ARK, un estudio de tres linenses que reinventa los códigos de la arquitectura

Manuel y Santiago Ruiz y Diego Suárez construyen desde su sede en Sotogrande villas unifamilares de hasta 30 millones de euros

"Hemos conseguido hacer una marca que persigue que el habitantes de nuestras casas alcance la felicidad", afirma el arquitecto

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Una de las viviendas diseñadas por ARK en Sotogrande

Tres nativos de La Línea, Manuel Ruiz Moriche (arquitecto), Diego Suárez y Santiago Ruiz (aparejadores), establecidos desde hace casi dos décadas en Sotogrande (San Roque) han creado una de las firmas arquitectónicas más prestigiosas del planeta. Se trata de ARK Architects, especializada en villas unifamiliares, aunque no renuncia a otros campos. Su objetivo es "crear atmósferas, espacios y experiencias para sentir la sensación de vivir en casa”.

Esta empresa, constituida ya en toda una marca, ha levantado edificios en toda la Costa del Sol, pero también en Madrid, Miami, Nueva York, Milán... con villas cuyo precio ronda en algunos casos los 30 millones de euros y en los que ARK se ha encargado de conducir el largo proceso que va desde la elección del terreno hasta la entrega de las llaves al propietario.

Manuel Ruiz, cabeza visible del proyecto, se formó en el Colegio Huerta Fava y en el Instituto entonces denominado Menéndez Tolosa antes de dar el paso a la Universidad de Sevilla. Apenas terminó sus estudios, hace algo así como tres décadas, formó junto a sus dos inseparables compañeros un equipo de trabajo que empezó a ejercer en la Plaza de la Iglesia de La Línea. Paado un cierto tiempo y de la mano de la relevancia alcanzada, su estudio comenzó a ser demandado para realizar obras en Sotogrande, especialmente de viviendas unifamiliares y llegó el momento de realizar un traslado a la prestigiosa urbanización sanroqueña, que al día de hoy se antoja ya definitivo.

“Era un mercado complicado, pero yo hablaba un inglés bastante fluido, que en nuestra generación no era tan normal y eso nos abrió las puertas para poder empezar a trabajar ahí. Una cosa llevó a la otra, un proyecto, otro, otro... y llegó el momento en el que teníamos casi más trabajo en Sotogrande que en La Línea y decidimos dar el salto y establecernos tanto personal como profesionalmente en Sotogrande, que es donde abrimos el estudio” (que por cierto sorprende por sus grandes dimensiones) explica Manuel Ruiz.

“Lo que nos hace peculiares en opinión de mucha gente probablemente sea nuestra trayectoria. Entiendo que somos los arquitectos de Cádiz con más proyectos visados y más obras construidas”, sostiene. “Bueno eso y que hemos reinventado un poco los códigos de la arquitectura contemporánea, de manera que eso nos hace un poquito tener una seña de identidad propia”.

“Nosotros estamos levantando villas que llegan a tener más de cuatro mil metros cuadrados construidos”, especifica. “Son villas que son más grandes que hoteles y acceder a ese nivel es extremadamente complejo. Hay muy pocos estudios, diría que incluso a nivel internacional, que lo consiguen”.

“En el apartado arquitectónico creo que tenemos un lenguaje propio, que se mueve a medio camino entre el clasicismo y la modernidad”, detalla. “Hemos sido capaces de tener una seña de identidad propia, de forma que cualquiera que vea al final una obra de Art, la reconoce como tal”.

El arquitecto linense Manuel Ruiz

“Logramos construir una marca y eso es extremadamente complejo en cualquier ámbito de la cultura, en este caso, en la arquitectura Yo creo que es lo que nos hace un poco diferentes”.

“Nuestra arquitectura está diseñada por y para el ser humano que la habita, para mejorar su vida cotidiana para que pueda alcanzar algo aún más sublime, la felicidad”, recalca el arquitecto linense.

La Línea y sus cuentas pendientes

Manuel Ruiz sostiene que “a pesar de lo mucho que ha progresado” La Línea, su ciudad de origen y con la que le siguen uniendo muchos lazos familiares es “una perla en bruto, que está por explotar”

“La Línea geográficamente podría ser el mejor sitio del mundo, pero no termina de desarrollarse”, sostiene. “Tengo en la sensación de que sigue estando anclada un poquito en el pasado y aunque insisto se le han visto mejoras, no acaba de demostrar todo su potencial”.

“Tengo que reconocer que eso me produce mucha rabia, porque la comparo con otras ciudades en las que yo trabajo y veo que la ciudad tiene un potencial que no se acaba de explotar”, abunda.

“San Roque ha tenido la ventaja de coger el rebufo de Sotogrande. Aunque la clase política lo niegue Sotogrande es el gran motor de San Roque y ha tirado mucho mientras que La Línea, lamentablemente, no ha sido capaz de crear ese Sotogrande que tirara del carro”, reflexiona.

“San Roque ha sido capaz de vender su mejor su marca cuando en mi opinión La Línea cuenta con más bondades en el apartado geográfico”, finaliza.

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