido, en nombre de la Unión, un acuerdo relativo a Gibraltar. Dicho acuerdo también debería abarcar cuestiones medioambientales, como la contaminación marítima, las normas de evaluación de impacto ambiental y el tratamiento de las aguas residuales”, sin ahondar en más detalles.
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