Barriadas de La Línea: El Zabal (I)

Enciclopedia de La Línea

El Cortijo de Sava dio nombre a esta zona de la ciudad, puerta de entrada por la carretera de El Higuerón

Vista de El Zabal, desde El Higuerón.
Vista de El Zabal, desde El Higuerón. / M. C. I. C.
Miguel Del Manzano Pratts

30 de mayo 2021 - 04:00

La Línea/El Cortijo de Sava fue el que dio nombre a las huertas y huertos de El Zabal, en La Línea. La barriada de El Zabal se encuentra ubicada en los accesos a la ciudad entrando por la carretera de El Higuerón, justamente definida a ambos lados de la calzada como polígono industrial muy disperso en el que, además, proliferan los huertos, invernaderos y plantaciones de todo tipo. Todo ello en una superficie difícil de delimitar urbanísticamente y que ha generado serios problemas, sobre todo en los últimos años, a consecuencia de los intentos por reorganizar la zona, según lo dispuesto en el Plan General de Ordenación Urbana.

Con una extensión actual de más de trescientas hectáreas, en El Zabal habitan en estos momentos unas tres mil personas, repartidas en casas de campo situadas junto a terrenos de labriego. En su geografía podemos distinguir parajes típicos como el Camino de Estepona, uno de los puntos menos llanos de la ciudad, aunque bien conocido a nivel popular, al servir como puente de enlace entre Santa Margarita y la carretera de entrada a la ciudad por el puerto de El Higuerón.

En los planos más antiguos del municipio linense, El Zabal aparece dividido en dos zonas: Zabal Bajo y Zabal Alto. El Zabal Bajo comienza en el antiguo Camino de la Atunara (actual calle Cartagena), en el cruce con Punto Ribot, y termina en el Camino de Estepona, con el arroyo que pasa por el antiguo puesto de control de la Guardia Civil y la Venta de Zayas. El Zabal Alto parte de este punto hasta el deslinde del término municipal de La Línea con el de San Roque. No sabemos si antiguamente la demarcación llegaba más cerca de la Villa, pues en un documento notarial, respecto a una finca de la calle Granada, la incluye en el Zabal Bajo. Esto puede ser posible porque en aquellos tiempos el Zabal Bajo podría llegar hasta el Huerto de Pedro Vejer (actual Paseo de la Velada), ya que este espacio lo ocupaba en su mayor extensión una desértica llanura creada por los vientos de levante que soplan con fuerza.

El llamado Punto Ribot es la encrucijada de una serie de antiguos caminos: el de La Atunara, el Ancho del Zabal y el del Cementerio. Ahí se situó durante muchos años un Fielato o Caseta del Consumo, donde se cobraba el impuesto municipal sobre las mercancías que entraban en la ciudad por esa parte del municipio. El nombre de Punto Ribot se debe a una finca que pertenecía al Sr. Ribot.

Agricultores de El Zabal.
Agricultores de El Zabal.

En el último tercio del siglo XIX y primeros años del XX, el Ramo de la Guerra (actualmente llamado Ministerio de Defensa), dicho sea de paso, amo y señor del término municipal de La Línea, regalaba trozos de tierra, denominadas parcelas, en los arenales del Zabal, a todos los agricultores que se comprometían a cultivar la tierra, para satisfacer la demanda de los habitantes de la colonia inglesa de Gibraltar, especialmente. Así nació la barriada de El Zabal, formada por pequeños propietarios de tierras, al este del término municipal de La Línea, entrando por la carretera de El Higuerón, procedente de la Costa del Sol.

El Zabal.
El Zabal.

La historia de El Zabal ha sido bastante movida en el pasado, pues los numerosos huertos y huertas, ventas, paso de arrieros y cazadores y dos cuarteles de carabineros, ocasionaron muchos percances y anécdotas a lo largo de los años, como por ejemplo, recordamos el día 21 de mayo de 1870, dos súbditos británicos (señores Bonell, tío y sobrino) fueron secuestrados en las inmediaciones de El Zabal. Se les liberó mediante la entrega de un rescate de 27.000 duros de aquella época, una auténtica fortuna. Poco después, la Guardia Civil descubrió a los bandidos y los mataron. En el enfrentamiento murió un guardia civil, cuyos familiares fueron indemnizados por las autoridades británicas.

Don José Zayas Cano era carabinero de Caballería y estuvo destinado en La Línea. En 1917, al ser licenciado, abrió la Venta de Zayas, en el mismo edificio donde estuvo el Cuartel de Carabineros. En realidad, la primitiva venta se llamaba Venta del Toto, parador de cazadores. Por aquel entonces no existía la carretera del Higuerón, el camino afirmado llegaba sólo hasta un poco más allá del cementerio, exactamente hasta la Viña de Rafael Vicente. La carretera no se comenzó a construir hasta 1932, desde este lugar donde cruza el Arroyo o Camino de Estepona.

El Sr. Zayas se trajo una tartana murciana para el servicio de la venta. Pero como el camino era tan malo la utilizaba para trasladar a los vecinos y cazadores que venían de La Línea o iban de vuelta. Aquel carruaje de dos ruedas y asientos laterales, tirado por un caballo, lo llamaba la gente la Tartana de Zayas. Fue el primer transporte de viajeros por carretera que se utilizó en este camino del Cementerio. La venta tenía un ajetreo y una animación continua. En ella paraban los cazadores que iban a la sierra Carbonera y a otros montes cercanos. Desde las primeras horas de la mañana hasta muy entrada la madrugada se reunían aquí. Muchas veces traían venados y jabalíes. La cocinera los preparaba y también hacía paellas, conejos con arroz, callos y otras especialidades que tenían mucha fama en La Línea. También venían a comer los trabajadores que todos los años llegaban de otros pueblos a El Zabal.

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